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¿Por qué tus hijos no te hacen caso?

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Uno de los retos más comunes a los que se enfrentan los padres es la sensación de que sus hijos no los escuchan o no les hacen caso. En ocasiones, tenemos la sensación de que lo que les estamos diciendo, como dice una frase popular, «les entra por un oído y les sale por el otro». Tanto si estamos intentando darles instrucciones simples o tratando de transmitir valores importantes, a veces parece que los niños tienen una habilidad innata para ignorar lo que les dicen sus padres u otros familiares.

Pilar Utrera Villalba, más conocida como Kiruca, acaba de publicar Lo que no te han contado sobre tu hijo y te gustaría saber (Palabra), un libro de ideas claras sobre lo hay que hacer para educar a los hijos con una pedagogía de vida nueva, donde enfoca el tema de la obediencia desde un punto de vista muy original. En su opinión, hay que enseñar a los niños a pensar diferente para darles motivación para obedecer. Según Kiruca Utrera, «la obediencia tiene un mayor contenido emotivo y un mayor contenido afectivo si les enseñamos a pensar diferente, interpretando esa norma como un «te lo digo porque es por tu bien y yo lo que quiero es que me hagas caso».

Kuruca Utrera le pide a las familias que piensen en que a todos nos gusta que nos hagan caso y cuando un niño te obedece significa que te hace caso. Entonces, ya ahí le estamos enseñando a pensar diferente porque ellos perciben que «lo que quieren mi mamá y mi papá es que yo les haga caso».

Y añade que «una de las cosas que digo es poner siempre el nombre por delante, «Eva, Gonzalo, Pablo, puedes por favor, o me haces un favor…». Y entonces el niño, por supuesto, que quiere hacer un favor a su padre o a su madre. Así, de entrada, ya estamos predisponiendo a los niños a que nos obedezcan. De esta manera, enseñándoles a pensar diferente, conseguimos que vean la orden no como una imposición sino como una muestra de cariño incluso».

Razones por las que tus hijos no te hacen caso

Sin embargo, hay varias razones por las cuales puede suceder que nuestros hijos no nos hagan caso, y comprenderlas es fundamental para mejorar la comunicación y fortalecer la relación entre padres e hijos:

1. Falta de atención. Los niños viven en un mundo lleno de estímulos, desde la televisión hasta los dispositivos electrónicos y los juegos. En este entorno saturado de información, es posible que simplemente no estén prestando atención cuando los padres intentan comunicarse con ellos.

Estrategia. Establecer momentos específicos para comunicarse, como durante las comidas o antes de acostarse, puede ayudar a captar la atención de los niños cuando están menos distraídos. Además, es importante mantener un contacto visual directo y asegurarse de que estén físicamente presentes antes de comenzar a hablar.

2. Falta de comprensión. Los niños pueden no obedecer las instrucciones porque no entienden completamente lo que se les está pidiendo que hagan. Esto puede ser especialmente cierto en edades más tempranas, cuando el lenguaje y las habilidades de comprensión aún están en desarrollo.

Estrategia. Simplificar las instrucciones y utilizar un lenguaje claro y directo puede ayudar a garantizar que los niños comprendan lo que se espera de ellos. También es útil proporcionar ejemplos concretos o demostraciones prácticas para ayudarlos a visualizar lo que se espera.

3. Resistencia al control. A medida que los niños crecen y desarrollan su propia identidad, es natural que busquen independencia y desafíen la autoridad de los padres. En este proceso, pueden resistirse activamente a seguir las instrucciones como una forma de afirmar su propia autonomía.

Estrategia. En lugar de recurrir a tácticas autoritarias que pueden provocar resentimiento, es importante fomentar un sentido de colaboración y negociación. Involucrar a los niños en la toma de decisiones y permitirles cierta autonomía dentro de límites razonables puede aumentar su sentido de responsabilidad y cooperación.

Como dice Kiruca Utrera, «el que nosotros les hayamos enseñado a pensar diferente les ayuda, por ejemplo, a interpretar en positivo una orden. No es lo mismo pedir de una manera que pedir de otra, es decir, como se dice en mi tierra, se puede «pedir con gracia», de manera que al pedir parece que estás dando. Pues lo mismo, pero aplicado al terreno educativo». 

4. Falta de conexión emocional. Cuando los niños se sienten desconectados emocionalmente de sus padres, es menos probable que respondan a sus instrucciones o consejos. La falta de conexión puede deberse a una variedad de factores, como la falta de tiempo de calidad juntos o conflictos no resueltos en la relación.

Estrategia. Priorizar el tiempo de calidad juntos, ya sea a través de actividades compartidas o simplemente pasando tiempo hablando y escuchándose mutuamente, puede ayudar a fortalecer la conexión emocional entre padres e hijos. Además, es importante mantener abiertas las líneas de comunicación y abordar cualquier problema o conflicto de manera respetuosa y comprensiva.

La comunicación efectiva entre padres e hijos requiere paciencia, comprensión y empatía. Al reconocer y abordar las razones subyacentes por las cuales los niños pueden no estar prestando atención, los padres pueden trabajar para construir una relación más sólida y satisfactoria con sus hijos.

Marisol Nuevo Espín
Asesoramiento: Pilar Utrera Villalba, más conocida como Kiruca, acaba de publicar Lo que no te han contado sobre tu hijo y te gustaría saber (Palabra)

Lo que no te han contado sobre tu hijo y te gustaría saber

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