Educar a un hijo es algo básico, pero para nada fácil. Este proceso implica hablar de muchos temas y tratar con ellos aspectos tan espinosos como las drogas. Pero no hay que dejarse superar por lo delicados que son estos asuntos se debe advertir de los mismos a los más pequeños de la casa para prevenir futuras adicciones. Aunque hay que saber cómo hacerlo según la edad.
Desde Kids Health se dan una serie de pautas para poder hablar de drogas con los más pequeños sin asustarlos. Una fórmula óptima con la que no saltarse estas charlas y conseguir que eviten caer en el consumo de estos productos en el futuro. Técnicas que tienen en cuenta la capacidad intelectual de los más pequeños y que pretenden hacer que sea el joven quien recapacite sobre los perjuicios de su uso.
Etapa preescolar
Quizás en esta etapa los padres sientan más miedo a la hora de tratar estos temas con sus hijos dada su escasa edad y el pensamiento de que no es algo que les incumba. Sin embargo, en estos momentos se pueden aprovechar otros elementos para sacar esta charla. Un ejemplo es ver a un personaje de televisión fumando y resaltar los peligros que tienen estos artículos, especialmente en los más pequeños.
Siguiendo con el ejemplo del tabaco, los padres pueden hablar de elementos como la nicotina que hacen que uno no pueda dejar de consumir estos artículos. Algo que los pondrá enfermos y que son perjudiciales para la salud. Es importante cuidar el tono ya que se podría crear en ellos una sensación de miedo, por lo que también es recomendable emplear términos que un niño de esta edad entienda.
Preadolescentes
En estad edades ya es más fácil abordar este tema con un hijo. Seguramente en la escuela ya hayan tratado este tema a través de charlas con expertos. La misión de los padres en este aspecto es charlar serenamente con los niños para que estos cuenten lo que han aprendido en estos talleres y tratar de hacerles recapacitar sobre la materia. Es decir, alimentar su espíritu crítico.
Las conversaciones en estas edades son muy importantes y no hay que eludirlas. Abrir este canal de diálogo permite que llegada la adolescencia, etapa mucho más rebelde en los hijos, se encuentren menos muros que derribar y pueda hablarse sin ningún tapujo sobre estos asuntos. Los padres deben hacer ver que se interesan por lo que los más pequeños sienten y padecen.
Un ambiente familiar acogedor, cálido y abierto, donde los hijos pueden hablar sobre sus sentimientos, donde se elogian sus logros y donde se alimenta su autoestima, favorece que los niños compartan sus propias dudas y preocupaciones. Cuando a un joven se encuentra con muros en su propia casa, busca el apoyo y respuestas a sus preguntas en otros.
Adolescencia
Es en estas edades en donde mayor peligro existe ya que en la adolescencia es en donde más se expone una persona al consumo de estas sustancias. Es muy probable que los hijos ya conozcan a otros chicos y chicas que consumen alcohol, tabaco e incluso drogas como el cannabis. Este asunto puede provocar que el joven sienta la necesidad de realizar preguntas sobre el tema.
Si se ha creado un buen clima de conversación previo, los hijos hablarán con los padres de estos temas sin miedo. En estas ocasiones los padres deben recalcar los peligros de del consumo de tabaco, alcohol o drogas. También hay que sumergirse en aspectos más serios como cuestiones legales: pagar multas o incluso ir a la cárcel en un futuro no muy lejano por culpa de estas actitudes.
También hay que dejar claras una serie de normas que indiquen que bajo ningún concepto se va a tolerar el consumo de estas sustancias. Imponer castigos en caso de detectar que el adolescente ha fumado o bebido alcohol y recompensar las actitudes positivas para reforzarlas. Siempre planteando el espíritu crítico para que sea el hijo quien deduzca el motivo que ha llevado a su castigo.
Damián Montero
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