Categorías:

Fotos de los niños: ¿me pertenecen las fotografías de mis hijos?

Tabla de contenidos

Con las redes sociales hemos descubierto que nos gusta compartir, descubrir nuestra vida y encontrar una comunidad que nos respalda. No obstante, son muchas las voces que se cuestionan actualmente si los padres sobreexponen demasiado a sus hijos en sus publicaciones. ¿Dónde está el límite? ¿Cómo puede perjudicarles? Y, quizás, lo que más puede confundirnos: ¿debemos pedirles permiso?

Nuestro bebé es el más bonito del mundo, eso es así. Ya hemos vuelto a casa del hospital, le hemos envuelto en esa mantita tan adorable que nos regalaron y, claro, se merece una foto. La mandamos al grupo de la familia, de los amigos… y ya que estamos la subimos a Instagram (y a Facebook de paso, ya que tenemos las cuentas vinculadas).

Hay muchos momentos por capturar: disfrazados, durante las vacaciones, cuando se tiran los cereales por encima, en un tierno abrazo con su hermano o con su primer uniforme del cole. Todos y cada uno de ellos potencialmente sujetos a publicación en las redes sociales de los padres.

Sharenting: los niños como escaparate de las redes sociales

El sharenting surge para dar la primera llamada la atención ante la sobreexposición de los hijos en el mundo online. «¿Cuántas fotos de tus hijos hay en tus redes sociales?», se pregunta The Family Watch en su último informe. Y nos contesta que 3 de cada 4 menores tienen fotos online.

Compartir de fotos de nuestros hijos surge de forma casi natural, ya que forman parte de nuestra vida y de nuestra rutina. «Utilizamos las redes como escaparate para contarnos, y cuando tienes hijos es difícil contarse sin compartir que ellos están ahí», nos explica María Zabala, periodista y creadora de iWomanish. Si bien antes llevábamos sus fotos en la cartera y las mostrábamos orgullosos mientras contábamos alguna anécdota, ahora los padres se han modernizado.

Aunque es cierto que no todos se lanzan a publicar imágenes de sus hijos; hay muchos que sienten que el compartir dichas publicaciones ayudan a mantener esa «tribu» que se pierde entre el caos diario y las distancias ahora salvadas gracias a las redes.

Elisa Molina, creadora de Educar en calma y con más de 28 mil seguidores en Instagram, lo define como una forma de compartir la crianza de los hijos con los demás.

La maternidad y la paternidad son momentos en los que hay muchas dudas y preguntas que nadie parece resolver cuando llega la hora de enfrentarse a ello nos ha contado antes de enfrentarnos a ello. Ser parte de una comunidad en una determinada red «crea ese sentimiento de ‘no estoy solo’ ante esos retos diarios a los que me enfrento con mis hijos», asegura Elisa, «porque el hijo o la hija de esta persona que sigo también tiene esos comportamientos, hace estas cosas igual que el mío y ella o él dice que sigue esta metodología o que ha hecho este curso , etc.».

Mucho más que una foto: el anhelo del like

Tenemos cierta inclinación hacia aquello que nos resulta más cercano, más personal e íntimo. De ahí que disfrutemos más al seguir los quehaceres de un famoso que de una marca o un medio de comunicación. En el caso del sharenting, está demostrado que es mucho más popular un post en el que salga tu bebé durmiendo sobre los nuevos cojines que te has comprado, que si subes simplemente una imagen de los susodichos cojines.

Resulta tentador dejarse llevar por el anhelo del Like; «mis fotos en redes sociales que enseñan o aluden a mis hijos suelen tener más likes que el resto. Poner el foco en eso o no depende exclusivamente de mí», desvela Zabala.

Otro caso, continúa, «es el de padres o madres que incorporan la imagen de sus hijos en una actividad en redes sociales más ‘profesionalizada’, publicitando productos o marcas o directamente poniendo a los niños como centro de las publicaciones. En este caso, se obtiene rédito, audiencia y engagement, y es ahí donde realmente hay que incidir en cuanto a la necesaria protección de los menores».

Por su parte, Elisa Molina como madre y asidua en Instagram, asegura que «intento proteger su imagen y que salgan de espaldas o mostrando solo sus manitas si es que estamos haciendo alguna actividad que puede inspirar a alguna familia o darles una idea de qué hacer con los niños», señala. 

Además, desvela la importancia de reflexionar con la pareja sobre este tema desde el primer momento, llegando, en su caso, al consenso de salvaguardar sus rostros, no contar datos demasiado reveladores y cuidar su rastro digital.

Ana Cemborain

Te puede interesar: 

 La vida en directo en las redes sociales

– Fotos en redes sociales: desetiquetar el pasado, un nuevo conflicto familiar

– La identidad digital en la familia: la ID de los niños

– Tu imagen en las redes sociales: cuando tu vida depende de un ‘like’

 La edad mínima para tener un perfil en redes sociales

Otros artículos interesantes