¿Cómo ser feliz? Esta es una de las preguntas que más se hacen las personas y que han suscitado numerosas dudas en la humanidad. Por ello, no es de extrañar que la ciencia se haya interesado en qué se esconde detrás de este estado de ánimo tan bueno para obtener consejos con los que mantener estas sensaciones. Un ejemplo es la investigación de Robert Waldinger y Marc Schulz, investigadores de Harvard.
Un trabajo en donde se recogen los resultados del Estudio de Harvard sobre el Desarrollo en Adultos, uno de los más completos sobre la felicidad del ser humano. Y, en este trabajo, una de las primeras conclusiones es que el cuidado de las relaciones familiares, en especial de la familia, es uno de los ingredientes fundamentales para alcanzar estas sensaciones.
Conectar con otros para ser feliz
Una de las primeras conclusiones alcanzadas en este trabajo es que el motor de una buena vida no es el «yo», sino la conexión que se tienen con otras personas. También hay que resaltar que hay que aceptar que no hay ninguna vida perfecta. Siguiendo con el terreno del cuidado de las relaciones personales, «las personas más conectadas con la familia, los amigos y su comunidad son más felices y están físicamente más sanas».
Por su parte, el aislamiento de las relaciones con otras personas se relaciona con una salud más deteriorada que aquellos que se sienten conectados con los demás. Y es que, una buena relación con los demás nos hace más felices que otros contextos como, por ejemplo, ganar la lotería, que aunque en un primer momento nos hace sentir bien, pasado un año nos devuelve al estado original.
Favorecer las relaciones en la familia
Dada la importancia que tiene la buena relación familiar para la felicidad, desde la Universidad Panamericana se dan los siguientes consejos para mejorar el vínculo:
– Favorecer la comunicación. Hablar con honestidad y sinceridad, evitando que las emociones se antepongan a la razón, es importante para crear un buen ambiente.
– Respetar el tiempo del otro. Planificar y organizar el tiempo, teniendo en cuenta tanto responsabilidades, como ocio.
– Mantener el orden. El respeto por los espacios compartidos es fundamental para una convivencia sana. De esta forma, también se pueden evitar conflictos creados por el desorden y el reparto de tareas del hogar.
Damián Montero
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