La tardanza en acceder al mercado laboral, la falta de políticas de conciliación, la inestabilidad de los empleos… Son muchos los motivos que explican el descenso de la natalidad en la actualidad. España atraviesa desde hace tiempo un invierno demográfico. Algo que también afecta a la edad a la que las mujeres deciden tener su primer hijo, tal y como asegura los últimos datos del Eurostat.
La cantidad de mujeres que se convierten en madres a sus 40 años es de las más grandes de Europa junto a Italia. Un dato que se hace más evidente en regiones como Galicia, comunidad autónoma que duplica la media del Viejo Continente. Algo que puede verse acrecentado por la crisis sanitaria que ha traído el coronavirus y que ha hecho que los problemas de antes se vean acrecentados por la preocupación del futuro.
Madres a los 40 años
Según los datos del Eurostat el 12,9% de las madres de Galicia tenían 40 años o más. Un dato que duplica la media europea que se sitúa en el 5,2%. Tras esta comunidad autónoma se sitúa Cerdeña (Italia) con una tasa del 12,4%. También se aprecian un número por encima de esta ponderación en el Principado de Asturias y la Comunidad de Madrid, con un 11,7% ambas.
Tendencia distinta a las que se puede apreciar en otras zonas como Flandes (Bélgica) o Vychodne Slovensko (Eslovaquia). En ambas regiones la media de madres primerizas por encima de los 40 años se queda en un 2,2%, número que desde luego queda por debajo de la media europea y que se asemeja al de otros territorios holandeses como las provincias de Drente y Frisia.
Por países, España, Italia e Irlanda representan las naciones con una mayor proporción de madres primerizas por encima de los 40 años. No es de extrañar que, por tanto, que las mujeres que tienen su primer hijo tengan una media de edad entre las más altas de Europa (31,0), solo superada por Italia (31,2 años).
Preocupaciones tras la pandemia
Como ya se ha dicho, la crisis provocada por la pandemia puede medrar, todavía más, en la situación de la maternidad por los siguientes motivos:
– Inestabilidad laboral. ¿Habrá nuevos confinamientos? ¿Afectarán los mismos a la economía? ¿Corre peligro mi puesto de trabajo? Estas preguntas sobrevuelan la cabeza de muchos hogares, en los que se puede posponer, todavía más, la decisión de ser padres hasta alcanzar una estabilidad.
– Difícil conciliación. ¿Quién cuida de los niños? ¿Qué sucede si hay un rebrote en el colegio? Muchos padres encuentran un problema a la hora de decidir qué sucede con sus hijos si se clausura un aula o a la hora de dejarlos al cuidado de sus abuelos (que representan un grupo de riesgo) o contratar servicios de cuidado (y exponerse a la entrada en el domicilio de otra persona, susceptible de portar el virus).
Damián Montero
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