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Cómo enseñar a los niños a actuar si se pierden

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Ni existe el riesgo cero ni es posible la vigilancia absoluta. Nuestros hijos se van a enfrentar, con toda seguridad, a situaciones complicadas. Explicarles cómo deben actuar, a quién pueden recurrir y lo que nunca deben hacer nos dará la tranquilidad de que sepan manejar las dificultades.

No obsesionarlos. Aunque es un difícil equilibrio, es muy importante no convertir a nuestros hijos en excesivamente miedosos porque el miedo es una emoción muy paralizante que les puede jugar muchas malas pasadas. Hay que explicarles los riesgos a los que se enfrentan, como el riesgo de perderse, y poner el énfasis en que la mayoría de los problemas tienen solución.

Mantener el control. Tenemos que transmitirles calma ante situaciones complicadas, que aprendan a controlar los nervios para que su cerebro les ayude a tomar decisiones adecuadas y no se mueva presa del pánico. Así evitaremos problemas añadidos al que ya tenemos, como que salgan corriendo y acaben más perdidos o que tengan un accidente por estar tan inquietos.

Elegir a quién preguntar. Muchas veces el agobio de los padres no es tanto por el hecho de que el niño se haya perdido como por el temor a las manos en las que puede caer. Por eso un buen consejo es enseñarles desde pequeños algunos trucos para elegir a quién preguntar. No se pueden evitar todos los riesgos pero sí es más probable que tengan menos problemas. Por ejemplo, si se pierden en un supermercado, es bueno enseñarles que acudan a alguien con uniforme de trabajo que sabrá qué hacer. En la calle, podemos utilizar a la Policía como referente y también decirles que busquen «padres o madres con niños pequeños».

Llevarlos identificados. Si sabemos que vamos a estar en un lugar con aglomeraciones y es fácil que se pierdan, podemos escribirles el número de teléfono en el brazo o en una pulsera de papel y explicarles lo que deben indicar a la persona que encuentren.

Enseñarles a estar atentos. Si a la atención que nosotros prestamos a nuestros hijos le añadimos el que les inculcamos que ellos deben estar también atentos a nosotros, minimizamos las posibilidades de que se pierdan. Si tenemos varios niños, podemos hacer una cadena de atención que nos sirva para estar todo el tiempo alerta.

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