Cuando la familia recibe una noticia tan agradable como la llegada de un nuevo miembro, hay que preparar el hogar para esta nueva incorporación. Entre las muchas labores que hay que llevar a cabo está la de preparar la habitación en donde habitará el niño. Sin embargo, ¿en qué momento debe ocuparla? ¿Hasta cuándo se debe compartir cuarto con los hijos?
De hecho, ante esta pregunta, surge otra. ¿Es recomendable que los más pequeños de la casa compartan habitación con sus padres? Desde la Asociación Española de Pediatría, AEP, han elaborado un artículo en donde dan respuesta a estas y otras preguntas relacionadas con el espacio en donde deben dormir los hijos.
La decisión de compartir la habitación es de los padres
Desde AEP se recuerda a los padres que es solo suya la decisión de dónde deben dormir sus hijos. Al mismo tiempo, estos profesionales repasan las ventajas e inconvenientes de cada una de estas opciones:
– Si los padres deciden que el bebé permanezca en su misma habitación, incluso después de que termine el periodo de lactancia, existe la ventaja de que se le podrá atender de inmediato si llora. Por otro lado, también se presenta el inconveniente de que los ruidos y las acciones de los adultos podrían alterar su sueño, impidiendo que desarrolle una total autonomía en el descanso.
– Si el bebé duerme en otra habitación existe la ventaja de que puede adquirir su ritmo y su autonomía en el sueño sin interferencias, pero el inconveniente de que los padres deberán desplazarse a esa otra habitación si el niño los necesita.
Consejos para el sueño de los niños
Ya sea en el mismo cuarto, o en otro, los padres deben tratar de que la higiene y calidad del sueño de los más pequeños sean los mejores. Para ello, se ofrecen algunos consejos para este fin:
– Los padres pueden elegir un juguete que sea su compañero de cuna. Este objeto servirá de transición desde la dependencia de los padres hacia su autonomía.
– Dejar abierta la puerta del cuarto.
– Evitar luces ya que interfieren en la secreción de melatonina. Si se precisa, que sean en tonos rojos-anaranjados.
– Establecer un horario regular para levantar y acostar al bebé.
– Mantener una temperatura confortable en la habitación y evitar el exceso de ruido ambiental.
– No se recomienda que el bebé se acueste con hambre.
– Si el bebé llora por la noche, hay que atenderlo de forma tranquila, pero con pocas palabras. Hay que dejar claro un sencillo mensaje «es la hora de dormir.» No conviene encender luces, ni jugar. Se le puede dar agua o su chupete. El padre o la madre pueden sentarse a su lado, pero posiblemente es mejor que no lo cojan en brazos (salvo que esté enfermo).
Damián Montero
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