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Crecen las peleas entre hermanos en casa, ¿qué hago?

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Ahora que estamos pasando más tiempo en casa que nunca, las tensiones, rencillas y peleas entre hermanos pueden haberse incrementado considerablemente. Cuando nuestros hijos entran en la dinámica de discutir por cualquier cosa, la convivencia se puede hacer muy cuesta arriba. Gritos, peleas, llantos… pueden acabar con tu paciencia ¡y no es para menos!

Nuestra primera recomendación es que tomes las peleas entre hermanos en casa como algo normal. En una relación de este tipo, que es tan estrecha e íntima, es normal que surjan conflictos y que se discuta por ello. Opiniones diferentes, rivalidades… casi cualquier cosa puede desencadenar una pequeña batalla familiar. Por eso asumir estas disputas con naturalidad te ayudará a afrontarlas con tranquilidad.

¿Qué hacer cuando nuestros hijos se pelean?

Según las circunstancias en las que se den las peleas entre hermanos, podrás tomar distintas actitudes:

  1.  Salir de la situación. En ocasiones, la discusión empeora si hay un adulto delante. Puedes probar a salir de escena y dejar que lo resuelvan entre ellos. Si alguno de tus hijos reclama tu atención, puedes intentar distraerle pero sin participar en el conflicto.

  2.  Mantenerte en la situación pero no inmiscuirte. Es decir, tomar un papel de espectador sin mediar entre ellos para que tu actitud calmada les sirva como referencia. Si intentan involucrarte en la trifulca, redirige para que sean ellos los que encuentren la solución. Anímales a tranquilizarse para poder resolver el conflicto.

   3. Intervenir. Si ves que la pelea entre hermanos empeora o se agreden de alguna manera (insultos, golpes, arrojar cosas…) lo mejor es separarlos. El objetivo es que se calmen y que una vez que lo consigan, se reencuentren para solucionarlo. El papel del adulto es el de impedir que la cosa vaya a más, pero no el de resolver el conflicto.

Ideas para reconducir los conflictos entre hermanos

Además de tener en cuenta lo anterior, estos otros consejos te ayudarán a reconducir los conflictos entre tus hijos:

1. Mantén la calma. Podemos actuar de espejo. Si exteriorizamos tranquilidad, les ayudará en su autocontrol.

2. No te posiciones. Si lo haces puede empeorar la situación considerablemente. Lo mejor es que mantengas una actitud neutra, no juzgues. Es importante que durante el conflicto te mantengas al margen (salvo si la situación se descontrola)

3. Favorece que se tranquilicen. Si las peleas son recurrentes, podéis fijar previamente una palabra (stop, fuego…) que les indique que deben parar y calmarse para después buscarle una solución. En muchas ocasiones, ocurrirá que no se darán cuenta de la intensidad de la emoción por lo que utilizar una palabra de corte les ayudará a hacerse conscientes.

4. Llegar a acuerdos. Si el tema por el que se discute es recurrente, buscad una solución de forma conjunta. El mejor momento para hacerlo es cuando los ánimos se hayan calmado. Es recomendable esperar y exponerlo cuando la comunicación y la negociación sean posibles.

5. Enseña habilidades. Aunque hemos dicho que las peleas son inevitables, hay muchas formas de afrontarlas. Te recomendamos que enseñes a tus hijos habilidades como la escucha, la empatía o la gestión emoción emocional.

Paula Gordillo Montilla. Psicóloga clínica. Fundación Educamos en Familia

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