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6 consejos para mantener una buena dinámica familiar en las vacaciones de verano

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Una de las consultas más habituales al acercarse vacaciones de verano en relación a las familias es cómo fomentar que las dinámicas familiares sean lo más estables y tranquilas posibles para poder disfrutar y divertirse en familia reduciendo las discusiones y el caos. Lo que lleva a la pregunta: ¿qué necesitan los niños para disfrutar desde la seguridad y la estabilidad?

Seguridad y estabilidad en vacaciones: 6 consejos útiles

Los siguientes consejos están enfocados a fomentar el bienestar de los menores, la unión familiar y la calidad del tiempo en familia.

1. Rutinas y responsabilidades
Durante el periodo de vacaciones de verano es complicado mantener las rutinas tan estrictas y firmes como durante el curso. Cierta flexibilidad es beneficiosa para la dinámica familiar dado que los ritmos del día a día cambian, los planes son diferentes, el horario de la luz es distinto, etc.

No obstante, en la medida de lo posible es recomendable mantener ciertas rutinas y dinámicas para que los niños se sientan seguros y tranquilos. Mantener el orden de las rutinas de mañana y de noche es una buena opción a pesar de que el horario cambie. La alimentación, la higiene y el sueño son necesidades básicas que dan estructura al día y ayudan a los niños a anticipar la logística del día proporcionando seguridad y tranquilidad.

Por otro lado, las vacaciones son un buen momento para que los pequeños de la casa aprendan tareas o responsabilidades del cuidado del hogar y la familia, correspondientes a su etapa evolutiva y madurativa, ayudando así a desarrollar su autonomía, sensación de autorrealización, cooperación familiar y autoestima.

2. Actividades manuales o didácticas
Estas dinámicas, en momentos de calma y tranquilidad, nos permiten acercarnos a los niños de una forma diferente. Las actividades manuales nos ayudan a conectar con el momento presente dejando de lado las prisas, responsabilidades y prioridades de los adultos. De esta forma estrechamos la relación con ellos ya que les damos un espacio y un canal en el que comunicarse con los adultos.

Los puzzles, el dibujo o los cuentos pueden ser grandes aliados para fomentar esta interacción. E incluso, la creación de estas nuevas «rutinas de verano» mencionadas en el punto anterior. Hacer sentir a los menores partícipes de estas responsabilidades materializadas e ilustrándolas en una cartulina con ayuda de pictogramas, dibujos u otros elementos creativos aumentará la probabilidad de que las acepten y participen en ellas con una buena actitud.

3. Actividad física diaria
Las vacaciones de verano son un momento fantástico para montar en bici, nadar, correr, pasear, entre otras actividades. Es necesario que los niños se muevan al aire libre, fomenten interacciones sociales y descarguen energía tanto si es de forma individual como en familia o con amigos.

4. Tiempo en familia
En ocasiones es difícil poder compartir tiempo con los niños durante el curso debido a las responsabilidades. Los juegos en familia son una oportunidad perfecta para poder estar presente y acercarnos al mundo de la infancia. Por ejemplo, preparar alguna gincana casera al aire libre, hacer recetas todos juntos, disfrutar de un rato de cine familiar o, incluso, enseñar a los niños a jugar a los juegos que tanto disfrutaban sus padres cuando tenían su edad.

Un momento muy importante que abre la oportunidad de poder tener conversaciones y ratos divertidos en familia son la comida y la cena. Sin contacto con pantallas se convierte en otro escenario al alcance de nuestra mano para poder proporcionar a cada miembro un espacio en el que compartir con el resto. Cualquiera de estas actividades fomenta la comunicación y la unión dentro de la familia, la cooperación y fortalece los vínculos entre los miembros.

5. Posibilidad de elegir
En ocasiones, debido a los ritmos tan rápidos y las responsabilidades que marcan el ritmo del curso, los niños no sienten que tengan la posibilidad de elegir qué se quieren poner de ropa, qué pueden comer, a qué pueden jugar o qué plan pueden hacer. Hacerles partícipes de algunas elecciones, de acuerdo a su etapa evolutiva y madurativa, puede mejorar su humor y su actitud además de fomentar su autonomía, su sentido de la responsabilidad y, por tanto, su autoestima y capacidad para decidir.

6. Uso de tecnología
El tiempo libre puede ser un gran aliado de las pantallas para los niños y los adultos. Un uso desproporcionado de la tecnología disminuye la oportunidad de realizar actividades que nutran las relaciones sociales y familiares en el mundo real. Para poder hacer un buen uso de la tecnología es necesario poder acordar un horario firme con unas normas establecidas que puedan anticipar los menores.

En relación a los adultos, un uso responsable y reducido de pantallas también ayudará a que los niños lleven mejor estos límites. Además, anticipando la vuelta al colegio tras el verano, la retirada de las pantallas puede ser una lucha difícil y amenazante para la dinámica familiar.

María Canseco. Psicoterapeuta infantojuvenil y familiar de Psicólogos Pozuelo.

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