El año tiene 365 días. A priori, puede parecer que sobran jornadas para disfrutar en familia. Sin embargo, a la hora de la verdad, surgen responsabilidades que van posponiendo el encuentro entre los miembros de un hogar. Y ya no digamos las reuniones con parientas más lejanos, como por ejemplo los abuelos, tíos y otros muchos más.
Recuperar todo el tiempo perdido para volver a estrechar el vínculo entre los miembros del hogar, viviendo unas fiestas como deben vivirse: en familia.
Aprovechar el tiempo en casa
Esta crisis sanitaria trae vacaciones para los más pequeños de la casa. Un tiempo libre imprescindible para estrechar los lazos entre los miembros de la familia. El hogar debe ser el primer escenario para ese fin. ¿Dónde colocar cada una de las figuras? Esta es quizás la pregunta que menos importancia tenga, lo realmente importante son los momentos que se pasan juntos.
Otra opción para aprovechar las horas juntos en casa es la preparar entre todos los menús de las fechas importantes. Decidir qué se va a preparar, ir al supermercado para comprar los ingredientes y pasar la tarde cocinando todos estos platos. Y, por supuesto, todo ello con el hilo musical de villancicos para dar un toque navideño a estos recuerdos.
También se puede organizar un pequeño amigo invisible, pero en donde no haya regalos sino pequeñas muestras de afecto. La persona que lo reciba debe intentar hacer algo que agrade a la otra. Una oportunidad para mostrar que la Navidad no es solo consumismo desmedido.
De puertas para afuera
La Navidad no solo es época para hacer actividades en casa, son muchas las opciones que se pueden realizar en exterior:
– Visitar el centro. El color, las luces y la magia de la Navidad inundan el centro de la ciudad durante estas fechas. No está de más visitar el centro para que los niños se contagien de esta alegría y, entre otras cosas, puedan llevarle sus cartas a sus mágicas majestades a quienes también podrán ver durante la cabalgata.
– Hacer un viaje. Las vacaciones de los más pequeños pueden aprovecharse para hacer un viaje. Son muchas las opciones, desde una visita a un paraje natural hasta otra ciudad, o también allá donde viven los abuelos para pasar la Navidad junto a ellos.
– Recitales de villancicos. La banda sonora de estas fechas son los villancicos y no son pocos los coros o agrupaciones que los cantan a lo largo de toda la ciudad. Acudir junto a los niños a estos recitales para que vivan de primera mano esta tradición es una gran idea.
Damián Montero
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