La familia es el primer entorno de aprendizaje de las personas. Es allí en donde los niños interiorizan las primeras lecciones y asumen valores que pondrán en acción una vez que lleguen a otros ambientes como el colegio. ¿Hasta qué punto llega la influencia del hogar en los más pequeños? A esta pegunta ha querido llegar la Universidad de Córdoba en uno de sus últimos estudios.
Un trabajo en el que han analizado la influencia de la actitud de los padres en el desarrollo del ciberacoso en sus hijos. ¿Existe algún tipo de relación entre la familia y la implicación de los jóvenes en estos casos? Los resultados adelantan que sí, que el hogar debe jugar un importante papel a la hora de colaborar con los programas de prevención de acoso a través de las nuevas tecnologías.
Implicación y formación
Dos palabras deben marcar la actitud de los padres a la hora de tratar el acoso escolar en la familia: implicación y formación. Por un lado, los adultos deben volver sus ojos hacia sus hijos y no esperar a que ellos mismos tengan un buen comportamiento. Han de asumir su papel en la educación de los más pequeños y asegurarse de que la transmisión de buenos valores.
«Lo más importante es que los chicos y chicas que no están implicados en ciberacoso son quienes reciben más afecto de sus padres, muestras de promoción de su autonomía y humor. Además, son adolescentes con alta revelación filial, es decir, comunican espontáneamente a sus progenitores asuntos que les interesan y preocupan. En cambio, aquellos chicos y chicas que han recibido una educación basada en prácticas disciplinarias punitivas (control psicológico y castigo físico o psicológico) tienden a implicarse más en ciberacoso», explica Rosario del Rey, investigadora de la Universidad de Sevilla, quien ha colaborado en este trabajo.
La información recogida después de analizar a 2.060 estudiantes de Educación Secundaria Obligatoria, ESO, de Andalucía, indica que cuando las prácticas educativas son poco adecuadas parece que aumenta la probabilidad de que los chicos sean victimizados o se impliquen en el doble rol (agresor/víctima), mientras que en el caso de las chicas, cuando reciben este tipo de trato, tienden a ser ciberagresoras.
Herramientas conta el ciberacoso
Como ya se ha dicho, luchar contra el ciberacoso es una de las labores que debe asumir toda la familia. Un combate que debe comenzar con las siguientes labores:
– Apostar por navegadores y buscadores seguros en los dispositivos que emplee tu hijo.
– Instalar el ordenador o vía de entrada a Internet siempre en zonas comunes de la casa (comedor, salón…) evita, sobre todo en los primeros años, que tu hijo acceda solo a Internet.
– Revisar la configuración de privacidad de redes sociales y APP de mensajería instantánea.
– Hablar con los hijos de los riesgos de la red y conciénciale de que, tanto si le ocurre a él como a algún amigo, el ciberbullying es un delito.
– Conocer el lenguaje y los usos de las redes sociales por parte de los menores, solo así podrás detectar si se está produciendo algún problema.
– Activar herramientas de control parental.
– Mostrar interés por la actividad en redes sociales y los contactos de los hijos en Internet. Evita que acepte perfiles sin identificación.
– Fijar horarios estrictos tanto para el uso de redes sociales como para el de dispositivos móviles.
Damián Montero
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