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Se acabaron las fiestas, consejos para devolver la rutina al hogar

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¿Cómo Adaptarse A Las Rutinas De Nuevo Sin Morir En El Intento?

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Se acabó la Navidad, toca esperar a Semana Santa y al verano para poder disfrutar de un periodo de descanso, bien merecido. Ahora lo que corresponde es sumergirse de nuevo en las rutinas y en las obligaciones, tanto adultos como menores. Un objetivo que puede costar mucho al principio ya que durante estas fechas los horarios desaparecieron y ahora retomarlos es duro para cualquiera.

Pero no queda otra, hay que volver a integrar las rutinas en el hogar y hacer que todos y cada uno de los integrantes del mismo se readapten para cumplir con sus obligaciones. En poco tiempo el objetivo estará conseguido y toda la familia cumplirá con sus compromisos.

Dormir, lo importante

Tanto trabajo como colegio e instituto requiere madrugar. Durante las fechas navideñas los horarios han podido trastocarse y entre salidas, comidas familiares y visitas a otros parientes la hora de irse a la cama y de despertarse han podido trastocarse. Sin embargo, este es el primer paso para volver a la rutina, asegurar un buen horario de sueño para afrontar las obligaciones.

Para ello, nada mejor que acostumbrar a todos a irse a la cama a la misma hora. Esta debe ser la primera rutina a adaptar para evitar el cansancio. Los padres deben asegurarse de que sus hijos vayan a dormir y asegurar que en su dormitorio no haya ningún elemento que pueda distraerlos y alterar su descanso. De igual modo, los adultos también deben velar por cumplir esta costumbre y dar ejemplo a los más pequeños.

Una rutina supone también unos horarios muy marcados, por lo que en los primeros días debe adaptarse el cuerpo a ellos otra vez. En estos días los padres deben velar porque no se relajen estos hábitos y que si hay «cinco minutos de más» sólo sea eso, no se posponga más la actividad. Si antes de las vacaciones existía una hora para estudiar y hacer deberes esta debe volver tan pronto se vuelva al colegio.

El niño debe entender que las vacaciones se terminaron y que no puede dedicar ya tanto tiempo al ocio. Lo mejor en estos casos es asegurarse que no se inicia ninguna actividad que pueda continuarse a largo plazo. Durante los momentos de descanso es mejor dedicar tiempo a hablar que empezar a ver una película o serie que invite a quedarse en el sofá toda la tarde.

La importancia de ser feliz

Volver a la rutina no solo supone cumplir a rajatabla unos horarios, también hay que velar por cuidar el estado anímico de todos. Por ello, desde la Asociación Española de Pediatría, AEP, se aconseja incluir el ejercicio como costumbre en el día a día de las personas. Gerardo Rodríguez, coordinador del Grupo de trabajo de Actividad Física de este organismo, recuerda que «una actividad física adecuada se relaciona con un mejor rendimiento escolar y con un mejor estado anímico de los niños».

Como se dijo antes, entre las obligaciones también hay que devolver rutinas que incluyan el ocio. Empezar a estudiar justo después de la comida de poco servirá ya que la digestión viene acompañada de un periodo de somnolencia que impide ser eficaz en cualquier actividad mental. Por ello, nada mejor que una pequeña siesta, nunca más de 20 minutos tal y como recomiendan los expertos, para que el cuerpo tenga energía para empezar.

En la sobremesa se puede apostar también por un momento de charla en el que los niños puedan contar qué tal les ha ido el día. Llegado el fin de semana también hay que recordar que hay que descansar para recargar las pilas y volver al máximo el próximo lunes para afrontar otros días de obligaciones. No toda rutina es obligación, también hay que velar por desconectar y tener la mente libre de cargas.

Damián Montero

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