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4 consejos para colaborar en la educación de los nietos

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Si hacemos caso a una reciente encuesta del Instituto Nacional de Estadística, casi un 50% de los abuelos atiende diariamente a sus nietos pequeños, que en su mayoría están escolarizados. No sólo les llevan y recogen del colegio, sino que les ayudan también en sus trabajos escolares. Para los abuelos esto supone olvidar el planteamiento de una vida pacífica y tener que desoxidar y pulir los ya dejados afanes por educar a los hijos.

Los abuelos deben saber que la primera responsabilidad educativa es de sus padres y que sus actuaciones con los nietos deben ser acordes con las de los padres, es decir, deben fomentar en la educación de los nietos la obediencia a sus padres.

Si en algún caso hubiera una discrepancia educativa, nunca ésta podrá suponer una crítica a los progenitores en presencia de sus hijos, aunque sí que es necesario y conveniente comentar con los padres estas diferencias de criterio. También deben informar a los padres en lo que observen en la convivencia con los nietos. Sería una mal entendida ternura encubrir actuaciones inadecuadas de los nietos.

Hábitos básicos para la educación de los nietos

Estos son algunos consejos para los abuelos que se ocupan de sus nietos más pequeños, desde los de unos meses hasta los 6 años.

Desde que nace un niño existen cuatro hábitos básicos que hay que conseguir con constancia.

1. El niño debe comer bien, de todo lo adecuado para su edad, a su hora y en un tiempo determinado.

2. Debe tener sus horas de sueño, como una rutina diaria fija y en su cama propia.

3. Mantener un orden en los horarios para que el pequeño sepa lo que tiene que hacer en cada momento, pues no puede depender de nuestro capricho.

4. Debe aprender a asearse como norma higiénica y agradecer la limpieza. Hay que evitar el dejarse llevar por los sentimientos y desordenar la vida en los aspectos citados, concediendo al niño sus caprichos.

Pautas educativas para la educación de los nietos

1. Aprender
«El cerebro no es un vaso por llenar, sino una lámpara por encender» (Plutarco)

Las investigaciones neurológicas nos dicen que el desarrollo cerebral puede intensificarse si se realiza un aprendizaje temprano, facilitando al niño los estímulos adecuados en el momento oportuno de su desarrollo, no de un modo precoz; pero sin dejar de aprovechar el tiempo en que el desarrollo evolutivo de sus capacidades facilita y potencia determinados aprendizajes, para los que biológica y psicológicamente está en las mejores condiciones. En la literatura educativa estos momentos se denominan periodos sensitivos. Se trata de permitir que las capacidades naturales que pueden desarrollarse en esas edades tengan ocasión de hacerlo a través de la educación. En las páginas dedicadas a los aprendizajes tempranos los abuelos podréis encontrar variadas posibilidades de colaborar en este desarrollo cerebral. No obstante, voy a proponeros ahora algunos estímulos sensoriales que están a vuestro alcance.

2. Jugar
El niño tiene una enorme capacidad de aprender muchas cosas jugando y es feliz cuando le damos la posibilidad de aprenderlas, disfruta y colabora con entusiasmo. Para aprender, además de ver tiene que hacer.

3. Enriquecer su lenguaje
Para enriquecer su lenguaje es conveniente mostrarle cuentos con imágenes de animales, o de objetos de la vida diaria, diciéndole sus nombres y que vea cómo se escriben. Hablarle con serenidad y con un lenguaje sencillo, evitando los diminutivos. Leyéndole cuentos infantiles y explicándole lo que no entienda, desarrollamos su lenguaje. Hay estudios que demuestran que los niños cuidados por abuelos tienen una mejor expresión verbal. Los abuelos necesitamos paciencia para responder a su avalancha de preguntas a las que hay que contestar con veracidad.

4. Desarrollar su psicomotricidad
Desarrolla la psicomotricidad fina el que el niño trabaje con plastilina, modelando figuras sencillas. También los ejercicios de colorear ayudan al control de sus manos. Un buen aprendizaje es un paseo por un parque haciéndole observar las diferencias entre los distintos árboles, la forma de sus hojas, la textura de su corteza, etc. Escuchar unos minutos un pasaje de música clásica desarrollará su capacidad auditiva. Y así, otras muchas actividades que mensualmente aparecen en esta revista. Los abuelos podemos ser una importante fuente de estimulación e información.

5.  Reforzar sus puntos fuertes
Se consigue mucho más con una gota de miel que con un barril de hiel (Refrán popular)
Educar es apoyarse en los puntos fuertes de un niño para neutralizar los débiles. Hay que educar en positivo, animando, alentando, facilitando los medios adecuados en el momento oportuno, con paciencia y constancia, sin ser demasiado exigentes o negativos, lo que dará confianza a los niños y les animará a superarse. Dos metas a lograr serán la sinceridad y la obediencia. Y sobre todo estimular su generosidad, con el ejemplo y el cariño. El niño necesita el éxito para desarrollar su autoestima, lo que se logra animando mucho más que censurando. Debemos hacernos partícipes de sus pequeños y grandes éxitos en las actividades que antes citábamos. Estemos atentos para cortar los enfados y celos entre los hermanos y primos.

La relación con los nietos es más sosegada con mayor ternura. Hay que tomarles siempre en serio y evitar la burla de sus debilidades. Al igual que sus padres, los abuelos son un modelo para los nietos. Hasta los 3 años, los niños tienden a imitar a sus modelos, con afán de repetir y el gusto por aprender de ellos. Lograremos que se superen si se les trata con naturalidad y alegría, si les pedimos perdón cuando es necesario, les damos las gracias cuando nos ayuden y les enseñamos a hacerlo con los demás. Sabemos que en ocasiones las limitaciones físicas propias de la edad hacen difícil el sonreír, pero hay que luchar por esforzarse cuando estén ellos, pues un abuelo triste sería un triste abuelo.

Marisol Nuevo Espín

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