El embarazo es una etapa delicada. Durante los meses de gestación hay que asegurar el bienestar de la madre, no solo a nivel físico sino también en otros terrenos. La ansiedad y el estrés son dos elementos que pueden hacer cuesta arriba este proceso y que pueden acarrear grandes consecuencias para la mujer y el niño. De hecho, un nuevo estudio recuerda la importancia de la tranquilidad en todo este tiempo.
Según el estudio publicado en la revista JAMA Open Network, la ansiedad en las madres gestantes podría desembocar en el desarrollo del cerebro de los fetos, al alterarse la conectividad neuronal de los niños mientras están el útero. De esta manera, el estrés se relaciona con una mayor posibilidad de que aparezcan trastornos del neurodesarrollo en los hijos.
Estrés, depresión, o ansiedad
Hasta la fecha otros estudios habían comprobado que la presencia del estrés, la ansiedad o la depresión en las madres embarazadas tenían como efecto un mayor peligro en la gestación. Con esta nueva investigación se advierte de los riesgos, a largo plazo, en el desarrollo de los hijos, así como con la presencia de problemas sociales, emocionales, o de comportamiento en los mismos.
Para analizar cómo afecta el estrés y la ansiedad a las madres (y a sus futuros hijos) se tomó en cuenta a 50 mujeres embarazadas. Los test tuvieron lugar entre las semanas 24 y 39 de la gestación, etapas en las que estas participantes tuvieron que rellenar varios cuestionarios con el fin de detectar estrés, ansiedad, y/o depresión en estas voluntarias. Acto seguido se procedió al escáner cerebral de los fetos.
Tras analizar los resultados se encontró que las madres con puntuaciones más bajas en cualquiera de las formas de ansiedad presentaban más posibilidad de que los hijos en su vientre tuvieran conexiones más fuertes entre el tronco cerebral y as áreas sensoriomotoras. Zonas estrechamente relacionadas con la excitación y habilidades motoras.
Por otro lado, los hijos de las mujeres embarazadas con mayor ansiedad tenían más posibilidad de tener conexiones más débiles en entre la corteza de asociación parieto- frontal y occipital, encargadas con las funciones ejecutivas y cognitivas superiores. Según la doctora De Asis-Cruz, las redes cerebrales de los niños podrían verse alteradas por la ansiedad en la gestación.
Ansiedad en el embarazo
Como se ha dicho, la ansiedad en el embarazo tiene repercusiones negativas. Estas son algunas de las que advierte desde la Academia Americana de Pediatría:
– Mayor dificultad en el desarrollo del vínculo temprano entre madre e hijo, lo que trabará la formación de lazos entre ambos.
– Una vez que ha nacido el bebé, dificultad a la hora de atender las necesidades de este y responder a la necesidad de apoyo que este presenta.
– Otros miembros del hogar también se pueden ver afectados por este estrés, creándose un mal clima que altere el ritmo normal de la familia.
Damián Montero
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