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¿Cómo sobrellevar un embarazo de riesgo?

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La mayoría de los embarazos suelen ir bien pero… ¿qué ocurre cuando las cosas no funcionan y hay un embarazo de alto riesgo? ¿Cómo lo gestiona la madre? Un embarazo de riesgo es aquel en el que la salud de la madre o del feto corre un mayor riesgo de complicaciones durante el embarazo, el parto o el posparto. 

Existen diversos factores que pueden aumentar el riesgo de un embarazo de riesgo, entre ellos podemos mencionar la edad avanzada de la madre (mayores de 35 años), las enfermedades crónicas preexistentes, como diabetes, hipertensión arterial, enfermedades cardíacas o enfermedades autoinmunitarias, los embarazos previos complicados, como parto prematuro, aborto espontáneo o preeclampsia, el embarazo múltiple (gemelos, trillizos, etc.), el consumo de tabaco, alcohol o drogas durante el embarazo, el sobrepeso o obesidadInfecciones durante el embarazo, como la toxoplasmosis o la rubéola, los problemas en el desarrollo fetal, como anomalías congénitas o retraso en el crecimiento, entre otros.

Los embarazos de riesgo requieren una atención médica especializada y un seguimiento más estrecho para detectar y tratar cualquier complicación tempranamente. Es importante que las mujeres embarazadas informen a su médico sobre cualquier antecedente médico o factor de riesgo que puedan tener para un embarazo de riesgo.

Tratamientos para sobrellevar un embarazo de riesgo

El tratamiento requerido para un embarazo de riesgo dependerá de la causa subyacente del riesgo y de la gravedad de las complicaciones presentes. El tratamiento puede variar desde la monitorización cuidadosa del embarazo hasta intervenciones médicas o quirúrgicas más invasivas.

En ocasiones, un embarazo de riesgo requiere de algunos cuidados como los medicamentos para controlar la presión arterial o el azúcar en la sangre, en caso de hipertensión arterial o diabetes gestacional, el reposo en cama o reducción de la actividad física para reducir el riesgo de parto prematuro o complicaciones relacionadas con el crecimiento fetal, y la toma de suplementos nutricionales, como hierro o ácido fólico, para garantizar una nutrición adecuada para el feto y la madre.

En algunos casos, también puede precisar cirugía fetal para corregir anomalías congénitas o problemas de crecimiento en el feto, la necesidad de realizar un parto por cesárea si el parto vaginal representa un riesgo para la madre o el feto.

Tatiana García Rivas, periodista y autora del libro Embarazo contra las cuerdas (Grijalbo, 2018), tuvo un embarazo de riesgo y considera que «tener un hijo es un auténtico milagro. Afortunadamente la ciencia cada vez avanza más y podemos prevenir muchas complicaciones antes, durante y después de un embarazo y el parto. Por mi experiencia recomendaría a todas las mujeres que quieran ser mamás algo que muy pocos ginecólogos aconsejan: seis meses antes de que se pongan manos a la obra que se hagan una revisión. Esto es: una citología, una ecografía transvaginal y una analítica completa. Algunos profesionales incluso recomiendan la prueba del citomegalovirus, un gran problema para el futuro bebé que se puede prevenir antes del embarazo».

Marisol Nuevo Espín

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