Muchos son los problemas que se relacionan con el tabaco. No solo para aquellos que fuman, aquellos que rodean a los fumadores también sufren estas consecuencias negativas. La presencia de estos humos durante el embarazo tiene resultados bastante graves tanto en la madre como en el feto.
Un ejemplo es el aumento del riesgo de partos prematuros. Por suerte las distintas iniciativas contra el tabaco han conseguido reducir los riesgos derivados de los humos de los cigarrillos para las madres y para sus hijos. En concreto, tal y como apunta la Asociación Española de Pediatría, AEP, la prohibición de estos productos en lugares públicos ha conseguido reducir la cantidad de alumbramientos antes de tiempo.
Menos tabaco, menos prematuros
Para analizar la relación entre el tabaco y los partos prematuros, AEP ha analizado los cinco millones de nacidos en el periodo comprendido entre el año 2000 y 2013. Por un lado se revisó la cantidad de alumbramientos antes de término y por el otro la presencia de leyes restrictivas del tabaco.
En aquellos periodos de prohibición total de fumar en lugares de trabajo y espacios públicos cerrados se produjo una disminución de los niños recién nacidos de bajo peso. Una muestra más de cómo restringir la exposición a los humos de las embarazadas contribuye a mejorar la salud de las madres y de los hijos que todavía no han nacido.
Por ello desde AEP se anima a que la restricción de humos no quede al ámbito público. Los pediatras aconsejan reducir la exposición al tabaco de las embarazadas en la esfera pública. Mantener una buena alimentación, rebajar la cantidad de cigarrillos que se consumen, o directamente dejar de fumar, son algunas de las recomendaciones para aquellas parejas que estén esperando un hijo.
Aumento de los fumadores pasivos
Si bien las leyes contra el tabaco han reducido los partos prematuros, irónicamente la cantidad de fumadores pasivos ha aumentado. Así lo demuestra un estudio realizado por la Universidad de Granada. Los investigadores recogieron datos de 118 niños pertenecientes a la cohorte del INMA-Granada, proyecto de investigación Infancia y Medio Ambiente. Estadísticas de antes y de después de la entrada de la normativa contra el tabaco. Los resultados demostraron que lejos de ayudar a prevenir los fumadores pasivos, esta Ley provocó todo lo contrario, un aumento de este número.
Si en el tramo del 2005 al 2006 el nivel de nicotina en estos niños era de 8,0 ng/ml, en los años 2011-2012 era de 8,7 ng/ml. Unos resultados que tiene dos explicaciones, por un lado el aumento del consumo en el hogar y en el coche. «Nuestros resultados indican que la prohibición de fumar en lugares públicos y de trabajo ha trasladado el consumo a lugares privados, en contra de lo descrito en otros estudios que aseguran que prohibir fumar en bares no hace que aumente el consumo en casa», apunta la autora principal de este trabajo, Mariana Fernández Cabrera, del departamento de Radiología y Medicina Física de la Universidad de Granada.
Por otro lado, la Ley Antitabaco tampoco ha hecho que descienda el número de fumadores. El número de familias con al menos un miembro consumidor de tabaco se incrementó del 39%, en el tramo 2005 a 2006, al 50.8%, de 2011 a 2012. Un crecimiento también apreciado en madres (20.3% vs. 29.7%) y padres (33.9% vs. 39.0%) que también participaron en este estudio. Una situación que los investigadores achacan a la crisis económica, que ha generado que muchas personas recurran a estos artículos como método anti-estrés.
Damián Montero
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