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Semana 40. Embarazo semana a semana

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Después de 9 meses tu bebé está a término, listo para conocerte. Llegamos al fin de este recorrido por el embarazo semana a semana. Si tu bebé ya ha nacido, enhorabuena, si no, no te preocupes: el 80% de los nacimientos fuera de la fecha prevista se producen entre 3 días antes y 3 días después de la fecha probable, por lo que la mayoría de los partos se producen en esta semana 40.

Cambios en la embarazada: la semana 40 de gestación

Comenzamos esta semana 40 de embarazo como terminamos la 39, con especial atención y recordando los síntomas previos al parto:

1. Contracciones rítmicas, regulares (cada 5 minutos) e incluso dolorosas.

2. Sangrado mayor o igual a la menstruacción.

3. Rotura de la bolsa o saco amniótico (el líquido amniótico puede salir en cantidades más o menos abundantes). Es importante que te fijes en el color y el aspecto de tu líquido amniótico. Si el líquido es transparente, todo va bien, sin embargo si tiene un color amarillento o verdoso es urgente que se lo comuniques a tu doctor.

Aunque no se conoce exactamente qué es lo que produce el parto, sí se sabe que el papel fundamental lo juega una hormona: la oxitocina.  Cuando los pulmones del bebé están maduros, segregan una proteína al líquido amniótico que altera la producción de hormonas. Este cambio hace que la placenta reduzca la emisión de progesterona y en su lugar fomente la producción de la oxitocina, que es la que regula las contracciones del útero.

Desarrollo del bebé en la semana 40 de embarazo

Desarrollo del bebé en la semana 40 de embarazo
Foto: THINSTOCK Ampliar foto

Aunque el tamaño de los bebés varía, sobre todo, según su sexo, se considera que el bebé en la 40 semana de embarazo pesa entre 3 y 4 kilos y mide algo más de 50 cm. En cualquier caso, los doctores consideran como peso óptimo los 3.000 – 3.500 gramos.

Seguramente tu bebé sea del 96% que nacen cabeza abajo, en la llamada posición cefálica. Si no, lo más probable es que te practiquen una cesárea (se extrae el feto del vientre de la madre mediante una incisión en la pared abdominal y uterina) que en principio no conlleva complicaciones salvo una recuperación post parto más larga.

Al nacer, tu bebé:

1. Tiene un color más amoratado tirando a rosáceo o amarillo. Su piel está cubierta aún por restos de vernix caseosa, lanugo y algo de sangre, sobre todo, entre los pliegues de su piel.

2. Tendrá el pelo y las uñas largas.

3. Podrá tener la cabeza algo deformada, ya que los huesos de su cráneo estaban separados para facilitar la salida por el canal del parto.

4. Seguirá recibiendo anticuerpos a través de tu leche materna.

5. Estará como confundido y algo aturdido. Nada más nacer llorará (con lo que llenará sus pulmones con aire por primera vez) y luego adoptará una actitud de reposo más calmada.

6. Tiene unos reflejos primarios y puede percibir luces y sombras y algunos objetos cercanos.

Nada más nacer, tu bebé será sometido al llamado Test de Apgar, en el que se puntuará dos veces (con un intervalo de cinco minutos entre prueba y prueba) su estado vital y salud.

La salud de la embarazada en la semana 40 de gestación

La salud de la embarazada en la semana 40 de gestación
Foto: THINSTOCK Ampliar foto

En este momento es normal que intercales muchas emociones, tanto positivas como negativas: impaciencia, miedo e incluso ansiedad por la llegada del bebé pero al mismo tiempo mucha ilusión. Lo mejor es que compartas todos tus deseos y temores con familiares y amigos, además de preguntar cualquier duda que tengas al doctor. Sobre todo en el caso de que seas primeriza, conocer cómo desarrolla el parte y lo que ocurre en las siguientes horas te ayudará a manejar los nervios.

Aunque lo normal es que el cansancio y el resto de molestias (tirantez en la tripa, incomodidad, falta de sueño, dolores en el suelo pélvico…) hagan que estés deseando que nazca el bebé, disfruta el momento del parto lo que puedas. Es hora de poner en práctica todo lo que aprendiste en el curso de preparación al parto, especialmente, las técnicas de relajación y respiración.

Por último, y en lo que respecta a la alimentación, es posible que en esta última semana de embarazo tengas más antojos. Puedes comer entre horas pero siempre aperitivos y tentempiés sanos que te aporten energía. Por lo demás, sigue consumiendo dos litros de agua el día y realizando cinco pequeñas comidas al día en vez de 2 o 3 mucho más abundantes.

Control del embarazo en la semana 40 de gestación

En la semana 40 de gestación, siguiendo el protocolo de la SEGO (Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia) te realizarán un test basal como parte de la monitorización fetal. Es un método sencillo, fácil de hacer y sin complicaciones para la madre y su hijo que permitirá conocer la frecuencia cardiaca del bebé.  Si en el test se observan signos de pérdida de bienestar fetal o en el supuesto de que tu bebé pueda padecer sufrimiento fetal, te ingresarán para finalizar el embarazo, bien induciéndote el parto o realizándote una cesárea. Otra opción es el Test No Estresante (TSE) mediante el cual, colocando unas cintas y sensores en el abdomen de la mujer, el doctor podrá conocer también la frecuencia cardiaca del bebé y las contracciones de la embarazada.

Entre tanto, te realizaran una exploración para ver cómo va modificándose el cuello del útero. Si estás muy dilatada te dejarán ingresada en el hospital para dar a luz de manera que cuando tu útero alcance los 10 centímetros te puedan llevar directamente a la sala de partos.

Puede ser que tu bebé no nazca hasta una o dos semanas después. En este caso,  tu ginecólogo y el equipo médico que te atiende te realizarán pruebas cada pocos días para determinar el estado de la placenta y si tu bebé está recibiendo una nutrición y oxigenación adecuada.

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