Los riesgos de que el niño desarrolle alergias durante la infancia son consecuencia de ciertos hábitos que se dan durante el embarazo como el tabaco, el estrés o una mala alimentación. Actualmente, el 12 por ciento de la población infantil en edad escolar sufre asma y entre 800.000 y un millón de niños tiene algún tipo de alergia, según los datos de la Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediátrica (SEICAP). Unos datos que se incrementan por los malos hábitos durante el embarazo.
Consejos para evitar el asma infantil desde el embarazo
El tabaco y la contaminación durante el embarazo son dos de los principales factores de riesgo prenatales para el desarrollo de asma y alergias durante la infancia, según ha señalado la SEICAP. Así, fumar durante el embarazo puede multiplicar por dos, o incluso por tres, las probabilidades de desarrollar asma durante la infancia.
Por eso, los profesionales recomiendan llevar a cabo una serie de buenos hábitos durante el embarazo con el objetivo de frenar la aparición de enfermedades alérgicas en los niños:
– Seguir una dieta saludable en el embarazo
– Reducir el estrés durante el embarazo
– Evitar la exposición a la contaminación del tráfico, sobre todo en hora punta.
– Prolongar la lactancia materna hasta los 6 meses.
En esta misma línea y centrado en la influencia de la contaminación en los niños, un estudio español, realizado por varios centros y publicado en la revista Thorax, ha confirmado que «la exposición prenatal a la contaminación del aire relacionada con el tráfico puede dar lugar a un déficit de la función pulmonar a largo plazo en la edad preescolar«.
El humo ajeno incrementa el riesgo de asma en la infancia
Además del hábito de fumar en el embarazo, algo que hacen el 35 por ciento de las mujeres embarazadas en todo el mundo, la investigación sueca publicada en la revista Pediatrics ha señalado que la exposición al humo de otros fumadores, tanto en el momento en el que el bebé está en el útero como durante la infancia, también puede provocar que el niño desarrolle asma hasta, incluso, los 16 años de edad. Así, mientras el riesgo de padecer asma y la rinitis está ligado sobre todo a la primera infancia, el eccema se suele desarrollar en edades posteriores.
La dieta y el estrés en el embarazo aumentan el riesgo de asma en los niños
A parte del tabaco y la contaminación, existen otros factores que pueden afectar a la salud del niño durante el embarazo. Uno de esos factores es la alimentación: una mujer embarazada debe controlar responsablemente su alimentación incluyendo todos los nutrientes en su dieta diaria y cumplir con las restricciones propias que exige el embarazo. En este sentido, los últimos datos indican que, por ejemplo, la dieta mediterránea actúa como protector frente al asma.
Por último, se ha comprobado que sufrir estrés durante el embarazo, sumado a la predisposición genética a padecer asma, aumenta el riesgo de que el niño sufra asma posterirormente.
Patricia Núñez de Arenas