La elección del hospital público o clínica privada para dar a luz debe estar íntimamente ligada con el tipo de parto que queremos tener. Efectivamente, no todos los hospitales disponen de los mismos recursos ni en todas partes se respetan los planes de parto de la embarazada ni siguen la Estrategia al parto normal del Ministerio de Sanidad.
Si estamos ante un embarazo de riesgo con alteración de la salud de la madre o el bebé, lo ideal es acudir a un hospital grande donde dispongan de todos los recursos tanto humanos (suficiente personal) como técnicos (una buena UCI neonatal); pero si lo que tenemos es un embarazo normal y queremos un parto natural lo que necesitamos no son grandes aparatos, quirófanos y cirujanos, sino pelotas de pilates, colchonetas, ducha/piscina de partos y, sin lugar a dudas, una buena matrona que derroche paciencia y sensibilidad.
A partir de ahí cada mujer elegirá el lugar en función a sus deseos y todos son completamente respetables: hay mujeres que quieren un parto natural hospitalario, otras parto con epidural (por tanto medicalizado) y otras parto en casa.
Parto en hospital público
Ventajas de dar a luz en un hospital público
– Los hospitales públicos tienen mejor infraestructura y tecnología que los hospitales privados para atender partos de riesgo y afrontar los problemas que puedan surgir.
– Es más probable que respeten tu plan de nacimiento puesto que están sujetos a auditorías y tienen mayor transparencia de datos que en los hospitales privados.
– Al ser hospitales universitarios es más fácil que estén en constante actualización.
– Si el parto es normal, durante todo el tiempo estarás acompañada y asistida por una matrona; sólo verás al ginecólogo en caso de que el parto se complique y deba realizar un parto instrumental o una cesárea.
– El número de cesáreas es menor que en los hospitales privados.
Incovenientes de dar a luz en un hospital público
– Si la habitación es compartida, tendrás poca intimidad
– No se cuida tanto la estética como en los hospitales privados.
– Con frecuencia hay residentes de matrona y ginecología en formación.
La atención a cada mujer la suele hacer una matrona, acompañada por una residente de matrona/ginecología de primer año. Los residentes siempre deben presentarse y pedir permiso a la mujer para atenderla durante el parto y sólo debe haber uno.
Parto en clínica privada
Ventajas de la clínica privada
– Las habitaciones suelen ser más confortables, individuales con baño completo y cama de acompañante.
– Suelen estar menos saturadas de gente, al ser más pequeñas que los hospitales.
– Si lo tienes pactado, puede que te atienda la misma persona que te haya seguido el embarazo.
Inconvenientes de la clínica privada
– Es difícil que acepten los planes de parto, ponen muchos obstáculos y la medicalización de los partos en muy alta.
– No suelen disponer de elementos como colchonetas, sillas de parto, oxido nitroso para tener un parto natural y no suelen aceptar atender partos que no sean en litotomía (tumbada con piernas hacia arriba).
– El porcentaje de cesareas es más alto que en los hospitales públicos, pero cada uno es diferente; es aconsejable preguntar en atención al paciente o bien a tu matrona/ginecólogo por los índices de episiotomías, partos instrumentales, inducciones y cesáreas.
– Suelen tener menos recursos humanos y técnicos; es aconsejable preguntar, en caso de partos de riesgo, si disponen de UCI neonatal o trasladarían al bebé a otro hospital, si tienen banco de sangre de cordón umbilical…
– La dilatación es atendida por la matrona de guardia, pero a la hora del expulsivo suele acudir a atenderlo el ginecólogo.
Amanda Rodríguez Sánchez. Matrona.
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