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La placenta y su misión en el embarazo

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Al vivir de cerca un embarazo es fácil que escuchemos hablar de la placenta. Sabemos que es la encargada de hacer que un embarazo llegue a buen puerto pero, ¿qué es y cuál es su función? La placenta es el órgano encargado del apoyo vital del bebé antes de nacer. Su labor es fundamental, ya que a través de la placenta el feto se nutre, respira y excreta.

La placenta, palabra cuyo origen proviene del latín y que significa torta o tarta, debido a su forma, es un órgano que se empieza a formar a la semana de haberse producido el embarazo: durante la implantación del embrión en la pared uterina. Por lo que, está formada de las mismas células del bebé.

En los primeros meses de embarazo, la placenta aún no está formada y es el endometrio el encargado de cuidar al embrión. A partir del cuarto mes de gestación, la placenta se encargará de nutrir al feto de manera autónoma.

La placenta posee dos lados: un primer lado, el lado materno, que está firmemente unido a la pared interna del útero de la madre y compuesto por su sangre, la cual contiene oxígeno y nutrientes que el bebé necesita para sobrevivir; el otro lado, el lado fetal, se encuentra posicionado enfrente del bebé y está formado por cientos de vasos sanguíneos entrecruzados.

El envejecimiento de la placenta en el embarazo

Cómo todo órgano, la placenta nace, crece y muere. La duración de la placenta normalmente no acaba antes de que se produzca el parto. Sin embargo, en algunas ocasiones en donde se supera la fecha prevista del nacimiento, puede surgir este envejecimiento, lo que provocará que las funciones de nutrir y proteger al bebé se encuentren disminuidas. De todos modos, el envejecimiento de la placenta es normal, en el caso de que el bebé no se esté nutriendo como es debido los médicos pueden plantearse inducir el parto.

Funciones de la placenta en la gestación

– Transmite los nutrientes al bebé.  La placenta actúa como mensajero entre el lado materno y el lado fetal, es decir, ayuda a llevar a cabo la transferencia de oxigeno y la alimentación de nutrientes de la madre hacia los vasos sanguíneos del bebé a través del cordón umbilical.

– Eliminación de desechos. El bebé transfiere a la madre los productos de desechos que produce, ya que no puede eliminarlos por sí solo al ser sus órganos aún inmaduros. De modo que, la placenta actúa como un filtro encargado de mantener las sustancias nocivas alejadas del sistema orgánico del bebé.

-Tolerancia inmunológica. La placenta ayuda a “esconder” al bebé del sistema inmunológico de la madre y así evitar su rechazo. Si no fuera así, el sistema inmune activaría sus anticuerpos y células de defensa contra el bebé.

– Apoyo hormonal. Otra de sus funciones es la fabricación de hormonas. Ofrece apoyo hormonal durante todo el embarazo. Entre ellas la gonadotropina coriónica, que es la que permite que el embarazo siga su curso. Como curiosidad, esta es la hormona que se mide en los test de embarazo. También sintetiza estrógenos que cumple la función importantísima de ayudar a la implantación del embrión, el desarrollo de las mamas y del lactógeno placentario, que controla el metabolismo materno y estimula el crecimiento del bebé.

– Protección. La placenta asegura que el bebé no absorbe ninguna clase de desperdicio ni sustancia química proveniente de la sangre de la madre. Por lo que el feto estará protegido durante la época e la que su sistema inmune aún no está desarrollado, Pese a su capacidad de filtración, la placenta no podrá proporcionar protección contra productos como: humo de cigarrillos, alcohol, ciertos medicamentos.

– Fuente de información. Una vez que nace el bebé, la placenta ya ha cumplido su función y, por lo general, se expulsa a los pocos minutos. En el caso de que su bebé presente ciertas complicaciones, como un retraso en el crecimiento o una infección, la placenta puede enviarse al laboratorio para realizar un análisis e identificar la causa del problema.

Noelia de Santiago Monteserín

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