La tasa de nacimientos prematuros ha aumentado en los últimos años y se sitúa entre un 8 y un 10 por ciento. A pesar de que los controles ginecológicos son cada vez mejores, existen una serie de razones que están propiciando este incremento de partos prematuros o antes de tiempo, lo que da lugar a los bebés prematuros.
Entre las principales razones destacan «ser madre a una edad tardía, los embarazos múltiples o el estrés materno son algunas de las causas que pueden influir en que el parto se produzca antes de tiempo. También la mejor atención obstétrica y pediátrica actual puede conducir a una prematuridad provocada y deseable, cuando la gestación no va bien», según apunta la Dra. Rosa Pérez-Piaya, responsable de la UCI Neonatal y Pediátrica del Hospital Universitario HM Montepríncipe.
«Cuando un bebé nace antes de la semana 37 de gestación, se considera que es prematuro. Existen diferentes tipos de prematuridad, según la semana en la que nacen, y así entre la 34 y 37 hablamos de prematuridad tardía. Esta es la situación más favorable de inmadurez y peso, aunque no está exenta de riesgo o complicaciones. A medida que bajamos en la escala de semanas de gestación, las enfermedades aparecen con más frecuencia en los prematuros. La situación se complica por la inciencia de enfermedades por debajo de las 32 semanas o cuando el prematuro pesa menos de1500 gramos», asegura la Dra. Pérez-Piaya.
El cuidado de los prematuros: centrado en el desarrollo
Ya en el parto, los bebés prematuros necesitan unos cuidados especiales que solo pueden proporcionar los neonatólogos expertos, que debe acompañarse de una reanimación organizada y de un rápido y seguro traslado a la Unidad Neonatal, donde se les proporciona todas las atenciones médicas que precisen: oxígeno, sistemas de respiración asistida, surfactante, antibioterapia, nutrición parenteral…
En estas unidades, los bebés prematuros y sus padres gozan de un espacio confortable, con niveles bajos de sonidos y de luz. Se trata de facilitar de forma precoz el método canguro (contacto piel con piel entre el pecho de la madre o padre, y bebé), así como implicar a los padres en el cuidado directo de sus hijos. Y sdemás, la doctora Pérez-Piana indica que «es muy importante aplicar al recién nacido prematuro los Cuidados Centrados en el Desarrollo, como conjunto de actuaciones médicas y de enfermería que tratan de disminuir el estrés y el sufrimiento del bebé, a favorecer su desarrollo neurosensorial y emocional, y a lograr que los padres sean también cuidadores esenciales del niño durante su estancia en el hospital».
La estancia de los prematuros en la UCI Neonatal
La permanencia media de los grandes prematuros es de 3 meses, pero siempre hay que individualizar. La experta señala que «la permanencia en la UCI Neonatal se ha establecido en las 35 semanas de edad postconcepcional, siempre y cuando el peso y la madurez del pequeño sean suficientes».
Y respecto a la edad, la doctora aclara que «hay dos maneras de medir la edad del bebé prematuro: la cronológica y la corregida o postconcepcional. La primera tiene en cuenta la fecha de nacimiento y la segunda, la edad gestacional que tendría de haber permanecido en el claustro materno. Es esta segunda la que mejor nos informa de las capacidades del bebé».
El papel de los padres en el cuidado del bebé prematuro
Es muy importante que los padres puedan estar con sus hijos el mayor tiempo posible. Desde el principio hay que capacitar a los padres para que puedan participar en el cuidado directo del bebé prematuro. Se debe facilitar precozmente el contacto con sus pequeños mediante la aplicación del «método canguro» y, cuando no se pueda, al menos que puedan tocarlos.
En muchos casos también es muy necesaria la atención a las madres y padres por parte del Servicio de Psiquiatría y Psicología porque el nacimiento de un hijo antes de tiempo supone para los padres un verdadero trauma, con sentimientos negativos de frustración, culpa, miedo y de incapacidad para cuidar de su hijo.
El vínculo afectivo que se entabla en los primeros días de vida, «es mucho más difícil cuando el recién nacido está hospitalizado, en una incubadora y con multitud de cables, electrodos y catéteres, que dificultan el contacto padres-hijo. El correcto establecimiento de este apego, es fundamental para el buen desarrollo del bebé tanto a nivel neurológico como social y emocional», asegura la experta.
Asimismo, los padres deben concienciarse de que la leche materna es el mejor alimento que se le puede dar al bebé y que la madre se la puede extraer para suministrársela al recién nacido, desde la primeras horas después del nacimiento.
Dra. Pérez-Piaya. Neonatóloga de la UCI Neonatal HM Montepríncipe
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