Dentro de la Medicina el pediatra es el especialista que se dedica a atender a los más pequeños de la casa, diagnosticarlos y proponer un tratamiento. Lo normal es que los niños comiencen sus visitas a estos profesionales una vez han nacido y presenten algún problema o se concierte una cita para poder seguir de cerca su desarrollo. Sin embargo, desde la Asociación Americana de Pediatría se aconseja a los padres acudir a estos centros incluso antes del parto.
La recomendación es que todos los futuros padres pidan cita con el pediatra durante el tercer trimestre del embarazo. Una acción que servirá como primer paso para conseguir una relación de confianza con este especialista y para contar con el apoyo del hogar médico para su niño.
Visita prenatal
Desde la Asociación Americana de Pediatría se explica que no hay que pensar en la visita a este especialista como una cita en la que se va a diagnosticar un problema de salud. Esta actividad puede servir para hablar sobre las expectativas de traer un bebé a su hogar y a anticipar retos no previstos, tales como la depresión posparto u otros asuntos derivados de la concepción.
En esta visita al pediatra se pueden estrategias positivas para la crianza que pueden ayudar a contrarrestar las consecuencias para la salud del estrés en la vida del niño. «Es una oportunidad para hablar sobre cómo mantener seguro al bebé y en buena salud fíisica, así como para fomentar lazos fuertes con los padres para promover resiliencia y ayudar al niño a mantener una buena salud emocional», explica Michael Yogman, presidente del comité de la Asociación Americana de Pediatría.
También durante estas visitas se pueden cubrir asuntos, tales como asientos de seguridad para automóvil, qué clase de ropa de cama necesita para la cuna o moisés, y qué vacunas necesita para proteger al bebé. Estas citas también pueden ser una oportunidad para hablar sobre la lactancia materna.
Otros temas a hablar en estas visitas al pediatra son los sentimientos normales que causan el estrés cuando un bebé llora y otras cosas que puede esperar al cuidar de un bebé, así como estrategias claras para enfrentar el estrés antes de sentirse estresado.
Este organismo señala que la visita prenatal con el pediatra es de particular importancia para los padres primerizos y para aquellos que se enfrentan a un embarazo de alto riesgo, sufren de complicaciones, esperan a más de un bebé o están en proceso de adopción.
Las primeras visitas al pediatra
Las visitas al pediatra también deben mantenerse tras el parto. El primer examen médico del bebé se realiza inmediatamente tras su nacimiento, a esta cita le seguirán una serie de visitas al especialista que serán muy habituales durante el primer año de vida del pequeño.
Tal y como indica el Hospital San Joan de Déu, es muy recomendable que ambos padres acudan a estas revisiones. Disponer del apoyo de otro adulto permite que el padre o la madre puedan concentrarse en las explicaciones del pediatra. El objetivo de estos primeros exámenes médicos es asegurar que el pequeño está desarrollándose y creciendo de manera adecuada y que no presenta ningún trastorno o problema de salud. Para ello el pediatra observará y evaluará distintas áreas:
– Crecimiento. En cada visita, el pediatra pesará al bebé y medirá su estatura y el tamaño de la cabeza. Esto le permitirá determinar la curva de crecimiento en cada visita y, de esta manera, sabrá si el bebé está creciendo adecuadamente
– Cabeza. El pediatra observará si los puntos blandos de la cabeza o fontanelas se cierran cuando deben y, consecuentemente, si la formación de los huesos de la cabeza se desarrolla de manera correcta; el punto de la parte posterior deberá cerrarse a los dos o tres meses de vida, y el de la parte frontal aproximadamente a los 18 meses.
– Oídos. Se realizan pruebas auditivas para determinar cómo los oídos del bebé responden a los sonidos y si existe alguna anomalía. También, el pediatra examinará si hay líquido o alguna infección en el oído.
– Ojos. El médico observará el seguimiento de los movimientos de cada ojo del bebé, utilizando un objeto brillante o una linterna para llamar su atención. También realizará un examen interno del ojo, muy útil para detectar cataratas.
– Boca. La revisión de la boca es necesaria para detectar infecciones y observar la evolución de la dentadura.
– Corazón y pulmones. En estas primeras visitas, el pediatra también escuchará el corazón y los pulmones del bebé a través de un estetoscopio, para asegurar que el ritmo y sonido son normales y que no existe ninguna dificultad respiratoria inusual.
– Abdomen. Presionando suavemente sobre el abdomen del pequeño, el médico se asegurará de que ningún órgano está dilatado ni hay masas anormales.
– Genitales. Los genitales se examinan en cada visita para detectar cualquier protuberancia, blandura o señales inusuales de infección. Si el bebé ha sido circuncidado, en los primeros exámenes médicos, se presta especial atención al pene, para asegurar que se cura correctamente.
– Caderas y piernas. El pediatra comprobará si existe alguna anomalía en las articulaciones de la cadera y si hay dislocación o displasia. Esto es determinante para una corrección adecuada del problema lo antes posible. Cuando el pequeño empiece a andar, el médico determinará si las piernas y los pies se alinean y mueven correctamente.
Damián Montero
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