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Consejos de alimentación, claves para un embarazo sano

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Un periodo importantísimo y delicado. El embarazo es un momento de lo más importante, porque en él la mujer ya no solo tiene que velar por su bienestar, sino también por el de la vida que se está formando en su interior.

Es ese periodo en el que el dicho de «somos lo que comemos» se vuelve más importante que nunca, porque la alimentación juega un papel en la salud de la madre y también en la del bebé.

Cómo tener un embarazo saludable a través de la alimentación

El equilibrio es la clave de toda dieta saludable, sin embargo, hay que tener en cuenta que, durante el periodo de gestación, el organismo necesita una mayor cantidad de minerales y vitaminas. ¿Significa eso que hay que comer más? En realidad, no. La clave realmente está en comer mejor. De hecho, se aconseja que en torno al 70% de la dieta esté compuesto por pan, pasta y cereales.

Eso no quita que haya entre 2 y 3 porciones de lácteos desnatados y de proteínas al día. Asimismo, a partir de los tres meses de embarazo, el cuerpo necesita unas 300 calorías diarias extra, aunque manteniéndose siempre en torno a las 2.000 al día, que son lo más aconsejable.

Durante este tiempo, hay nutrientes que no pueden faltar por nada del mundo, ya que son clave para el desarrollo del bebé. Así, es esencial que haya tanto yodo como omega 3 para garantizar un buen desarrollo cognitivo y cerebral, como también calcio para los huesos y él hierro para una buena formación de glóbulos rojos. Esto es lo esencial y más importante.

Las algas, recientemente popularizadas a través de la cocina japonesa, son alimentos muy ricos en yodo. Sin embargo, es necesario consumirlas con moderación puesto que su aporte de este nutriente multiplica por 37 la cantidad diaria recomendada (fuente: blogdelbebe.com). Son uno de esos alimentos inesperados, pero bastante aconsejables en la dieta de una mujer embarazada.

Alimentación en el embarazo

También hay que sumar la toma de zumos de frutas naturales, mantener la hidratación y comer pescado, huevos, jamón curado (con más de 14 meses no hay riesgo de toxoplasmosis) y evitar la sal. Además de todo esto, también es importante controlar la cantidad de grasa y aceite en los alimentos, destacando sobre todo las frituras. No tienen por qué eliminarse de la dieta por completo, pero solo se deben tomar una vez por semana.

Legumbres, fruta, verdura, pescado, lácteos, carne y frutos secos no pueden faltar en la alimentación diaria. Variados y en cantidades controladas, aunque intentando siempre que haya entre 4 ó 5 piezas de fruta y verdura al día, pueden garantizar sin miedo un embarazo de lo más saludable.

Marina Berrio

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