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WhatsApp: ventajas y desventajas

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Más que una moda, las nuevas tecnologías han revolucionado con aparente facilidad nuestra forma de comunicarnos. El WhatsApp se ha introducido en nuestras vidas y lo que en un principio nació como un servicio de mensajería, hoy se ha convertido en una red social, que no solo admite mensajes de texto, sino conversaciones telefónicas y videollamadas.

Además, permite la creación de grupos, que no han dejado a nadie indiferente, debido a la polémica que han suscitado algunos de ellos cuando no se siguen unas normas básicas de educación, protocolo y etiqueta. Por este motivo y para que todos sepamos comportarnos correctamente a la hora dirigirnos a los demás a través de WhatsApp, especialmente si somos padres y pertenecemos a uno de estos grupos de WhatsApp de padres del cole, hemos establecido un listado con algunas de las ventajas y desventajas más sobresalientes que se derivan de su uso.

Ventajas del uso de WhatsApp

1. Grupos de WhatsApp. Una de las principales ventajas de esta aplicación es la de comunicar a varias personas a un mismo tiempo. Los grupos de WhatsApp han venido a sustituir a las cadenas de emails y los hay de muchos tipos.

Los grupos familiares mantienen a todos en contacto, ayudan a organizar el día a día familiar y a compartir momentos y experiencias, lo que puede repercutir positivamente en el ambiente familiar. Si hablamos de familias en las que alguno de sus miembros vive fuera, estas ventajas se multiplican.

De una manera similar, muchos grupos de amigos, compañeros de trabajo, de colegio, de facultad, de madres de compañeros de colegio de sus hijos, de los que juegan a pádel… han creado sus propios grupos en WhatsApp. En ellos se organizan eventos y se comparten acontecimientos importantes, de una manera sencilla y que además evita los malos entendidos derivados de la trasmisión de información de unos a otros, ya que en este caso todos lo reciben a la vez. 

2. WhatsApp en la distancia. Quizá una de las mayores ventajas del WhatsApp es la facilidad con la que mantiene en contacto a gente a pesar de la distancia. Es una forma de comunicarse clave en una sociedad en continuo movimiento, en la que salir de tu ciudad, o de tu país, para estudiar o trabajar es más una norma que una excepción.

3. Eficiencia del WhatsApp. Esta aplicación es probablemente la más rápida y económica de las formas de comunicación que tenemos hoy en día. Más económica que el teléfono y probablemente más inmediata que el email en algunos contextos.

Desventajas del uso de WhatsApp

1. La comunicación escrita es mucho más pobre que la oral. La principal diferencia entre la comunicación oral y escrita es que esta última pierde todos los aspectos no verbales que acompañan al lenguaje. La comunicación oral es muy rica en matices: el tono de voz, la velocidad del lenguaje, la postura corporal, la expresión facial, los gestos de las manos… son una serie de detalles que pueden cambiar radicalmente el sentido de un discurso.

Muchas veces no es tan importante lo que decimos sino cómo lo decimos. Pensemos en una palabra sencilla como «gracias». Podemos decirla de mil maneras distintas y expresar cosas diferentes. Todas esas connotaciones, que van más allá de lo verbal, se pierden en WhatsApp. Los emoticonos y otros complementos de la aplicación pueden subsanar estas diferencias en alguna ocasión, pero difícilmente podrán causar el mismo efecto que la expresión.

Por otro lado, podemos caer en el error de tratar por WhatsApp ciertos temas delicados o importantes para así evitarnos la dificultad que supone hablar de ellos en persona. Atendiendo a la importancia de lo no-verbal en la comunicación, merece la pena ser valientes a la hora de tratar temas que nos resultan delicados para no perder la riqueza de la comunicación verbal.

2.  Malinterpretaciones y otros problemas con el WhatsApp. Uno de los problemas viene, por tanto, de que un mensaje escrito, separado de lo no-verbal, tiene muchas interpretaciones posibles y la interpretación que le da la persona que recibe el mensaje puede ser muy distinta que la del emisor. Atribuirle al otro una intención distinta a la que tenía dificulta la comunicación y a la larga entorpece las relaciones.

3. Inmediatez. La rápida comunicación que nos ofrece el WhatsApp puede hacer que nos
enganchemos en la trampa de la inmediatez. Parece que cuando mandamos un WhatsApp estamos esperando una respuesta en ese momento, y la demora de dicha respuesta nos intranquiliza, miramos continuamente el móvil, la última hora de conexión…

Al revés, nosotros mismos podemos tener dificultades para posponer la respuesta cuando recibimos un mensaje, lo cual explica que contestemos en medio de una cena con amigos, una reunión de trabajo o la consulta del médico. Ciertos aspectos de la aplicación como mostrar la última hora de conexión o el double check pueden limitar nuestra libertad para no contestar en ese preciso instante y pueden ser utilizados como argumento para exigir una respuesta inmediata. Es como si tuviéramos que estar disponibles en todo momento. Nada más lejos de la realidad. Pero si te parece exagerado esto que planteamos, hagamos un experimento: ¿Serías capaz de oír que has recibido un WhatsApp y esperar 15 minutos antes de mirar el móvil?

4.  Adictos a WhatsApp. Utilizar el WhatsApp es una conducta aparentemente positiva que se puede convertir en problemática si la frecuencia e intensidad con la que se desarrolla interfiere en la vida del que la utiliza. Estaríamos hablando entonces de una
adicción a WhatsApp. Sin necesidad de alarmarse, simplemente recordemos la necesidad
de hacer un uso responsable de las nuevas tecnologías.

En resumen, aprovechemos todas las facilidades que nos brinda esta nueva aplicación, disfrutemos de estar en contacto con los nuestros estén donde estén, pero no olvidemos que es solo una forma de comunicación, no la única. No permitamos que sustituya a otras y no perdamos de vista sus limitaciones ni le exijamos lo que no le corresponde.

Marisol Nuevo Espín

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