Ya están aquí las vacaciones. Días donde sabemos que pueden ser lo mejor o lo peor para nuestros hijos. Toda la labor sembrada en este curso puede echarse a perder si dejamos transcurrir estos meses en un «dolce far niente». En junio, por ejemplo, terminan leyendo 120 palabras por minuto, y con diez libros leídos a lo largo del año, y en septiembre nos encontramos con 98 palabras por minuto y, si acaso, la lectura de un tebeo.
Los hábitos adquiridos gracias al horario, la disciplina del aula, las diversas competiciones deportivas, las actividades extraescolares… pueden difuminarse como la niebla si no pensamos en cómo deben ocupar el tiempo nuestros hijos. Aprovechar el verano para aficionarles a la lectura, sin imponerla, creando gusto y afición, y alternar los tiempos de lectura con otras actividades que gustan mucho a los niños, será la clave del éxito.
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Crear un libro familiar
Crear un libro con los niños puede resultar muy divertido si lo ponemos en práctica este verano. Por ejemplo, se puede escribir un libro de cuentos entre todos. Cada día, a una hora determinada, escribirán un cuento. Quizá cada uno ha de seguir donde lo dejó el día anterior, o continuar la historia que comenzó otro, etc. También puede servir inventarnos diversos cuentos que escribiremos en el ordenador o a mano, cuidando la letra, los márgenes, dibujando unos bonitos títulos y adornándolo al final.
Cuando llevemos un buen número de páginas, habrá que dibujarle una portada atractiva y después, por supuesto, encuadernarlo para dejarlo en la biblioteca de la casa. Quizá podamos escribirlo en hojas tamaño DIN A3,que luego doblaremos por la mitad y las coseremos. También podemos llevar los folios (en este caso DIN A4) a una tienda para que le pongan un canutillo.
Consejos para motivar en verano a los niños
– Horario de verano. Con la flexibilidad que suponen las vacaciones, sigue siendo necesario, sin embargo, que exista un cierto horario y que incluya una hora fija para levantarse. Les ayudará a fortalecer la voluntad y a aprovechar el tiempo.
– Favorecer la lectura. Una de los mejores regalos que podemos hacer a nuestros hijos es aficionarles a leer libros. Hemos de saber que es algo que no podemos imponerles, pero sí favorecerlo: contando con una biblioteca en casa, creando las condiciones materiales para que se pueda leer, etc. Así conseguirás que no pierdan los hábitos de lectura en verano.
– Realizar actividades distintas. Unos niños aburridos son campo de cultivo de muchas cosas, y no todas buenas. Por eso, quizá haya que pensar varias ideas para aprovechar las mañanas o los días «tontos»: excursiones de un día a zoo, parque de atracciones, museos o parques con oferta para niños…
– Acompañarles. A los chicos les gusta mucho la tele y si les dejáramos se pasarían horas, algo no muy recomendable. Pero sí podemos seleccionar los programas que pueden ver cada día y nada más. A veces, resulta muy interesante ver con ellos un capítulo entero de la serie que les gusta para comprobar sus valores.
– idiomas. Una actividad entretenida son las películas en inglés, pues de este modo ven dibujos o videos de acción a la vez que aprenden.
Los pequeños necesitan actividades que les supongan constancia y responsabilidad, es decir, que no se comiencen y acaben en el mismo día, o que se comiencen, pero nunca más se sepa de ellos. Si se ilusionan con una maqueta hay que ayudarles y exigirles para que la finalicen, pues en caso contrario sería un desorden.
Ricardo Regidor
Asesoramiento: Jesús Mendive. Profesor de Educación Primaria
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