La dislexia es uno de los trastornos que más pueden trabar la ecuación de los niños. Aquellos que atraviesan por estas situaciones presentan una mayor dificultad para leer y por tanto para entender aquellas materias que se les explica en el colegio. No cabe duda de lo necesario que es el tratamiento en estos menores para impedir que esta situación vaya a más.
Aunque siempre sea precisa la supervisión de un especialista en la materia, los niños con dislexia pueden ser apoyados en sus tratamientos desde casa. Algo que repercutirá muy positivamente en su desarrollo y mejore su nivel de lectura, haciendo que su rendimiento escolar ascienda considerablemente. La fundación FAROS del Hospital Sant Joan de Déu en Barcelona se dan estos consejos a los padres.
Apoyo desde casa
Aquellos padres de hijos con dislexia pueden contribuir a su desarrollo de la siguiente forma:
– Detectar la influencia de la dislexia en el niño. La dislexia no se manifiesta de modo igual en todos los niños. No solo existen distintos tipos de, sino que la intensidad en que se manifiesta varía en cada persona. Es importante detectar indicios que puedan indicar que el niño padece este trastorno y en qué medida, se busque ayuda profesional cuanto antes para determinar el mejor tratamiento. A partir de este diagnóstico será más fácil comenzar a trabajar para que el menor mejore.
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– Trabajar junto a él. Tras determinar la dificultad concreta en el niño y el grado en que le afecta, se prepararán una serie de prácticas para que el menor trabaje en el aula, pero también se habrá reforzar todo ello desde casa. Los padres deben sentarse con sus hijos y ayudarlos a realizar las tareas de lectura y comprensión. Algunos ejemplos son:
lectura conjunta de libros , lectura en voz alta para que el niño detecte errores, lectura de sílabas complejas: otro ejercicio bueno para mejorar la destreza lectora es la lectura de sílabas complejas, de tres o cuatro letras.
– Aprovechar las ventajas del ‘juego + aprendizaje’. Una de las mejores formas de trabajar con los niños es a través del juego y en el caso de la dislexia no es una excepción. Se pueden realizar actividades con letras y palabras, una forma divertida de que el niño realice actividades de refuerzo sin que lo perciba como tareas extra. Algunos ejemplos que se pueden realizar junto a él son las sopas de letras, juegos de formar palabras, el ahorcado, empezando con palabras sencillas y aumentando la dificultad a medida que el niño hace avances.
– No presionar en exceso al niño. Aunque el trabajo constante es necesario para mejorar la habilidad con la lectura, es importante no presionar de más al niño. Para él ya es difícil el esfuerzo constante que tiene que realizar en todas sus tareas de lectura, por lo que se le debe apoyar, pero también se debe dejar espacio al niño para que si se siente cansado, pueda tomar un descanso.
– Mantener la motivación En muchos casos los niños con dislexia no se sienten tan capaces como sus compañeros de clases por sus dificultades con la lectura. Es muy que los padres recalquen que estas dificultades no se asocian a la inteligencia y que él es igual de capaz que los demás niños.
– Los padres deben esforzarse por mantener la motivación del niño y por evitar que se sienta mal por las dificultades propias de la dislexia. Hay que encontrar actividades en las que los menores destaquen, como deportes o alguna práctica artística.
Juegos que recomendados para la dislexia
Puede ser bueno buscar juegos interactivos que les ayude en la reeducación de la lectura y los ayude a mejorar mientras se divierten. Es también importante ayudarles con los deberes ya que al verse menos capacitados en la escuela sentirán rechazo ante estos ejercicios que les recordarán que tienen este trastorno. Otra forma de reeducar en casa son los juegos en donde los niños tengan que practicar algún sonido y ordenar bien las letras. La Asociación Española de Pediatría recomienda a los padres los siguientes juegos para niños con dislexia:
– El juego «de La Habana ha venido un barco cargado de X palabras que empiecen por «r».
– «Veo, veo, ¿qué ves?» un objeto que lleva dos letras «a».
– Realizar conjuntamente sopas de letras.
– Adivinanzas de palabras. Por ejemplo: p_ _ _ _a (pelota).
– Dar palmas por cada palabra hablada.
– Dar palmas por cada sílaba de una palabra.
Damián Montero
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