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Las temidas malas notas: ¿cómo reaccionar en este final de curso atípico?

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Después de un final de curso atípico marcado por la falta de clases presenciales y los exámenes online, llegan las malas notas y los padres no sabemos qué hacer. Evitar demonizar la situación, buscar cómo motivarles y ayudarles a ponerse metas, y respetar sus ritmos es lo más importante.

Justo cuando arrancaba el tercer trimestre, decisivo en muchas ocasiones, alumnos y profesores tuvieron que dar un giro radical a un curso que ya estaba en marcha. Aunque el objetivo que anunciaba hace meses la Ministra de Educación, Isabel Celáa, era la promoción de los alumnos, es posible que algunos niños y niñas de Primaria y Secundaria estén recibiendo boletines en los que tendrán que enfrentarse a las temidas malas notas. Y en ese momento los padres nos preguntamos ¿qué hacemos ahora?

Hay que tener mucho cuidado porque los alumnos con malas calificaciones tienden a desmotivarse y perder el interés, porque prefieren ser percibidos como vagos que como poco capaces. Por este motivo, la psicóloga y psicopedagoga de la Editorial Rubio, Celia Rodríguez Ruiz, afirma que «es aconsejable ver más allá del boletín y plantearse qué subyace tras esas malas notas: malestar emocional, falta de interés o motivación o necesidad de reforzar las habilidades para afrontar el aprendizaje».

Las notas suelen ser un reflejo de la evolución académica del alumno a lo largo del curso escolar, indican su rendimiento y el nivel de aprendizaje, competencias y conocimientos desarrollados. Por lo tanto, se entiende que una puntuación o evaluación insuficiente muestra que no se han alcanzado los objetivos de aprendizaje, y la adquisición de competencias y conocimientos previstos.

¿Por qué mi hijo/a saca malas notas?

Tal y como apunta Celia Rodríguez Ruíz, «las notas son solo un número que etiqueta a los alumnos. Por eso, cuando un niño saca malas notas. hay que plantearse ¿qué puede haber realmente detrás de las calificaciones?, porque en muchas ocasiones nos encontramos con una problemática que va mucho más allá de lo que pone en el boletín académico».

Cuando un niño no alcanza el aprendizaje que se espera por edad, nivel cultural y educativo, etapa de desarrollo y etapa educativa, las razones que subyacen, y que no podemos obviar, pueden ser:

1. Algún problema emocional que impide que el niño centre su atención en los contenidos académicos.

2. Falta de interés y de motivación por el aprendizaje y por las tareas escolares, en las que el alumno no se implica y no se siente protagonista.

3. El alumno no sabe aprender. Es decir, que no tiene desarrollada la competencia de aprender a aprender y, por tanto, carece de las habilidades para enfrentarse y afrontar los aprendizajes.Cuando esto ocurre, las consecuencias negativas para el alumno con malos resultados académicos van más allá del hecho puntual de suspender o repetir.

Celia Rodríguez explica que «el alumno que saca malas notas normalmente se desmotiva más y tiende a prestar cada vez menos interés por las tareas y aprendizajes académicos. Además, su autoestima académica baja, porque se percibe a sí mismo como menos capaz para afrontar las tareas académicas, por lo que tenderá a evitarlas para no tener que enfrentarse a ellas. A nadie le gusta creerse menos capaz, tampoco a los niños que, en muchos casos, prefieren ser considerados vagos a poco capacitados. El circulo vicioso se inicia».

¿Cómo reaccionar en este final de curso atípico? 6 pautas para padres

Cuando llegan las malas notas, precisamente ahora en un final de curso atípico marcado por la pandemia de coronavirus, un largo confinamiento, el aislamiento social, sin poder ir al colegio ni asistir a clases presenciales, las familias no saben cómo enfrentarse a esta situación.

Para reaccionar de la manera adecuada, la psicóloga Celia Rodríguez Ruiz, nos deja a los padres algunas pautas sobre cómo podemos actuar, en una situación tan delicada como la que están viviendo nuestros pequeños:

1. Ahora es fundamental sentarse con él y escucharle. Es bueno explicarle que esta situación tiene solución y que no está solo. La presión es estos momentos ya es grande, debido a un confinamiento largo y agotador para ellos, por lo que hay que evitar cargarles con más frustraciones que les puedan desbordar.

2. No podemos cargar toda la responsabilidad en él y exigirle mejorar la situación sin enseñarle cómo hacerlo. Está claro que tiene que ser consciente de su parte de responsabilidad, pero para solucionarlo es importante que le ayudemos a desarrollar la competencia de aprender a aprender y que promovamos el desarrollo de habilidades para que el alumno pueda enfrentarse a sus aprendizajes.

3. Tratar de encontrar durante el verano experiencias de aprendizaje que le motiven y den respuesta a sus intereses. Procurarle un papel más activo, para que se implique con su propio proceso de aprendizaje. En definitiva, hacerle pasar de receptor pasivo de información, a desarrollar un papel más activo para que pueda trabajar la información y dotarla de significado.

4. Mostrarle el valor del esfuerzo. Hacerle conocedor de que si se implica y pone empeño puede conseguir resultados, para lo que hay que enseñarle a organizarse y planificarse.

5.  Ayudarle a proponerse metas. Esos pequeños objetivos asequibles a corto plazo evitarán que se desanime con la meta final, y le ayudarán a encontrar motivaciones a lo largo del camino.

6. Respeta sus ritmos, no podemos permitir que todos aprendan lo mismo al mismo tiempo.

Marina Berrio
Asesoramiento: Celia Rodríguez Ruíz, psicóloga y psicopedagoga de la editorial RUBIO.

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