Las nuevas tecnologías por desgracia no solo han influido positivamente en la sociedad. Ante el innegable avance que han traído, tampoco se pueden obviar los problemas que ha traído la proliferación de smartphones y la conexión a internet que tienen la mayoría de los hogares. Una de estas consecuencias negativas es la aparición de un nuevo acoso escolar.
El anonimato que asegura internet y la posibilidad de contactar con la potencial víctima en cualquier momento del día hacen que muchos acosadores empleen sus teléfonos móviles y las redes sociales para ejercer este tipo de violencia. Casos que cada vez son más denunciados por quienes sufren estos ataques tal y como reflejan los datos ofrecidos por la Fundación de Ayuda a Niños y Adolescentes en Riesgo, ANAR.
Aumento de casos registrados
El teléfono de ANAR ha notado como en los últimos años el número de casos de ciberacoso registrados se han multiplicado. Así lo afirman los datos de su último informe sobre los problemas detectados en la adolescencia. Mientras que en años anteriores las llamadas al teléfono de esta organización fueron menores, los últimos resultados registraron un total de 573 víctimas de acoso frente a los 328 del año anterior.
Es decir, los casos registrados de acoso y ciberacoso en España crecieron un 75% de un año para otro. Principalmente la forma de violencia entre los alumnos es in situ, así fue en el 76% de las ocasiones en que esta entidad recibió una llamada de una víctima denunciando bullying.
El resto de casos fueron a través de las nuevas tecnologías, una modalidad que aunque realizada en menor proporción cada vez es más empleada por los acosadores. Especialmente a través de aplicaciones de mensajería instantánea y redes sociales donde se cuelgan imágenes y se exponen comentarios vejatorios hacia la víctima de este ciber acoso.
En ocasiones incluso la víctima de acoso ve cómo su cuenta en redes sociales de inundan de mensajes intimidatorios y de firma anónima que lo atacan prácticamente 24 horas al día. Esto deja al menor en una cárcel digital que poco a poco va haciendo mella en su autoestima y puede llegar a causarle una profunda depresión.
En el buen camino
Sin embargo el aumento de estas denuncias por acoso no significa que el contexto sea malo. Todo lo contrario, que cada vez más niños llamen a ANAR para hablar de su situación es un buen primer paso ya que estas víctimas han tomado consciencia de lo necesario que es visibilizar su situación y significa que han comenzado a perder el miedo a hablar de lo que les ocurre.
Este contexto también supone que cuando los niños disponen de herramientas de denuncia, hacen uso de ellas. En este caso el teléfono de ANAR, el cual cada vez es más empleado por parte de las víctimas de bullying. Ahora bien, aún queda mucho por hacer como por ejemplo hacer entender a los menores la necesidad de poner en conocimiento a su familia.
A día de hoy algo más del 30% de los menores que llamaron al teléfono de este organismo reconoce que no se lo comunicó a sus padres y lo sufrió en silencio. Un hecho al que contribuye la privacidad de las redes sociales, un lugar al que no pueden acceder muchos adultos por la negativa de sus hijos. Es importante que los menores que tan cuentas en estas webs acepten a sus padres en la lista de amigos y que exista una comunicación fluida en caso de que se produzca un caso de ciberbullying.
Damián Montero
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