Dominar el inglés ya no es un plus en el currículum, es una exigencia. La lectura, la escritura y, en especial, la pronunciación son aspectos que deben interiorizarse para alcanzar el mayor nivel. En especial esta última habilidad que permitirá una comunicación fluida en esta segunda lengua, abriendo muchas puertas a lo largo de la vida académica y laboral.
Desde una ventana internacional laboral en el futuro, hasta un uso recreativo del idioma, pasando por las ventajas académicas que ofrece. Dominar la pronunciación de un segundo idioma es importante y desde casa se puede potenciar la adquisición de esta habilidad. Una destreza que tal y como indica Mª Luisa Muñoz, CEO y profesora en Arts & English, debe comenzar por la comprensión de la lengua por parte de los más pequeños.
¿Cómo se aprende un idioma?
¿Es difícil aprender un idioma? ¿Cuál es la mejor fórmula para su dominio? Muñoz recuerda a Montaigne, quien «aprendió latín en su infancia escuchando a su profesor hablando latín en clase. El niño aprende dentro de un contexto, el desarrollo individual no es independiente del social». Por ello, esta docente anima a que esta segunda lengua forme parte del entorno del pequeño desde su infancia temprana.
Muñoz también aclara que si este aprendizaje comienza más tarde, incluso en edades cercanas a la vida adulta, no es problema para alcanzar altos niveles de dominio. Pero hay que saber aprovechar las ventajas que tiene la etapa infantil y por ello se propone una perspectiva constructivista, partiendo de una basa sobre la que ir aumentando el contenido de esta formación, en este caso de una nueva lengua como es el inglés.
Por otro lado, exponer a los niños a un idioma desde edades tempranas facilitará que interiorice conceptos importantes en la pronunciación. Muñoz recuerda que en inglés encontramos un total de 44 fonemas (24 consonantes, 12 vocales y 8 diptongos) frente a los 24 fonemas (19 consonantes y 5 vocales) del español. Gracias a una perspectiva constructivista el pequeño se irá familiarizando con las diferencias respecto a su lengua materna hasta poder cambiar de un idioma a otro.
Ejercicios para mejorar el speaking
Muñoz recuerda que al enseñar inglés a los niños es recomendable seguir un proceso similar al aprendizaje del idioma materno. En un principio los pequeños comenzarán comprendiendo mensajes, desde lo más básico hasta lo complejo y ofreciendo distintas respuestas, comenzando por acciones y terminando por poder desarrollar una conversación completa.
Para este fin, la docente sugiere los siguientes pasos, siempre teniendo en cuenta el nivel y edad de los niños:
– Exposición temprana al inglés en su mundo cotidiano. Los padres pueden aprovechar la variedad de programas infantiles en otros idiomas para que el niño se acostumbre a escuchar estos sonidos desde edades tempranas. Los progenitores también deben mantener frente a sus hijos conversaciones en esta lengua, permitiendo que el niño automatice el inglés.
El fin en este punto es que se acostumbre a los sonidos que son muy distintos a su lengua materna, en este caso el español.
– Dar instrucciones en inglés aprovechando cosas alrededor. El siguiente paso debe ser asegurar que el niño no solo naturalice estos sonidos, sino que comprenda los mensajes emitidos con ellos. Por ejemplo, dar una orden del tipo «give me your favourite toy», si bien la respuesta en este sentido no es oral, que el pequeño traiga un juguete significará éxito ya que habrá entendido a la perfección la petición de sus padres.
Poco a poco se podrá ir complicando los mensajes añadiendo nuevas pautas como adjetivos y otro tipo de órdenes del estilo: «find the pink pencil» o «where is the yellow teddy?»
– Mantener conversaciones en inglés. Una vez que se aprecie que el niño comprende, hay que pasar a mantener conversaciones en este idioma. En este sentido nada mejor que aprovechar los gustos y motivaciones de los menores. Algo tan sencillo como preguntarle por sus deportes favoritos o sus series preferidas puede dar lugar a tertulias entre padres e hijos, quienes deben aprovechar ese vocabulario que han aprendido en la primera fase y que también conocen a nivel fonético.
«En general, las personas aprendemos antes sobre las cosas que nos gustan. Se puede aprovechar esto de cara a engancharlos en el aprendizaje», concluye Muñoz.
– Conforme crece, los padres pueden ir incorporando vocabulario de forma natural y permitiendo que los niños se familiaricen con nuevas formas de pronunciación conociendo, como se ha dicho, no solo el significado de la palabra (algo fundamental para leer y escribir en otro idioma) sino a poder transmitirla de manera correcta en otra lengua y a crear estructuras fonéticas a la perfección.
– Importancia de la continuidad. Es de vital importancia que este proceso sea seguido a lo largo del tiempo y se encuentren momentos para poder desarrollarlo. Al igual que sucede con el aprendizaje de la lengua materna, en el caso del inglés el entorno jugará un papel importante a la hora de normalizar estos conceptos. La repetición será la clave, no solo para transmitir lecciones sino para las acciones del día a día, aunque siempre sabiendo cómo ampliar estas enseñanzas.
Damián Montero
Asesoramiento: Mª Luisa Muñoz, CEO de Arts & English
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