El acoso escolar es uno de los mayores problemas a los que hay que atender en las aulas. Sin embargo, en la mayoría de las ocasiones estos casos se ocultan y no llegan a denunciarse porque las víctimas no llegan a denunciarlas por miedo a mayores represalias o simplemente la vergüenza de reconocer estas situaciones. Por este motivo hay que estar atento a las señales.
Por ello desde la Fundación de Ayuda a Niños y Adolescentes en Riesgo, ANAR, se brindan varios consejos para que los padres sepan cómo actuar frente a las señales de acoso escolar. Recomendaciones que, por ejemplo se centran en la comunicación con los hijos para que estos les cuenten sus situaciones en el colegio, en el caso de que sean víctimas de acoso escolar.
La importancia de la comunicación
Parte importante de la detección del acoso escolar es conseguir que los niños hablen de su situación con los padres. Estos son los consejos de ANAR:
– Establecer una dinámica de comunicación y confianza diaria. Los padres deben manifestar interés por saber cómo le ha ido cada día en el colegio o el instituto, quiénes son sus amigos, cómo están las amistades con cada uno de ellos o con quién pasa los recreos. Esta información es necesaria para poder detectar cualquier variación
– Si existen sospechas de que ocurre algo, los padres pueden empezar a hablar del día a día, y a partir de esa conversación general, introducir preguntas particulares: «¿Qué tal te va con tu amigo?»
– Si existe alguna preocupación, es importante verbalizar la preocupación desde la tranquilidad y la calma, sin adornarla: «Me preocupa que pueda estar pasándote algo, te veo preocupado, con la cabeza en otra parte, ¿hay alguien que te está molestando en clase?»
– Transmitir a su hijo tranquilidad, calma y manejo de la situación. Los padres deben anticiparse a sus miedos y darles las opciones que tienen para hacer frente.
– Transmitir la confianza en los profesores. Los padres deben hacer valer el papel de los profesionales de la educación y crear confianza en que su presencia hará que se va a gestionar todo mejor.
– Ayúdale a analizar qué compañeros podrían ser una buena compañía con la que contar en estos momentos. Cuando un niño está en una situación de preocupación, no puede pensar con claridad ni buscar alternativas, siente que está en un callejón sin salida. Es positivo poder empezar a investigar juntos, con calma, qué soluciones tiene.
– Investigar qué cosas le dan vergüenza. Los niños pueden sentir que acercarse a un compañero nuevo es «arrastrarse», pero los padres deben hacerles ver que todos necesitamos sentirnos arropados, en especial cuando estamos en momentos tristes.
– Transmitirles la idea de transitoriedad. Los niños que están en esta situación sienten que jamás van a salir de ella. Hay que explicarles que los sentimientos que tienen en este momento (miedo, sentirse pequeño etc.) son pasajeros y que pronto va a recuperar su estabilidad emocional.
Damián Montero
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