Más allá de los casos extremos, que en ocasiones aparecen en las portadas de los periódicos y abren los telediarios, como delitos cibernéticos o hijos que matan en la vida real por ‘culpa’ de los videojuegos, existen una serie de riesgos más frecuentes entre los jóvenes.
3 conductas de riesgo del abuso de videojuegos
Para saber si nuestros hijos están abusando de los videojuegos, debemos observar tres conductas que podrían alertarnos:
1. Más horas frente a la tele que con los amigos
Los videojuegos están fabricados para generar adicción y lo consiguen. Cada vez es mayor la cantidad de tiempo que pasan jugando a la consola, reduciéndose las horas en las que salen a la calle a jugar con sus amigos. Ahora hablan con ellos a través de la consola, con un micrófono, y poco tiene que ver con los momentos que se pasan en un parque.
Este problema se incrementa por las dificultades que tienen nuestros hijos para encontrar tiempos y espacios de ocio compartido con sus amigos. Buscan al grupo de iguales y, si no lo pueden encontrar en la calle, los localizan en el terreno virtual de juego.
2. Agresividad en aumento
En estos últimos años, los más jóvenes han cambiado la concepción que se tenía de los videojuegos. Si bien antes se buscaba pasarlo bien, entretenerse en el tiempo libre y divertirte, ahora todos quieren ganar y cuando no lo consiguen, la reacción no es siempre la adecuada.
Por culpa de los videojuegos agresivos los chicos empiezan a hablar mal a sus padres, a gritar a la pantalla e incluso a romper mobiliario o a tirar el mando de la consola. Basta con buscar en YouTube «enfado Fortnite» y encontraremos cientos de vídeos de jugadores que suben sus partidas, algunos con millones de seguidores y que los hijos toman como referentes, destrozando mandos o televisores. Es necesario fomentar en niños y adolescentes la capacidad de frustración. Los tradicionales juegos de mesa compartidos en familia son un buen sistema para que aprendan a perder.
3. Sustos en nuestras cuentas corrientes
La gran mayoría de los videojuegos en la actualidad presentan la posibilidad de hacer pagos dentro del juego para acceder a características extra. Es decir, además de pagar por el propio juego (en el caso de Fortnite es gratuito), luego se pueden dejar más dinero dentro del mismo. En el Fortnite, si no han comprado la nueva skin (es el traje que lleva el muñeco que controlan), no están a la última y no ‘asustan’ a los demás jugadores.
En el FIFA, si no pagan para conseguir monedas, nunca tendrán un equipo realmente bueno. Son muchos ya los casos de padres que han visto cómo sus hijos se han dejado cientos de euros dentro de un juego sin su consentimiento, por lo que controlar los gastos que tienen es esencial.
Jaime Dávila y Jorge Nevado
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