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El riesgo de crecer sin normas ni límites

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Educar con normas y límites protege a tus hijos y les ayuda a reducir la aparición de conductas de riesgo tanto en la infancia como en la adolescencia. Todos los niños necesitan comprender las normas que existen en el entorno donde se mueven, saber hasta dónde pueden llegar y qué es lo que pasará si sobrepasan esos límites.

Gracias a una educación con normas y límites, los niños se pueden sentir seguros y protegidos porque saben quién está al mando y con quién van a poder contar para que les vaya guiando en el aprendizaje. En el caso contrario, en realidad, para los niños sería muy inquietante darse cuenta de que ellos tienen el poder o de que disponen de más capacidad de decisión que sus padres. Por lo tanto, gracias a los límites, los niños tienen una orientación que guía su conducta.

Otra ventaja de crecer con límites es la confianza que sienten los niños cuando sus padres les informan claramente de cómo deben hacer las cosas y hasta donde pueden llega. Esta confianza les va a ayudar a generar autocontrol.

Erróneamente, hay padres que piensan que poner normas y límites a los niños va a anular su personalidad o les va a convertir en padres autoritarios. Sin embargo, numerosos psicólogos y pedagogos consideran los límites y las normas absolutamente necesarios en la educación de los niños y que sus temores son infundados. En realidad, es todo lo contrario.

Los límites desempeñan un gran papel en el proceso de adaptación y descubrimiento del medio donde viven y se desarrollan con los demás.

A medida que van creciendo, los niños necesitan determinar cómo van a actuar en cada una de las situaciones que se les presentan. Para aprender a comportarse de forma adecuada los niños necesitan mensajes claros sobre las normas que deben seguir, es decir, sobre lo que se espera de ellos y principalmente son los padres los que pueden darles esta información.

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Riesgos de la ausencia de normas y límites en la educación

¿Qué ocurre cuando los niños crecen sin normas ni límites o tienen normas variables? Por lo general, estos niños suelen desarrollar ansiedad, fruto de la incertidumbre de no saber lo que ocurrirá después de un determinado comportamiento, y a la larga, puede convertirse en un sentimiento de inseguridad. Cuando los limites están claros y permanecen estables, los niños saben si la conducta que están realizando es adecuada o no y también las consecuencias que tiene el incumplimiento de una norma.

Sin embargo, cuando los niños tienen límites poco claros y definidos, no saben hasta donde pueden llegar y es entonces donde comienza la lucha con las normas que rigen la organización del grupo y en consecuencia les traerá en muchas ocasiones problemas de conducta en el colegio y rechazo por parte de los compañeros.

En algunos casos, la educación se convierte en un pulso entre hijos que necesitan indagar, porque a los niños les gusta experimentar por sí mismos, por mucho que los padres les adviertan, y padres que luchan por mantener el control. 

Precisamente, para conocer hasta donde llega este grado de control, los hijos ponen a prueba el poder que sus padres tienen sobre ellos y es una de las cosas que exploran con mayor frecuencia. La experiencia les enseña hasta donde pueden llegar y cuál es su posición con respecto a los otros miembros de la familia.

Al principio, en las primeras fases, este aprendizaje tiene lugar en casa y más adelante se da en otros ambientes como el colegio, donde también existe una autoridad que está ejercida por los profesores. Por este motivo, educar con normas y límites va más allá del ámbito familiar y es importante a nivel social.

Marisol Nuevo Espín

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