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4 regalos para los niños: el tope de esta Navidad

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La Navidad cada vez están más cerca, y con ellas las cartas a los Reyes Magos Son fechas especiales para los más pequeños, llenas de ilusión y regalos. Pero como padres, nos surge la duda de si colmarles con juguetes es la mejor opción cuando, por experiencia, sabemos que pronto acabarán en un rincón olvidados.

Si queremos que esta época continúe siendo una época de ilusión, pero sin sobrecargar ni estimular más allá de lo indicado, os proponemos la ley de los cuatro regalos, que sin duda hará de estas fechas un momento especial en el año, ajustándonos a las necesidades reales de los pequeños y no tan pequeños de la casa.

Cada vez las opciones son más variadas, los catálogos y anuncios en la televisión ofrecen miles de opciones, y llenarles de regalos no hará más que transmitirles la idea de que pueden tenerlo todo solo con pedirlo, sin llegar a valorar verdaderamente sus cosas.

Cuatro clases de regalos para tus hijos

Regalo número uno: algo que les haga realmente ilusión. El primer regalo de su lista, siempre y cuando sea realista. De esta forma, reforzaremos la capacidad de ilusionarse y desear. Además, así haremos que los niños piensen muy bien qué es lo que más quieren, ayudándoles en la tarea de toma de decisiones, sopesando pros y contras, e invirtiendo tiempo en decidir acerca de lo que quieren pedir en sus cartas.

Regalo número dos: un libro. ¡O diez! Si viene de Sus Majestades, siempre hará ilusión. De esta manera potenciaremos el hábito por la lectura, donde entran en juego funciones tan importantes como la imaginación, la comprensión lectora, la creatividad, la atención… Leer debe ser un hábito inculcado desde la primera infancia, y nos permitirá descubrir y definir gustos personales de nuestros hijos.

Regalo número tres: algo que necesite. No todo tiene por qué ser juego, también es importante ofrecerles algo que vayan a usar en su día a día. Unas botas de fútbol nuevas, un abrigo o un reloj. Objetos que deban cuidar porque se utilizarán con mucha frecuencia y se emplearán en una rutina diaria.

Regalo número cuatro: algo para usar en familia. Aquí la imaginación corre de nuestra cuenta. Algo que genere encuentro, donde todos podamos disfrutar de estar juntos, que nos obligue a dejar de lado nuestra rutina y nos ayude a pasar tiempo compartido. Un juego de mesa es una muy buena opción ya que, por un rato, las jerarquías no existen, y todos podemos disfrutar de nuestro niño interior. Pero las opciones son muchas, un plan en familia, un viaje a algún lugar, un día temático… todo se resume en ofrecer a toda la familia momentos juntos, que se convertirán en recuerdos positivos.

Si cumplimos esta navideña ley, podemos estar seguros de estar regalando con sensatez, fortaleciendo la capacidad de desear, tan importante en la infancia, y ofreciendo la oportunidad de elegir con conciencia, de forma que los niños aprendan a valorar sus pertenencias sin dejar de lado la magia y la ilusión de las navidades.

Blanca Santos. Psicoterapeuta Infantojuvenil de Psicólogos Pozuelo

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