Se acerca la vuelta al cole. Regresan los exámenes, los deberes, los comentarios de texto, los encuentros con amigos en el recreo, etc. Pero por desgracia, otros muchos temas volverán a ocupar titulares y causarán una gran preocupación entre los padres. Un ejemplo es el acoso escolar, asunto que sigue siendo el día a día de muchos estudiantes y que tiene en la educación una importante herramienta de prevención.
Educación y concienciación que no solo debe llevarse a cabo en el colegio. Aprovechar los días previos a la vuelta al cole para tratar este tema con los más pequeños es una excelente idea, ya sea para evitar que los hijos se burlen de otros o participen en estas prácticas abusivas, o para que las denuncien, tanto si con testigos de las mismas o si se ven envueltos en ellas como víctimas.
La importancia de la empatía
El primer valor que debe transmitirse y potenciarse en la vuelta al cole es la empatía. Ponerse en la piel del otro es muy importante para prevenir el acoso escolar. Saber qué sienten los compañeros ayudará a que los estudiantes eviten molestar a otros semejantes al entender la situación en la que pueden involucrar a otros niños de su misma edad.
Al mismo tiempo, la empatía servirá para que aprendan que ante un caso de acoso escolar del que son testigos, deben ponerlo en conocimiento de las autoridades pertinentes. Al igual que si ellos se vieran envueltos en una situación similar, como víctimas, desearían recibir ayuda o que alguien los auxiliase al avisar sobre este contexto, ellos deben responder del mismo modo.
El valor de la empatía también ayudará a que otros alumnos recién llegados al centro escolar puedan integrarse y no quedar aislados del resto de compañeros. Hacer recordar a los niños que hubo un momento en el que ellos no tenían amigos en el colegio y lo que ha costado llegar a esta situación, las hará comprender que aunque no conozcan a este estudiante, pueden aprender mucho de él y crear una bonita relación junto a él.
No esperar ni un solo día
Denunciar los casos de acoso escolar tan pronto como se tenga constancia de ellos es muy importante. Detener esta situación desde el primer momento evitará que el problema se agrave o se conseguirá poner fin a un contexto que venía arrastrándose desde el curso pasado. Por ello, el primer paso es eliminar la sensación de miedo que produce señalar al agresor.
Para conseguir crear esta confianza, desde la Fundación de Ayuda a Niños y Adolescentes en Riesgo, ANAR, se brindan los siguientes consejos:
– Establecer una dinámica de comunicación y confianza diaria.
– Hablar del día a día y poco a poco introducir el tema del acoso si se tiene sospecha de que algo ocurre con un compañero, de esta forma no será el niño quien inicie la conversación.
– Si el niño comienza la conversación, los padres deben transmitir tranquilidad y calma mientras controlan la situación.
– Transmitir la confianza a los profesores. Los propios padres deben ser los primeros que confíen en los profesores para que los más pequeños no sientan miedo a la hora de contar estos problemas a las autoridades.
Damián Montero
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