La fundación ANAR recibe más de un millón de llamadas de menores que no tienen progenitores al lado para atenderles ante un problema. Son los conocidos como «niños llave«, los que se quedan en casa solos sin el cuidado de un adulto. Si no tenéis más remedio que dejar solo a vuestro hijo, es importante que lo preparéis para que sepa afrontar cualquier eventualidad. Para esto, tendréis que dedicar tiempo -por ejemplo, los fines de semana- y con frecuencia recordarle ciertas normas que no debe dejar de cumplir.
Debe saber qué hacer y a quién llamar en caso de emergencia. Cómo poder contactar con vosotros a todas horas. Conocer los nombres y teléfonos de otros adultos de confianza. Concretamente debe estar familiarizado con el uso del teléfono 112 de emergencias.
Saber lo que va a pasar. Cuánto tiempo va a estar solo. Dónde vais a estar y por qué. Darle confianza y seguridad, y decirle que creéis en él.
Establece unas reglas para cuando se quede solo
1. Que sepa lo que no se permite cuando estáis fuera y dejarle una lista de tareas o encargos para que esté ocupado.
2. Debéis llamarle por teléfono para ver cómo va todo.
3. Hay que insistirle para que no se entretenga por el camino de regreso a casa.
4. Debe saber cuándo y cómo debe contestar al teléfono o al timbre de la puerta.
5. Debe acatar las reglas de uso del teléfono, cuya utilización tiene que estar limitada.
6. Qué amigos o visitantes pueden entrar en casa.
7. Hay que fijar las responsabilidades sobre los hermanos.
8. Tiene que saber qué reglas ha de cumplir en relación con el tiempo libre y el uso de la televisión, los vídeos, las consolas, etc.
9. Ha de tener limitado el acceso a canales de televisión para adultos y disponer de un filtro de internet.
10. Tenéis que hablar con él al regresar a casa y compartir sus sentimientos.
Alternativas antes de dejarle solo
Antes de plantearnos dejar a un hijo solo en casa debemos reflexionar sobre otras alternativas, aunque nos supongan un mayor esfuerzo de organización o renuncia. Si nos fuese posible hay que barajar desde cambiar de trabajo, hasta pedir reducción de jornada. También podemos intentar negociar los horarios con la empresa, apoyarnos en los familiares, contratar a un estudiante -es más económico- que durante unas horas le acompañe y ayude a realizar sus tareas; todo es preferible antes que dejarles solos.
Existen algunos centros de día que atienden a niños en estas circunstancias. También podemos investigar si las bibliotecas públicas próximas a casa o al colegio organizan programas de atención específicos para combatir el problema de «los niños llave». Asimismo, hay parques públicos que tienen programas de recreación y deporte dirigidos a estos pequeños. Han proliferado las empresas telefónicas con sofisticados sistemas de llamadas a casa para comprobar si los niños están bien y avisar a los padres en caso de que éstos tengan algún problema.
Lo más importante es tomar conciencia de que el mejor regalo que un padre o una madre pueden hacer a sus hijos es su tiempo. No podemos permitirnos tener una escala de prioridades equivocada, que les haga daño y perjudique consecuentemente a la sociedad.
A tener en cuenta… en caso de dejar a los niños solos
Cada hijo madura a un ritmo distinto pero, por lo general, es mejor esperar a la adolescencia para dejarlos solos, pues ya deben tener el suficiente sentido de la responsabilidad para quedarse solos por periodos limitados de tiempo.
Quedarse solo en casa puede ser aterrador y es una situación potencialmente peligrosa para muchos niños y adolescentes. Por ejemplo, hay niños más inseguros que dejan volar su imaginación ante cualquier ruido y pueden sufrir una crisis de ansiedad o ser incapaces de concentrarse para el estudio al estar pendientes de todo. Otros, en cambio, pueden aprovechar para conectarse a internet sin control, con los riesgos que se derivan de contactar «con falsas identidades» que se hacen pasar por chicos de su edad.
Recuerda que no es lo mismo dejar solos a nuestros hijos un pequeño rato o incluso una tarde habiéndolos preparado adecuadamente para ello, que dejarlos habitualmente solos durante largos periodos.
Además de edad y madurez, el niño tiene que tener ciertas habilidades y destrezas para poder quedarse solo en casa, minimizando los riesgos.
Da buen resultado ensayar posibles situaciones de peligro y enseñar al niño cómo debe reaccionar ante ellas. Por ejemplo, «si tu hermano coge un mechero y prende fuego a las colchas qué harías». Y que lo haga como si fuese un simulacro.
Es importante que recuerden que nunca pueden decir que están solos a quien llame por teléfono, o si se conectan a internet.
No podemos abusar. Ni siquiera un niño maduro y responsable debe quedarse solo en casa con mucha frecuencia. Si tienes que estar fuera todas las tardes, puedes organizar y revisar con tu hijo cada domingo un plan concreto para cada día, con metas que a tu regreso examinaréis juntos para elogiar o corregir si fuese necesario.
María Lucea
Asesora: Miryam Peña. Licenciada en Pedagogía. Orientadora Familiar
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