Nuestros hijos nos aprenden. No es lo que decimos, ni cómo lo decimos es lo que hacemos y cómo lo hacemos. Así es como los padres damos ejemplo y éste es el motivo por el que nos sentimos padres espejo. Pero, ¿cómo lograr ser coherentes sin sentirnos agobiados?
Todos cometemos errores, pero cuando lo hacemos delante de nuestros hijos nos sentimos peor. Mantener una conducta intachable, poniendo el objetivo en la perfección, para ser los mejores padres y dar ejemplo como buenos padres espejo puede causarnos mucho estrés. Sin embargo, como asegura la pedagoga Mar Romera, «los niños no quieren padres perfectos, quieren padres que les quieran». Por este motivo, es preferible no exigir a nuestros hijos lo que nosotros no hacemos o somos incapaces de cumplir.
A la hora de inculcarles tanto valores como hábitos saludables, no basta solo con decirlo o pedirlo, lo ideal es acompañarles para que sigan la misma rutina que nosotros. Todos sabemos que no podemos lograr que un niño lea un libro, si no ve a sus padres leer. O que se cepille los dientes si no ve que sus padres lo hagan. La instagramer y odontóloga Isabela De Lachiondo, @quinoaplanet propone lavarse los dientes a la vez que tus hijos, porque los niños imitan a los mayores, y quieren hacer lo que ellos hacen. Por lo que este truco será una buena idea para que cepillarse los dientes no sea un calvario.
La importancia del ejemplo desde que son pequeños
Esperar a que los niños se hagan mayores para educarles en el ejemplo puede dar lugar a que se creen hábitos viciados que luego sean más difíciles de eliminar. Blanca Jordán de Urríes en su libro Tus hijos de 1 a 3 años propone una serie de pautas que deben seguir los padres desde que los niños cumplen el año en adelante, que servirán para lograr educar a un niño que se convierta en un adulto maduro y con valores, al haber visto eso mismo en su casa. Si algo está claro es que los niños imitan lo que ven. «Cuando tu hijo sea adulto tendrá tanta capacidad de amor como amor haya recibido» afirma Blanca.
Lo mismo ocurre con la confianza y la comunicación en casa. Si quieres que tus hijos te cuenten sus cosas y tengan una buena comunicación con vosotros en el futuro, es importante que desde que el pequeño se suelte a hablar se establezca un diálogo abierto entre padres e hijos. Según sostiene la escritora, «durante los 3 primeros años de vida se desarrolla hasta un 60 por ciento del cerebro adulto». Por lo que educar en el amor, en el orden y en la responsabilidad, es fundamental.
La responsabilidad de los padres espejo
Dado que el ejemplo de los padres influye directamente en su hijo, éste repetirá lo que vea. Es muy importante conservar el respeto entre vosotros delante de vuestro hijo: las peleas constantes le afectarán más de lo que a priori puedes imaginar. Hay adultos que siguen el talante educativo violento con el que fueron educados, replicando en la edad adulta el mismo patrón. Los padres debemos ser conscientes de que cada niño necesita una educación personalizada dependiendo de sus necesidades y desarrollo, dentro de unos parámetros donde existan líneas rojas que no deben sobrepasarse.
Huir de la violencia a la hora de educar debe ser nuestro objetivo como padres, ya que como afirma la autora Blanca Jordán «el chico/a que de pequeño se acostumbra a que sus padres le maltraten, de mayor posiblemente no respetará a su mujer o a su marido. No entenderá que se puede llegar al convencimiento por el diálogo».
Situaciones para dar ejemplo a tus hijos
1. El orden
Desde pequeño puedes hacer entender a tus hijos la importancia del orden. Empezar a razonar sobre la importancia de tener una habitación recogida y limpia no es lo único que podemos hacer porque los niños imitan lo que ven, y si ven que sus padres ordenan la casa, ellos también querrán hacerlo. Pero hay que enseñarles cómo ordenar sus cosas y sus juguetes: podemos empezar por enseñarles que cada cosa tiene su lugar, así cuando vayamos a buscarla siempre estará en su sitio y la encontraremos fácilmente. De este modo, puedes idenficar los cajones de su armario con pegatinas para camisetas, jerseys, ropa interior… y hacer lo mismo con los contenedores de juguetes.
2. La sinceridad
Si cuando tu hijo comienza a desarrollar el entendimiento no sabe discernir entre la importancia de la verdad y la mentira, debes ser sincero con él para que adquiera esta capacidad. Pero no te preocupes si tu hijo en su etapa de desarrollo miente para justificarse cuando ha hecho algo mal. Aunque mentir demuestra habilidad intelectual, tu labor como padre espejo que da ejemplo consiste en explicar lo mal que está no decir la verdad.
3. El juego
Los niños aprenden jugando, necesitan jugar para desarrolla hábitos positivos y virtudes. Por lo tanto, los padres podemos aprovechar el juego para introducirles hábitos que no les apetezca hacer a la primera. Utiliza la imaginación. Seguro que se te ocurren ideas.
4. Los valores
Cada uno es libre de inculcar a sus hijos el sistema de valores que crea conveniente. Es por ello, que debes actuar en consecuencia y delante de tu hijo comportarte como quisieras que él se comportase en un futuro.
No pierdas los nervios, la tarea de la educación no es un camino fácil y no siempre se tiene todo el tiempo que uno quisiera para dedicarle a sus hijos, ni toda la energía. Cada uno hace lo que puede por lo que no te sientas culpable si alguna vez has perdido los nervios con tus hijos. ¡Siempre puedes rectificar!
Natalia Pérez García
Más información en el libro:
Blanca Jordán de Urríes: Tus hijos de 1 a 3 años (Editorial Palabra)
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