Cuando llega el momento de hacer los deberes se puede generar en casa un clima de mal estar general, tanto por parte del niño, que no quiere sentarse a hacer los deberes del colegio, como por parte de los padres, que a la desesperada intentan todo tipo de métodos con tal de que sus hijos no odien hacer los deberes.
Partiendo de la base que los padres deben siempre tomar una posición educativa, y no desesperarse ante la negativa de sus hijos cuando no quieren sentarse a hacer los deberes, el principal consejo es tomar una actitud positiva. De nada sirve enfadarse o gritarles, ya que de esta forma es posible que tus hijos no atiendan a razones, y probablemente no entiendan el motivo de sentarse en su mesa de escritorio.
Luis Manuel Martínez, Doctor en Pedagogía, profesor del Departamento de Educación de la URJC (Universidad Rey Juan Carlos, de Madrid) y director del Observatorio de Responsabilidad Social Educativa, propone en su libro titulado Y ahora… ¿Los deberes? un método efectivo para que tanto los padres como los hijos sean felices, y que los deberes no constituyan un desgaste mental y emocional en el seno de la familia. La clave es conseguir que tus hijos aprendan a estudiar por sí mismos y ese tiempo les sea efectivo.
Si hace los deberes solo, será autónomo en el futuro
Una de las situaciones que más desgasta a los niños es estar muchas horas encerrado en una sala «haciendo» los deberes, y que ese tiempo no sea efectivo porque cuando la motivación desciende el rendimiento también baja. Una larga tarde de deberes evita que los niños tengan tiempo para descansar o jugar, y esto es necesario. En consecuencia, es normal que cada vez que tu hijo llegue a casa tras el colegio, cambie su estado de ánimo al saber que tiene que estar encerrado en su habitación haciendo deberes hasta que llegue la hora de la cena.
Lo ideal es conseguir que los niños se pongan por voluntad propia a realizar todos los deberes que le han mandado, pero seamos realistas, a veces cuesta un poco. ¿Quién no ha escuchado alguna de estas frases de boca de sus hijos? «El profesor me tiene manía» o «No me entero de nada de lo que estudio», «A mí las mates no se me dan bien».
Los niños tienden a justificarse y ante esta situación son muchos los padres que optan por adquirir el rol del padre sobreprotector. Esos padres, se sientan con ellos todas las tardes, les ayudan a resolver los problemas de matemáticas, les hacen resúmenes y planifican su estudio. Sin embargo, de esta forma es más difícil conseguir que en el futuro el niño sea autónomo y aprenda a estudiar y a organizarse por sí mismo. Si nos metemos en este papel, probablemente estaremos educando a un niño dependiente, al que le costará organizar su tiempo de estudio de manera autónoma.
5 pasos efectivos para lograr que tus hijos quieran hacer los deberes
Para evitar el desgaste mental que supone la batalla por hacer los deberes en casa, debemos educar a niños autónomos que sean conscientes de la importancia que tiene estar formados en un futuro. Estos son los consejos que propone el Doctor en Pedagogía Luis Manuel Martínez:
1. No hagas lo que debe hacer tu hijo. Debes ayudarle a pensar por sí mismo y organizarse. Practica la escucha activa e intenta lograr que él mismo razone cuando se justifica con frases como «Prefiero estudiar contigo porque saco mejor nota». En este tipo de casos debes tratar de comprenderle, pero hacerle entender que es lo suficientemente mayor para organizarse por sí mismo. Y que si tiene alguna duda, o no entiende algo, siempre podrá recurrir a ti.
2. Busca la tensión creativa. Llega un momento en que tu hijo se hace mayor, y crecer implica adquirir poco a poco más responsabilidades. Igual que van siendo mayores para poder irse a la cama más tarde, o poder jugar con el móvil, también han de ser conscientes de que crecer implica cosas buenas, y cosas, que a su modo de ver, no son tan buenas. Introdúcele tensión positiva con la cual tu hijo sea consciente de que crecer supone hacer determinados esfuerzos. Y que si es mayor para ir un rato con sus amigos, también lo es para hacer los deberes solo.
3. Encuentra un entorno óptimo dentro de casa para fomentar el estudio. La clave consiste en lograr dos condiciones para estudiar. Las personales, que engloban la actitud a la hora de enfrentarse al hecho de tener que hacer los deberes, y las capacidades del niño. Si tu hijo tiene memoria visual, anímale a hacerse esquemas con varios colores, las fechas en verde, los nombres en naranja… Por otro lado crea un hábito de estudio, con un horario establecido. Que tu hijo no esté toda la tarde haciendo los deberes, estableced el horario que creáis conveniente. Tened en cuenta que vuestros hijos llegan cansados de estar ocho horas en clase, y no pueden estar toda la tarde encerrados en su habitación con los deberes. Necesitan conversar con vosotros, con sus hermanos y jugar.
4. El método de la prelectura, profundización, repetición activa y ejercitación. Es la única manera de que tu hijo estudie no para aprobar sino para que aprenda. Los padres les tienen que enseñar esto a sus hijos, ya que no nacen sabiendo. Por lo que no pasa nada si estás dos tardes con tus hijos enseñándoles este método para que lo adquieran y puedan aplicarlo en el futuro por ellos mismos.
5. Sé consciente de las condiciones del entorno de tu hijo. Tanto el clima que se respire en casa como en el colegio, harán mella en tu hijo. Si éste vuelve a casa triste porque se ha enfadado con un amigo, o se han reído de él, no va a querer ponerse a hacer los deberes, sino llorar. Dadles a vuestros hijos la confianza de que pueden contar con vosotros para cualquier cosa.
Natalia Pérez García
Asesoramiento: Luis Manuel Martínez. Doctor en Pedagogía y autor del libro Y ahora… ¿los deberes?
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