Todo tiene un lado negativo y otro positivo, y las nuevas tecnologías no iban a ser menos. Gracias a ellas podemos comunicarnos con alguien que se encuentra en la otra parte del mundo, pero quizás en ese momento estemos descuidando la atención de aquel que tenemos justo al lado. ¿Cuáles son las luces y sombras de las nuevas tecnologías?
En los últimos años, las nuevas tecnologías o tecnologías de la información han invadido nuestros hogares y familias. Si antes nos reuníamos en torno a la mesa o entorno a una misma pantalla frente al televisor, hoy en día diversas pantallas protagonizan las reuniones familiares. Cada uno la suya o incluso varias por persona. En teoría, han llegado para facilitarnos la vida, pero ¿de verdad es así o se han convertido en una amenaza para la convivencia y la comunicación familiar? Repasemos las ventajas e inconvenientes de este avance de la generación millenial.
Las nuevas tecnologías como oportunidad
1. Estar conectado
Sin duda, una de las grandes ventajas de móviles, ordenadores y tabletas es la facilidad que nos brindan para comunicarnos con los demás. Con los que están aquí y con los que están a miles de kilómetros, en el mismo click. En una sociedad en la que las distancias y los movimientos son cada vez más frecuentes, este hecho supone una gran oportunidad para mantenernos en contacto, hablar con fluidez, compartir fotos, vídeos, hablar en videconferencia…
Seguramente nuestras relaciones serían muy distintas si dependiéramos de las cartas o del teléfono tradicional para comunicarnos. Y no solo con quienes están lejos, también con los que tenemos cerca las cosas se facilitan a golpe de WhatsApp o email.
2. Coordinación entre varias personas
Los grupos de Whatsapp, Facebook y las cadenas de mail, entre otros, facilitan poner ideas en común, coordinar grupos, decidir fechas o repartir responsabilidades, por citar algunas de las funciones clásicas de estos grupos. Desde organizar una reunión familiar hasta compartir con el resto de la familia las fotos de tu último viaje, todo en el mismo instante y con el mismo soporte. Toda una ventaja, ¿verdad?
3. Estar al día
Gracias a las tecnologías de la información podemos saber qué sucede en el mundo, casi antes de que suceda. Ya no hay que esperar al telediario o al periódico de mañana para saber qué pasa a nuestro alrededor o cuáles van a ser los estrenos de cine este fin de semana. Basta con conectarse a una red social o consultar la versión online de un periódico para acceder a toda la información que deseemos. De nuevo sin distancias, ya que con la misma facilidad consultamos el diario de nuestra localidad que las noticias de Hong Kong.
4. Mejorar el rendimiento laboral y académico
Las nuevas tecnologías nos ofrecen un sinfín de oportunidades en el mundo laboral: desde colaborar con equipos y grupos de personas que están lejos, hasta acceder a fuentes de información ilimitada o estudiar a distancia. También en las clases, la tecnología facilita el trabajo a profesores y alumnos, que pueden compartir información de manera sencilla y cuentan con soportes electrónicos que facilitan las explicaciones y la asimilación de conceptos por parte de los alumnos.
Sin embargo, en ciertas ocasiones las nuevas tecnologías pueden convertirse en una amenaza para la dinámica familiar.
Las nuevas tecnologías como amenaza
1. La comunicación familiar
Si la televisión vino a terminar con ciertas sobremesas o comidas familiares, por lo menos cuando solo había una pantalla para todos se podía comentar lo que se estaba viendo y la sensación era de estar haciendo algo todos juntos. Ahora que cada cual tiene la suya, con un contenido diferente, el aislamiento está asegurado. Las nuevas tecnologías invaden espacios familiares para dificultar la comunicación cara a cara tan necesaria dentro de la familia. Es más, la costumbre de hablar a través de la pantalla o de escribir lo que queremos decir puede hacer que perdamos habilidades de comunicación y contacto interpersonal. Pensando en los más pequeños, para quienes la familia es el escenario idóneo para adquirir estas habilidades, las nuevas tecnologías pueden ser un avance que paradójicamente obstaculice su aprendizaje.
2. La inmediatez
Otro aspecto negativo de las nuevas tecnologías es que han acabado con nuestra capacidad de espera y nuestra tolerancia a la incertidumbre. Nos han dado la oportunidad de comunicarnos en un instante, con quien queramos y donde queramos. Sin esperar a que reciban la carta de antaño o a que estén en casa para responder al teléfono, ni siquiera a tener Internet, inmersos en una sociedad en la que el wifi es casi tan accesible como el aire que respiramos. Esta inmediatez tiene grandes ventajas y a la vez puede volvernos esclavos de ella. ¿Cuánto puedes resistirte a contestar un mensaje? ¿Cada cuánto tiempo consultas las redes sociales? Qué duda cabe que si esta necesidad de inmediatez surge en una reunión familiar puede entorpecer, y mucho, la relación entre sus miembros.
3. Desarrollar una adicción a nuevas tecnologías
Quizás la gran amenaza de la sociedad de la información es terminar convirtiéndonos en adictos a ella. ¿Quién no ha pensado alguna vez que quizás sus hijos hayan cruzado la línea para convertirse en adictos a las pantallas? O quizás nosotros mismos podemos habernos planteado esta pregunta alguna vez… ¿somos adictos al móvil? Indudablemente, un uso excesivo de las nuevas tecnologías puede conducir a una adicción como otra cualquiera en la que la persona se sienta dependiente del dispositivo que sea y tenga dificultades para controlar su uso o le invada un sentimiento de frustración o inseguridad al verse privado del móvil o al comprobar que solo le queda un 2% de batería.
Sin duda, es un tema que excede el objetivo de este artículo, sin embargo, ahí van algunas preguntas para hacernos pensar hasta dónde llega nuestro uso de las nuevas tecnologías: ¿Cuánto tiempo dedicas a consultar el móvil, las redes sociales, noticias online*? ¿Cuánto puedes resistirte antes de contestar a un mensaje o mirar el móvil tras oír su sonido? ¿Qué cosas descuidas por estar pendiente del móvil?
4. El acceso a contenido de riesgo
El acceso libre, inmediato e ilimitado implica estar al día y acceder a toda la información necesaria, pero también acceder a contenidos menos deseables, por el contenido en sí y los riesgos que entraña o por el mero hecho de que este contenido no esté ajustado a la edad de quien lo consulta. Las nuevas tecnologías han allanado el terreno a la pornografía, las compras compulsivas o las apuestas online. Otras veces facilitan el acceso a menores a contenidos que, sin ser dañinos en sí mismos, pueden no ser adecuados para su edad, causando por tanto un efecto nocivo. Por suerte, el avance también afecta a los sistemas de seguridad, cortafuegos o controles parentales que nos permiten protegernos contra esta amenaza.
Las nuevas tecnologías, luces y sombras. La clave está en ser conscientes de ello y en aprender a manejarlo aunque, quizás esta vez, el cómo no lo encontremos en Internet sino que tendremos que ir descubriéndolo nosotros mismos. Esa es la verdadera oportunidad.
Carmen Laspra Solís. UDITEF Unidad de Diagnóstico y Terapia Familiar
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