Las nuevas tecnologías han cambiado el mundo. Pero, ¿hasta qué punto ha alterado el día a día de las personas? ¿Qué han traído a nuestras vidas? Lo cierto es que, aunque no puedan obviarse los riesgos que entrañan, son muchos los beneficios que aportan. Y no solo a nivel de comunicación y de acceso a información, sino también en otros campos.
Un ejemplo es la ayuda que pueden aportar las nuevas tecnologías a los pacientes de dislexia. Tal y como explican desde la Asociación Andaluza de Dislexia, la llegada de internet y estos dispositivos puede hacer que los tratamientos de este trastorno se sean más efectivos y de este modo ayudar a los más pequeños a solucionar los problemas derivados.
Beneficios de las nuevas tecnologías
Las nuevas tecnologías ya están en la vida de los más pequeños. Ordenadores, smartphones, tablets, ebooks. Todos estos dispositivos ya están al alcance de los niños y pueden reportar grandes beneficios a los menos con dislexia. Esta asociación destaca que estos dispositivos ofrecen un ahorro de tiempo en las terapias para el tratamiento de este trastorno
En la actualidad existen programas informáticos que pueden realizar perfectamente tareas como lecturas al niño. Recursos de gran utilidad para facilitar el aprendizaje y la motivación por el propio alumno a seguir empleando estas herramientas en su día a día para continuar dedicándose en estas tareas y de esta forma superar los problemas derivados de su trastorno.
Estas tecnologías también permiten que los alumnos no tengan que abandonar la clase ni quedarse aislado del resto. Los libros digitales se adaptan al ritmo de lectura de los estudiantes con dislexia, algo que también contribuye a que no sienta que es distinto ni menos que nadie por no poder mantener el mismo nivel que sus compañeros.
Tratando la dislexia en casa
En casa también se puede ayudar a que los niños trabajen por solucionar los problemas derivados de la dislexia. Desde la Fundación Faros del Hostpial Sant Joan de Deu se sugieren estas claves para este fin:
– Lectura conjunta de libros que sean de interés para el niño. Hay que insistir en que el niño se concentre en las palabras y en que se tome el tiempo que necesite para entender aquello que está leyendo. Si es un tema que interese al niño mucho mejor, pues será más fácil que disfrute de la lectura.
– Lectura en voz alta para que el niño detecte errores. Los padres pueden elegir una lista de palabras cuya dificultad variará en función del nivel del niño. Se le pide al niño que lea las palabras y luego se las leemos en voz alta avisándole que debe detectar cuáles son las palabras que no decimos correctamente. De esta forma lo ayudamos a concentrarse en la correspondencia entre sonidos y letras.
– Lectura de sílabas complejas: otro ejercicio bueno para mejorar la destreza lectora es la lectura de sílabas complejas, de tres o cuatro letras. El niño deberá leer en silencio una lista de sílabas y luego hacerlo en voz alta. Podemos resaltar aquellas sílabas que ha leído bien para que, a medida que mejore, pueda ver sus avances y se mantenga motivado. A medida que avance las sílabas se pueden sustituir por palabras y frases.
Damián Montero
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