La tutoría es una entrevista personal entre los padres y el profesor-tutor del niño. El papel de las tutorías es el de realizar una educación personalizada, analizando a ese niño en concreto: cómo es, cuáles son sus potencialidades, sus problemas y sus capacidades. El objetivo es que tanto los padres como el tutor estén de acuerdo en la mejor manera de ayudar al niño.
Las tutorias son las entrevistas en las que se citan el profesor y los padres del alumno, así como la que fija el profesor con el niño. En ambos casos, la figura central es el alumno y se persigue saber qué le hace falta en ese momento y cómo potenciar todas las capacidades que lleva dentro.
En Educación Primaria, es importante conseguir fluidez y confianza entre los padres y el tutor, con el fin de ayudar al niño a sacar lo mejor de él de manera integral, es decir, desde el punto de vista académico, personal, humano y espiritual. Si se logra esa buena relación y el niño también se ha sentido escuchado y comprendido, habremos cosechado una base esencial para prevenir y solucionar conflictos, rebeldías y problemas que más tarde, en Secundaria, llegarán.
Profesor y alumno frente a frente en las tutorías
Las tutorías personalizadas también se dan entre el profesor y el alumno. Es una charla amistosa, llena de confianza, en la que se pretenden también ayudar al alumno a ser mejor persona. Cada profesor mira al alumno de manera individual, le da una oportunidad, no se queda con una visión fija de lo que «han comentado otros de él», ni le prejuzga.
El mejor tutor es el que enseña al alumno a pensar, a despertar en él la curiosidad intelectual. El tutor ayudará al niño a que despierte en responsabilidad y aprenda a ser quien verdaderamente está llamado a ser. El alumno tiene que percibir amor y entrega por parte del profesor. Un maestro de verdad siempre tiende a potenciar la originalidad de cada uno de sus alumnos.
10 claves para hacer una buena tutoría
1. Llevar preparada la entrevista. Tanto los padres como el profesor, tienen que haber pensado aquellas cuestiones de las que quieran tratar sobre el niño, que les preocupa y los modos para ayudarle más y mejor.
2. Los padres deben acudir juntos. Es conveniente que vayan los dos a la tutoría, tanto el padre como la madre para poder trazar mejor las lineas maestras de la educación.
3. Es el profesor quien debe escuchar a los padres en primer lugar, ya que educa de acuerdo con el criterio de ellos.
4. El tutor debe escuchar, sugerir, orientar y nunca imponer. Nunca debe decir frases como: «lo que tenéis que hacer es esto o tal cosa». Tampoco los padres pueden imponer al profesor, que es diferente a exigir.
5. Las tutorías deben ser discretas. Hay cosas íntimas que no deben o no tienen por qué trascender. Es positivo que el tutor sepa que se está viviendo una situación complicada en casa (una posible separación, enfermedad grave…), pero son los padres los dueños de contar lo que deseen o no. Si el profesor conoce una situación familiar problemática porque el niño se lo ha contado, debe ser discreto a la hora de trasmitirla a sus padres.
6. Las tutoráis deben ser cortas y concretas. Se habla de cosas puntuales y prácticas, que no quiere decir frías y superficiales. Deben realizarse sin prisa y sin agobios.
7. Hay que descartar los interrogatorios. Las preguntas incisivas no favorecen la comunicación tanto de los padres al profesor como a la inversa.
8. Los padres tampoco pueden tomar una actitud a la defensiva. Si el tutor observa, por ejemplo, que el niño es muy impulsivo, los padres no pueden decir: «Impulsivo, estás equivocado, es casa es muy sereno». Hay que escuchar con confianza al tutor y viceversa.
9. Debe existir un clima de confianza mutua. Los padres tiene que tener la seguridad de que el profesor quiere lo mejor para su hijo, y si no es así y no perciben esa actitud por parte del profesor, transmitirlo al colegio.
10. No acabar nunca una entrevista sin haber concretado alguna meta. Tanto el profesor como los padres tienen que saber en qué cosas se va a trabajar con el niño para que mejore su rendimiento, sus hábitos y sus virtudes durante un periodo de tiempo determinado que se haya establecido.
6 consejos para los padres ante las tutorías
1. Periodicidad. Antes de que lleguen las primeras notas, tomad la iniciativa y adelantaros a pedir una tutoría. Una pauta razonable es hacer una o dos entrevistas por trimestre.
2. Temas a tratar. En las tutorías con el profesor de Educación Primaria, no solo hay que hablar sobre cómo va en matemáticas, lectura o comprensión, sino también de hábitos, esfuerzo y virtudes.
3. Puntos fuertes y débiles. Siempre es mejor hablar con el tutor, primero, de las cosas buenas de tu hijo, de sus puntos fuertes, y después, de sus puntos más débiles. Hay que apoyarse en los fuertes para mejorar los débiles.
4. Cursos importantes. Los dos últimos cursos de Primaria son vitales para reforzar esas tutorías, para establecer más confianza con el tutor y para trabajar con él metas más ambiciosas, de cara a fortalecer sus hábitos que se tambalearán en Secundaria.
5. Nivel de satisfacción. Si en algún momento «esperabais» más de la tutoría y no habéis quedado satisfechos en esa entrevista con el profesor, hablad con el subdirector o con el director del colegio. Hay profesores muy cualificados, pero que a veces, no se entienden con el alumno, ni tienen una visión integral de él.
6. Participación del alumno. Tras la tutoría con el profesor, tenéis que hablar con vuestro hijo de lo que habéis acordado en esa entrevista.
Patricia Palacios
Asesora: Carmen Lomas. Experta en Educación de Fomento de Centros de Enseñanza.
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