La elección de la carrera universitaria no es solo un problema de orientación, a menudo se involucran también emociones contradictorias: las tendencias naturales de los jóvenes entran en conflicto con aquello que los padres desean para sus hijos. El resultado, más allá de la normal confusión que caracteriza esta transición, es un estado de tensión tanto individual como familiar, que, claramente, no facilita la tarea.
Lo que no deberíamos hacer
En primer lugar, no debemos preocuparnos en exceso por los problemas de nuestros hijos, nos arriesgamos a convertirnos en padres sobreprotectores, o padres helicópteros, generando una relación dificil que puede afectar su capacidad de iniciativa. Nuestros hijos son ya jóvenes adultos, capaces de tomar sus propias decisiones y superar los obstáculos que se interpongan en su vida. La verdadera tarea de los padres es la de guiar a los hijos y ayudarles a afrontar los problemas, en ningún caso resolverlos por ellos.
Si, por ejemplo, asumimos todo el peso de la formación de los hijos sobre nuestros hombros, no conseguiremos que se conviertan en adultos preparados para afrontar la vida, sino en personas limitadas y dependientes. Es importante participar en esta elección, pero es fundamental que sean ellos los que tomen la decisión final. Sobre todo, debemos mantener la calma: si dejamos que el estrés y el nerviosismo nos supere, transmitiremos estos sentimientos negativos a nuestros hijos, afectando y condicionando su decisión. Ha llegado el momento en el que debemos, simplemente, cortar el cordón umbilical y dejar que los hijos vuelen con sus propias alas.
Unas sugerencias útiles
Nuestros hijos deben tener en consideración algunos aspectos antes de elegir la facultad en la que van a estudiar: el prestigio de la universidad, los planes de estudio que propone, la calidad del profesorado o la asociación con otras instituciones, son factores que pueden ayudarle a tomar la decisión correcta.
Nosotros, como padres, podemos ofrecer a nuestros hijos algunas herramientas útiles para que elijan la especialización conociendo la mayor información posible: sugerirle realizar una lista de las universidades donde destacar los pros y contras de cada una de ellas (requisitos de ingreso, posibilidad de prácticas, si ofrecen o no experiencias en el extranjero, etc). Ésto se les otorgará una visión general del panorama y facilitará la elección.
Además, podemos sugerirles que busquen informaciones sobre todas las universidades, inclluídas las universidades on line, que ofrecen una modalidad de formación con la que es posible estudiar a distancia, desde los ordenadores, permitiendo así a los alumnos tener más tiempo para otras actividades como un trabajo de formación u otros cursos de especialización. Un ejemplo de universidad online es la Unicusano, sinónimo de tradición, innovación y excelencia, que es líder en el campo de la formación universitaria a distancia y que propone un amplio abanico de cursos con planes de estudio actualizados que garantizan óptimas posibilidades de colocación.
El papel del instinto
Cualquier sea el camino emprendido por vuestros hijos lo importante es que sea algo que les apasione, lo que les permitirá también acabar pronto con los estudios. Recordad siempre que lo mejor es dejarse llevar por el instinto, guiad a vuestro hijo para que conozca e identifique sus intereses, sus pasiones, sus aspiraciones y sus aptitudes: será una persona más feliz y más motivada si elije una carrera universitaria que realmente esté hecha para él.
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