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Los niños y los teléfonos móviles

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Vivimos inmersos en una sociedad de consumo, con un importante desarrollo tecnológico, donde la necesidad de comunicación y acceso a la información «inmediatos» están presentes en todos los niveles. Los niños no son ajenos a ello. Es una etapa de gran vulnerabilidad y los padres deben estar atentos a los problemas que pudieran aparecer por un uso incorrecto o abuso.

Los niños disponen de teléfono móvil desde edades muy tempranas: en España, la edad media de inicio en la telefonía móvil se sitúa en los 12 años. Muchas veces, el aparato llega a ellos por primera vez en forma de regalo de Reyes, cumpleaños o, incluso, de Primera Comunión.

El adolescente se expresa con el móvil y a través del móvil, se convierte en seña de identidad para ellos, que les sirve para alcanzar su independencia comunicativa tanto en casa como fuera de ella.

Y aunque sus ventajas son muchas, todos las conocemos, también es cierto que pueden correr peligros tales como adicción, amenazas a la privacidad o ‘ciberbullying‘. Y es que el teléfono no sirve sólo para realizar llamadas, sino que constituye un acceso directo a una «plataforma multimedia», que también hace fotos y graba vídeos, reproduce música, permite mandar mensajes, jugar o chatear.

Surge así la conveniencia de plantearnos varias cuestiones. Darles un móvil no es tanto una cuestión de edad como de necesidad: ¿realmente lo necesita? Y por otro lado, ¿qué prestaciones necesita? Quizás, un niño menor de 14 años no hace falta que tenga un móvil con cámara, ya que sólo lo usará para enviar y recibir llamadas. Y si tiene cámara y acceso a Internet, ¿estamos seguros de que nuestro hijo conoce todos los peligros y las normas de un buen uso del teléfono? Como padres, deberemos hacernos este tipo de preguntas antes de adquirir un terminal para nuestros hijos.

Consejos para un uso correcto del móvil

– Es importante hablar con los hijos y pactar con ellos el uso que se le va a dar al móvil.

– Inicialmente compartir el teléfono familiar de manera esporádica para poder supervisar un uso racional.

– Aumentar la edad del primer móvil propio (preferible no antes de los 13 años).

– Usar tarjeta prepago para controlar el consumo y/o pagar el consumo con recursos propios (paga).

– Enseñar a desconectarlo en lugares donde no sea apropiado su uso (sitios públicos, etc.).

– No llevar el móvil a los centros educativos.

– Limitar o regular el acceso a Internet.

– Enseñarles a los niños el riesgo de acceso a ciertas redes, juegos o programas.

– Recordarles que nunca deben proporcionar ninguna información personal o familiar.

– Apagar el móvil por la noche, comiendo o durante el tiempo dedicado al estudio.

– Limitar el consumo acumulativo de los distintos medios de comunicación a menos de 2 h diaras.

Abusar del teléfono móvil puede provocar desórdenes psicológicos (conocidos como ciberpatología), que se pueden manifestar por síntomas depresivos, tendencia al aislamiento, bajo rendimiento escolar y tendencia a la agresividad.

Dra. Ana Isabel Díaz CirujanoPediatra Centro de Salud Rosa de Luxemburgo, San Sebastián de los Reyes (Madrid)

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