Son muchos los padres que adoptan niños extranjeros que, en ocasiones, proceden de circunstancias en las que el abandono o el maltrato han sido una constante en sus vidas. En estos casos, la relación de los padres con sus hijos adoptados, y el encaje de los menores en sus nuevas familias, no responde a los patrones habituales. Hay una serie de etapas en la adopción, problemas y características propias que no se dan en otras familias y que hay que saber gestionar.
Fases que hay que pasar en la adopción de un hijo
La adaptación del niño a su nueva familia no es inmediata, sino que es un proceso que tiene varias fases y que conviene conocer para poder afrontarlo mejor. En este sentido, la psicóloga y directora de la Asociación Adoptantis, Lila Parrondo señala las siguientes etapas:
1. Inicialmente el desconocimiento mutuo y en muchas ocasiones un idioma diferente suelen generar dificultades en la comunicación.
2. Pasado un tiempo, cuando ya se tiene idioma común, padres e hijos comparten cierta «luna de Miel», todo maravilloso.
3. Al poco tiempo el niño reta, desafía, pone a prueba la paciencia de la familia. Se trata de poner a prueba la perdurabilidad del vínculo afectivo que se está generando para saber si resultará posible volver a ser excluido de la nueva familia, ser nuevamente abandonado (experiencia que ya han vivido con anterioridad), tratan de asegurarse que el cariño de los padres es realmente incondicional.
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Cómo prepararse para adoptar a un niño
Adoptar a un niño exige que los padres se preparen adecuadamente para que el proceso sea exitoso. No sólo los niños experimentan un importante cambio, sino que también los padres tendrán que asumir un cambio sustancial en sus hábitos de vida. El niño necesitará mucha dedicación y atención, de forma que los cambios que otros padres van asumiendo a lo largo de varios años, los padres que adoptan tendrán que asumirlos casi de inmediato.
Lo mejor es adaptarse sin agobiarse. Es muy frecuente que surja la duda de si es conveniente mantener al corriente al niño de su historia pasada o si ocultarlo. Optar por esto último es un error. Es mejor mantenerle informado de los elementos más importantes de su vida. Los niños adoptados que proceden de situaciones traumáticas de abandono necesitan conocer sus antecedentes, vivencias y traumas para reparar el daño. Todos esos datos no se les deben ocultar, ya que el desconocimiento les perjudicará a la larga.
Los padres también deberán realizar una evaluación del estado físico, psicológico, intelectual, social… del niño. Para ello, hay que acudir, si es necesario, a un profesional que lo evalúe.
Algunas advertencias para los padres que quieren adoptar a un hijo
La guía Adoptia de Postadoptación para las Familias elaborada por el Gobierno Vasco recoge algunas características comunes de los niños adoptados que tendrán que tener en cuenta a la hora de prepararse para su acogida:
1. Manifiestan dificultades de autocontrol durante su infancia y adolescencia por su deseo de satisfacer inmediatamente sus necesidades y deseos.
2. Avanzan en unas cosas y se atascan en otras. Olvidan rápidamente las cosas y reprimen sus sentimientos. Aprender de la experiencia les puede resultar mucho más difícil que a los otros niños.
3. Tienen una baja tolerancia a la frustración, no toleran el «no» o el «más tarde». No toleran fácilmente la crítica; a veces, no admiten lo evidente y lo rebaten.
4. Muestran un desapego inusual por las cosas. Se cansan rápidamente de ellas.
5. Tienen una inadecuada percepción de sí mismos, se ponen más a menudo en riesgo, no perciben los peligros, son duros al dolor o hipersensibles.
6. Manifiestan déficit en la atención, en la concentración y en su rendimiento intelectual.
7. No interiorizan fácilmente las normas. No atribuyen valor a mentir o a agredir.
8. Tienen un escaso sentido de la realidad, la malinterpretan, la malentienden, provocan equívocos, no entienden los dobles sentidos y tienen poco sentido del humor. Muestran dificultad para manejar el tiempo.
9. Muestran miedo y temor a lo desconocido, a lo nuevo, a lo imprevisto.
10. Instrumentalizan las relaciones e intentan controlar a las personas y las situaciones, reclaman la atención de forma continua, quieren ser el centro.
Todos estos problemas son normales y se deben a su situación de vulnerabilidad. Una correcta preparación previa de los padres ayudará a superarlas y a la correcta integración del menor.
Cómo afrontar el encuentro con el niño adoptado
Hay que contar con la posibilidad de que el encuentro con el hijo no sea como se espera. Aunque se haya preguntado a otras personas que hayan tenido la misma experiencia, una cosa es lo que cuentan y otra la realidad. Por lo tanto, hay que estar preparado para toda clase de situaciones.
Se debe tener en cuenta que en algunos países sin recursos ni posibilidades para preparar a los niños que se dan en adopción, éstos vendrán con más problemas a la hora de encontrarse con sus nuevos padres. En muchos casos ni siquiera entienden lo que está sucediendo y simplemente consideran que están siendo abandonados una vez más, por lo que es posible que reaccionen con miedo y rabia.
Por el contrario, en otros países existen sistemas de protección que proporcionan a los niños una preparación específica para adaptarse a la nueva vida que les espera. Con estos niños ese primer encuentro será más fácil, pues se les ha preparado de forma progresiva para aceptar a sus nuevos padres y para iniciar, motivados, una vida en familia.
En cualquier caso, lo mejor es ir preparado para cualquier tipo de reacción. Se les puede llevar algún regalo que ayude a suavizar el miedo inicial, sin exigir a cambio una prueba de afecto, pues es algo que no se tiene por qué producir al principio. Los niños deben ver en sus nuevos padres seguridad y entereza, pues ello les tranquilizará.
Temores de los padres adoptantes
Lila Parrondo señala que algunos de los temores más frecuentes de los padres se centran en «que sus hijos no los quieran o que ellos no quieran a sus hijos». También temen que «a medida que vayan creciendo que no sepan ejercer suficientemente bien su rol parental». Señala la directora de Adoptantis que «llegados a la preadolescencia el mayor temor es que la curiosidad por los orígenes haga que el hijo se aleje en esa búsqueda y no regrese». Estos miedos son habituales, pero suelen ser infundados.
Miguel Pérez Pichel
Asesoramiento: Lila Parrondo, psicóloga y directora de la Asociación Adoptantis
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