El duelo es la reacción psicológica y el dolor emocional que se siente ante el fallecimiento de un ser querido. Es un proceso por el que pasan todos aquellos que han sufrido una pérdida, preparándolos para vivir sin la presencia de esa persona. La intensidad y la duración del duelo dependen de factores como las circunstancias de la muerte o la edad de cada uno.
El duelo según la edad: los niños
La pérdida de un ser querido genera dolor a cualquier edad. Sin embargo, muchas veces los adultos desconocen la manera en la que un niño se enfrenta al duelo por la muerte de un ser querido. En este momento, es importante conocer qué realidad perciben los niños, qué entienden por muerte y la forma que tienen de hacerle frente. En función de la edad, los niños vivirán este momento de diferentes maneras:
– A los dos años. A esta edad, los niños ya sufren y perciben la pérdida, sin embargo, aún no pueden comprender el significado de la muerte. A los dos años, los niños entienden la muerte como una separación, es decir, entienden que falta alguien pero no entienden el concepto de muerte como tal.
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– Entre los cuatro y los seis años. El pensamiento mágico es el gran protagonista en esta etapa. Entre los cuatro y los seis años, los niños pueden pensar que quien muere, después, puede volver a la vida. Esto significa que aún tienen una comprensión limitada de la muerte: pueden hablar de la muerte pero no pueden expresar lo que sienten realmente.
– Entre los seis y los nueve años. En este momento, los niños ya distinguen entre la fantasía y la realidad y están preparados para conceptualizar la muerte. Entre los seis y los nueve años los niños ya pueden comprender la muerte y entender sus consecuencias, sin embargo, también pueden desarrollar, por primera vez, un sentimiento de culpa, viéndose, de alguna manera, como los responsables de ese fallecimiento.
Las 4 etapas del duelo
Existen cuatro etapas diferentes a nivel psicológico que las personas deben vivir antes de superar la muerte de un ser querido:
1. Etapa de shock. En esta etapa aún no se admite la perdida de la otra persona. El desconcierto es el gran protagonista y aceptar la pérdida se convierte en el nuevo reto.
2. Etapa de rabia. Es normal sentirse enfadado y culpabilizar a otros o a nosotros mismos de la pérdida. En esta segunda etapa, las personas suelen tener un sentimiento de dolor y desamparo acompañado de problemas para dormir y para valorarse.
3. Etapa de desesperanza. Cuando se toma conciencia de que la persona fallecida no va a volver, se entra en una etapa de desesperanza en la que se empieza a ser consciente de lo que ha pasado.
4. Fase de reorganización. Existe una última fase, la de reorganización, en la que la persona, tras la fase de shock, rabia y desesperanza, afronta la situación. Por primera vez puede ver los hechos con perspectiva e incluso puede ver algunos aspectos positivos: lo que compartió con esa persona, lo que aprendió en el tiempo que compartió con ella, etc.
Consejos para afrontar la muerte de un ser querido
El duelo no es un proceso que, una vez que se, no se vuelve a repetir nunca. En muchas ocasiones, cuando se acerca el aniversario de la muerte de una persona o en fechas señaladas que recuerden esos dolorosos momentos, se volverá a vivir el duelo de nuevo, pasando por las cuatro fases.
Ahora, con motivo del Día de los Difuntos, la compañía de seguros Meridiano Grupo ASV, en colaboración con la Universidad Miguel Hernández, ha elaborado una serie de consejos para afrontar el recuerdo de la muerte en fechas señaladas:
1. Normaliza la situación. Es normal que sean fechas en las que sientas tristeza por su ausencia. En estos momentos, lo más recomendable es hablar sobre lo que ha pasado y expresar tus sentimientos intentando normalizar así la situación.
2. Apóyate en los demás. Aislarse nunca es la solución. Hablar, compartir recuerdos y expresar el dolor con personas cercanas a veces es la mejor ayuda para afrontar la pérdida. Es una forma de compartir el dolor y recobrar el ánimo progresivamente.
3. Expresa tus sentimientos. Por lo general, las personas se muestran reticentes a mostrar sus sentimientos. Sin embargo, expresar el dolor y poner palabras a lo que se siente en esos difíciles momentos no es un símbolo de debilidad sino el primer paso para recuperarse.
4. Recuerda a la persona fallecida. Evitar nombrar a la persona fallecida, no hablar de nada relacionado con ella o no recordar momentos que se han vivido en su compañía, no es un hábito recomendable para nadie que esté atravesando el proceso de un duelo. Por el contrario, hablar de ella es una manera de evitar el aislamiento y de afrontar la situación.
5. Recupera la ilusión. La apatía es una sensación muy normal cuando alguien se enfrenta a una pérdida. Sin embargo, con el paso del tiempo, es necesario recuperar progresivamente la ilusión sin sentirse culpable y volver a realizar actividades en las que poder implicarse emocionalmente.
Patricia Núñez de Arenas
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