Enseñar buena educación a los niños no es fácil porque la mayoría de sus normas no están en los libros y depende, en gran medida, del sentido común. Para conseguirlo, es importante ponerse en lugar de los demás y enseñar empatía a los niños, aderezada con ciertas dosis de autocontrol, sobre todo en los malos momentos, por ejemplo, cuando estamos enfadados. Ambas virtudes son esenciales para poder enseñar la base de la buena educación a los niños, desde que son, muy pequeños.
La buena educación se enseña con el ejemplo
Hay muchas personas que ante cualquier pequeño contratiempo, la mayoría de veces sin la menor importancia, reaccionan muy agresivamente, sobre todo verbal y hasta físicamente.
Hoy en día se critica mucho a los jóvenes y su comportamiento; pero a veces, habría que tener una cámara oculta y poder enseñar a los no tan jóvenes el propio comportamiento de los adultos y el mal ejemplo que se les da. No es infrecuente ver a personas adultas que les dicen a los niños a grito pelado que… no se debe gritar, que no se debe pegar… a la vez que le propinan un cachete. Que no se debe fumar, mientras sostienen un cigarrillo en las manos, que no se debe beber alcohol, mientras beben un vaso de cerveza, etc.
Muchos adultos hacen gala de mala educación y no son precisamente un ejemplo que puedan seguir. Parece que el pedir perdón y reconocer errores es un signo de debilidad para muchos adultos, y en consecuencia, pueden llegar a mostrar un orgullo desmedido que es un nefasto ejemplo para hijos y jóvenes.
Cómo y cuándo ser educados
– Empatía. Una buena forma de saber cómo y cuándo ser educado consiste simplemente en ponerse en lugar de los demás. ¿Me agrada que me den las gracias?¿Y que me sonrían cuando me atienden?¿Y que me pidan las cosas por favor? ¿Y que me escuchen y me miren cuando hablo?
– Buenas maneras. Tampoco hay que obsesionarse con mostrar buenas maneras de forma que acabemos pareciendo unos repelentes. Siempre hay un momento en el que es adecuado tener buena educación, pero no hemos de estar buscándolo continuamente.
– Buenos modales. Si creemos que nos haría falta aprender buenos modales y no sabemos por dónde empezar, en el mercado existen libros muy variados sobre buenas maneras que nos serán muy útiles. Sólo tienes que acercarte a la librería más cercana a tu casa y echar un vistazo para ver cuál es el que más te convence.
– Buen trato. Si es otra persona la que te trata de malos modos, procura no caer en el mismo error que ella contestándole de la misma manera. Sería una forma de dejar que los otros te controlen, que marquen el tono de las conversaciones. Además, tienes una oportunidad de mostrar tu buena educación, y eso puede ser una ayuda para la otra persona.
– Pedir perdón. Si alguna vez somos conscientes de haber sido maleducados con alguien o nos hemos mostrado hostiles porque estábamos cansados y hemos tenido un comportamiento de mala educación, la solución es sencilla: pedir perdón o disculpas restituirá nuestra metedura de pata. Pedir perdón no es un síntoma de debilidad, sino que es liberador y un signo de buena educación, por lo que no tengas reparos en ponerlo en práctica si fuera necesario.
Conchita Requero
Asesor: Alex J. Packer. Educador y psicólogo.
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