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La mochila escolar, un buen sitio para trabajar el orden

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El periodo sensitivo en el que los niños interiorizan el concepto del orden es muy breve. El cuidado del material escolar brinda una buena oportunidad para lograrlo y la mochila escolar es un buen sitio para trabajar el orden con los niños.

El orden es una de las grandes batallas de todas las familias. La tendencia de los niños a ir sacando juguetes a medida que les apetece cambiar de actividad, sin recoger antes los anteriores, acaba dejando habitaciones desastrosas que desatan la frustración de los padres. Si hemos tenido un buen día, quizá nos animemos a enseñar a nuestros hijos a recoger con canciones y juegos. Si el día ha sido malo, es más probable que estallemos en gritos que acaben en lamentos por todo lo que nos obligan a trabajar cuando ya estamos agotados.

Cómo conseguir que los niños sean ordenados

Conseguir que nuestros hijos sean ordenados es imprescindible tanto para la convivencia familiar como para su propio bien. Y la infancia es el mejor momento para lograrlo porque es cuando el cerebro está mejor preparado para adquirir este hábito.

Para trabajar el orden, necesitamos partir de la base de la propia responsabilidad de los niños. Mientras ellos no sientan que aquello que están ordenando depende directamente de lo que hagan, no surgirá esa necesidad de ordenar. Es decir, es poco probable que despertemos en nuestros hijos el deseo de ordenar los zapatos de mamá, pero sí entenderá que, por su propio bien, los juguetes de su habitación tienen que estar ordenados.

Ahora que acaba de empezar el curso podemos recurrir a la mochila, el material escolar y los libros como elementos para ejercitar esta virtud. En efecto, necesita de un ejercicio cotidiano y constante para convertirse en una acción automática. Los elementos que los niños llevan al colegio son especialmente adecuados para trabajar el orden porque son «personales e intransferibles», al menos durante ese curso académico. Eso implica que solo ellos los van a utilizar y que solo a ellos perjudica no encontrarlos en su sitio cuando los necesitan.

Pasos para trabajar el orden con la mochila escolar

Material escolar

Los padres tenemos que guiar a nuestros hijos para que consigan este reto que simplificará enormemente sus vidas.

En primer lugar, preparamos junto a nuestros hijos espacios muy concretos donde ellos pueden dejar su material. No puede ser «encima de la cama» o «ahí, en la mesa». Hay que buscar un lugar específico. Por ejemplo, los lápices irán en una caja, un cajón o un cubilete; los libros del colegio tendrán su hueco en la estantería y la mochila estará colgada en un gancho concreto. Podemos decorar con nuestros hijos etiquetas con su nombre que les ayuden a entender que esos puntos de la habitación están reservados para sus cosas.

La segunda fase del proceso de aprendizaje requiere repetición. Cada día, junto con ellos, al volver del colegio, les iremos indicando dónde colocar las cosas. Es fundamental que sigan una rutina concreta que se establecerá en cada casa según las necesidades, por ejemplo: merendar, cambiarse, ordenar, hacer la tarea… Trataremos de que sea siempre igual.

En la tercera fase solo vigilaremos que, efectivamente, han hecho suya la práctica. Recordaremos de vez en cuando, alabaremos su madurez al conseguir el reto y solo cuando varios días seguidos después de un recordatorio no sigan los criterios establecidos, debemos intervenir.

Alicia Gadea

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