Durante la infancia toca enfrentarse a un mundo desconocido y demasiado grande para alguien tan pequeño. El miedo es algo habitual en los niños y además pasa por diferentes etapas según la edad. Cuando el tema que genera el miedo escapa a su comprensión, su mundo habitual se ve alterado y no saben cómo reaccionar ante este cambio, el miedo puede llegar a provocar en ellos un sentimiento de ansiedad.
Cada edad tiene sus propios temores y miedos caracteristicos, pero todos son pasajeros y remitirán a medida que los niños maduren y comprendan que no hay por qué asustarse ante este asunto. Sin embargo, en otros muchos casos este pánico puede aumentar de intensidad y repercutir negativamente en el día a día del menor. Es en estos casos cuando los padres deben ayudar a sus hijos para tratar de calmarlos y ayudarlos en la superación de estos miedos.
Temores más frecuentes en los niños
La mayoría de los miedos que sienten los niños desaparecen cuando estos alcanzan la madurez para comprender al problema al que se enfrentaban. Son los que la Asociación Española de Pediatría, AEPED, denomina como «miedos evolutivos». Sin embargo existen otros muchos que podrían requerir la ayuda paternal para superarlos como es el caso de las fobias, que suponen una reacción desproporcionada por parte del menor ante un temor y que generan en él un sentimiento de ansiedad. AEPED señala los siguientes miedos como los más comunes en los pequeños:
1. Miedo a la oscuridad. La hora de ir a dormir puede suponer una tortura en muchas ocasiones para los más pequeños de la casa. Ver cómo ese cuarto colorido y donde jugaba horas antes, ahora se convierte en un sitio umbrío y en el que sus sentidos no perciben nada provoca en los niños un temor bastante habitual a la oscuridad. De hecho, la AEPED señala que este miedo aparece en uno de cada tres niños hacia los dos años y que este porcentaje disminuye a los 8-9.
Esta asociación añade que en ocasiones a este temor se le añaden otros como el miedo a personajes imaginarios o a la posibilidad de que alguien entre y pueda hacerles daño. La AEPED recomienda establecer ciertas rutinas que calmen a los niños antes de dormir tales como hablar con ellos en la cama y arroparles o leerles un cuento; también pone énfasis en el peligro que puede tener que el pequeño realice actividades excitantes antes de dormir o tome bebidas con cafeína y azucaradas por la noche.
2. Miedo a la separación. Perder a esa persona a la que se siente tan apegada el niño es un pensamiento que no le gusta nada a los más pequeños. La AEPED señala que es uno de los miedos más comunes en la raza humana en sus primeros años de vida, en especial cuando el pequeño teme perder a su madre, persona a la que normalmente está más unido.
AEPED recomienda fomentar la autonomía del niño desde un principio y evitar la sobreprotección del niño. Se deben realizar separaciones breves al principio tales como permitirles ir a jugar a casa de un amigo y con el paso del tiempo ampliar estas actividades a dejarlos dormir en casa de esta amistad o acudir a campamentos cuando la edad se lo permita.
3. Miedos escolares. El colegio puede suponer numerosos problemas para el niño. Y es que en este entorno el menor se ve envuelto en un entorno competitivo donde generalmente la normal establece que debe ser el mejor. Esto se une al hecho de tener que buscar amigos, lo cual puede provocar en él un sentimiento de soledad. Este hecho suele remitir con el paso del tiempo, cuando el pequeño se adapta al colegio.
Por parte de los padres es importante ser firmes en tanto que se haga entender al niño que debe acudir a la escuela. También será importante una buena relación con el profesorado a la hora de detectar posibles problemas como el bullyin, que pueden provocar este miedo al colegio en el menor. Hay que evitar largas ausencias escolares ya que esto no favorece a la aclimatación del niño en su nuevo medio.
4. Miedo a los médicos. No es raro imaginar por qué el niño teme a un desconocido que en ocasiones cubre su rostro y que provoca en él un daño físico o que le clava agujas para inyectarle las vacunas. Esto puede provocar que pequeño sienta ansiedad cada vez que se le comunica que va a acudir al médico ya que este no entiende que es para curarlo, sino más bien para hacerle sentir dolor.
La AEPED recomienda una actitud serena en los padres para transmitirle tranquilidad al niño. Además también es bueno que el pequeño conozca a su pediatra en un contexto más amable y cuando este no lleve mascarilla ni otros artilugios que puedan provocar el rechazo del menor.
Consejos generales para superar los miedos de los niños
La mayor parte de los miedos infantiles desaparecen por sí solos a medida que el niño madura y afronta las situaciones temidas. Conviene ayudar a los niños miedosos a superar sus temores sin caer en la sobreprotección y fomentar que sea el niño quien solucione las dificultades con ayuda, pero sin que se encuentre siempre los problemas resueltos. Hay que tener en cuenta que a veces el miedo se perpetúa por las ventajas que, sin proponérselo inicialmente, se obtienen con ellos.
1. Huye de concesiones. Los padres suelen adoptar una actitud comprensiva y tolerante, proporcionando al niño más caprichos o ventajas y, por otro, le pueden descargar de obligaciones, deberes o responsabilidades. Por ello se debe valorar realmente si es conveniente realizar ciertas concesiones como dejarle pasar la noche en cama de los padres cuando haya miedos nocturnos o permitirle estar en casa sin ir al colegio.
2. Evita el recurso al miedo para controlar el comportamiento infantil. Es una práctica educativa inadecuada. Algunas frases como «si no eres bueno, llamo al coco» o «si no tomas el jarabe, te llevaremos al hospital para que te pinchen» resuelven las situaciones de forma momentánea, pero pueden generar problemas a largo plazo. Resolver problemas con amenazas no hará más que incrementar ciertos temores en el niño.
3. Presta atención a las estrategias. El niño con miedo puede emplear estrategias para escapar o evitar las situaciones temidas como fingir dolor de barriga para no ir al colegio o llorar cuando queda solo. Si esto sucede, es preferible la indiferencia, tener paciencia y fingir que no se oyen las quejas ni las rabietas y celebrar por el contrario cualquier acción positiva del niño, por insignificante que sea, dirigida a superar el miedo.
4. Disimula tus miedos. La imitación tiene mucho que ver en la adquisición de miedos infantiles, por lo que es importante mantener la compostura y disimular los propios temores en presencia del niño. Las sensaciones de seguridad suscitadas por la compañía de los padres contrarrestan el miedo. Se aconseja restar importancia a las manifestaciones normales de miedo en los menores y tratar de conservar la calma en momentos de estrés
5. Selecciona las películas o lecturas de tus hijos. Un mecanismo de adquisición del miedo es la observación de experiencias atemorizantes. Hay que seleccionar películas, lecturas, relatos y espectáculos apropiados para su edad. Hay que evitar historias de terror o que presenten violencia indiscriminada. Es útil en ocasiones recurrir al juego y al humor en circunstancias de temor.
Damián Montero
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