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Mascotas: principales dudas de los padres

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Mascotas: dudas de los padres
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Las mascotas son un incentivo para gatear y andar, ayudan a los niños a sentirse más seguros y acrecientan su autoestima. Estos son algunos de los beneficios que aportan los animales de compañía. Sin embargo, cuanto más pequeño sea nuestro hijo, más tenemos que extremar las precauciones de higiene y limpieza de nuestras mascotas, puesto que perros, gatos y otras especies, les pueden contagiar o provocar enfermedades.

Las principales dudas de los padres antes de adquirir una mascota

Antes de tomar la importante decisión de adquirir una mascota, los padres se plantean las siguientes cuestiones a la hora de tener un animal en casa.

1. ¿A qué edad se puede empezar? Un niño pequeño puede convivir con una mascota, siempre y cuando tomemos todos los cuidados necesarios. Hay que averiguar también si nuestro hijo tiene algún tipo de rechazo al animal como puede ser fobia, o algún tipo de alergia. Lógicamente, es importante, que la mascota esté  sana.

2. ¿Qué animal escoger?  Es muy importante elegir el más adecuado. El perro es más paciente y sociable que el gato. Hay razas caninas muy amigables y tolerantes con los niños.

3. ¿Qué riesgos existen contra la salud? ¿Es posible que una convivencia estrecha exponga  al niño al contagio de parásitos o de enfermedades de los animales?  Siempre y cuando el animal esté sano, vacunado y desparasitado, esto no suele suceder. Por eso es muy conveniente llevarle con la regularidad adecuada al veterinario.

Enfermedades más comunes que transmiten las mascotas

Los parásitos gastrointestinales, tenias, garrapatas u hongos que tienen los animales, pueden ser transmisibles al hombre y sobre todo a los niños, por lo que se hace imprescindible seguir un correcto programa de desparasitación (periódica y preventiva). El verdadero peligro de los animales está en las heces. Es allí donde se encuentran los responsables de las enfermedades transmisibles como por ejemplo la toxoplasmosis. Así, debemos enseñar a nuestros hijos que los excrementos de los animales nunca se tocan.

Uno de los problemas más comunes son las alergias que provocan a los niños, ciertos animales. Las alergias al pelo o la caspa de perros o gatos son frecuentes. Otros animales domésticos (hámsters, pájaros,…) pueden también producir alergia. La causa real de la alergia a los animales son proteínas segregadas por las glándulas sebáceas de la piel. También, las alfombras y los muebles tapizados retienen  cantidades relevantes de alérgeno hasta 4 o 6 semanas después del contacto con el animal.

Otra de las enfermedades es la llamada enfermedad por arañazo del gato. Sus garras pueden desencadenar una infección en la piel. El trastorno no es grave y normalmente desaparece de forma espontánea al cabo de una semana. Otro de los riesgos que produce las secreciones y excrementos del gato es la toxoplasmosis, aunque también se puede adquirir bien al ingerir tierra contaminada o carne cruda o poco hecha, o bien por vía materno-fetal a través de la placenta (toxoplasmosis congénita, muy grave para el feto). La toxoplasmosis adquirida es una enfermedad leve y a menudo inadvertida.

Las mejores mascotas para la familia

Algunos de los animales mejores para el desarrollo de tu hijo son los siguientes:  

1.   Perro. Representa para sus amos una fuente inagotable de comprensión. Siempre tiene una muestra de afecto y posee tal sensibilidad que es capaz de adivinar que algo marcha mal. El perro es la mascota por excelencia pero también, la que más cuidados requiere. Cuando los niños son pequeños, es mejor adquirir  perros pequeños ya que con los grandes, aunque suelen ser más dóciles y pacíficos, hay que tener más cuidado cuando se muevan o jueguen, por lo menos hasta que el niño cumpla los 6 a 7 años. Las estadísticas demuestran que la mayor parte de los accidentes serios en los que están implicados los niños, se producen a causa de perros grandes que, incluso de forma involuntaria, pueden hacer daño. Al perro le encanta seguir los movimientos del pequeño desde que empieza a gatear por la casa, así como perseguirlo y seguir sus juegos sin aburrirse.

2.   Peces. Son unas mascotas que no estorban pero que requieren también cuidado, limpieza y alimentación.

3.   Hámster o pájaro. Son muy económicos y sencillos de cuidar, incluso en niños a partir de los cinco años.

4.   Gatos y aves grandes (loros). Se convierte también en uno más de la familia y requieren más cuidados. Pueden llegar a costar más dinero. El gato es un ágil amigo que pronto querrá conocer a los más pequeños de la casa: se subirá a las cunas y sofás, olerá las ropas del bebé o investigará en el cuarto de los niños para descubrir sus juegos. Los más pequeños se sienten atraídos y muy impresionados por este animal. El bebé, rodeado de un olor especial a leche y a papilla, duerme casi siempre custodiado por el gato de la casa. Sin embargo, es conveniente que se mantenga fuera de su habitación. De ahí que, tanto por higiene como por la temprana edad del recién nacido, debamos dejar las habitaciones cerradas para que el gato no entre hasta que el niño sea un poco más mayor. Hay que enseñar también al gato a controlar sus uñas.

Mascotas en casa: ¿qué hay que tener en cuenta?

–   Amigos a los que cuidar. Nuestro hijo tiene que ver en su mascota un amigo que cuidar y proteger. Pero si tenemos un hijo algo «trasto» que maltrata al animal, debemos prohibir esas trastadas.  Las orejas, el rabo y el hocico son las tres partes del cuerpo que más daños sufren por parte de los niños.  No olvidemos que algunas de estas bromas pueden ser interpretadas para el perro como un reto, y volverse algo violento.

–   Animales a los que educar. Los animales también necesitan ser corregidos sin  gritos, al igual que nuestros hijos. El perro por ejemplo, tiene su oído muy sensible, y si se acostumbra a los gritos, no servirá luego un tono de voz más severo cuando haya que corregirle.

–   Si tienes que prescindir de la mascota, evita abandonarla. Si observáis en vuestro hijo reacciones de fobia hacia el animal o algún tipo de alergia, aunque os cueste, es preferible desprenderse de la mascota. Hay lugares adecuados para dejarlo, sin necesidad de abandonarlo.

–   Para evitar riesgo de transmisión de enfermedades de animales a los niños o a los miembros de la familia, siempre hay que  recoger y eliminar sus excrementos en la basura y sobre todo, lavarse las manos con frecuencia, especialmente antes de comer.

–   Hay que evitar también que los animales chupen la cara de los niños, pero si esto ocurre, será suficiente con lavarle la cara.

–    Mejor adquirir que recoger. Una mascota se puede adquirir en una sociedad de protección de perros, en las clínicas veterinarias, de propietarios particulares, en tiendas especializadas, o en criaderos específicos. Es mejor que recoger a alguno vagabundo, que no sabemos que clase de enfermedades pueda tener.

Jaime Márquez

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