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Extrovertidos y tímidos: cómo lograr un ambiente comunicativo

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Sociabilización infantil: cómo lograr un ambiente comunicativo
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Crear un ambiente comunicativo en la familia es fundamental para conseguir que tanto los hijos con un temperamento tímido como los extrovertidos puedan desarrollarse sin dificultades tanto en casa como fuera de ella. Reforzar la autonomía y la autoestima de los niños es fundamental para que tengan seguridad a la hora de fomentar sus relaciones sociales.

Cómo educar a los niños extrovertidos

En principio, ser extrovertido es una ventaja importante a la hora de relacionarse, siempre que vaya acompañada por la afabilidad, ya que un niño con estas características tendrá siempre muchos amigos incondicionales. Al ser tan simpático, a mamá, a papá, a los abuelos, etc., seguramente le causarán risa sus gracias, «¡Qué majo y espabilado es!». Dicha actitud es buena, siempre que reírle todo lo que hace no suponga consentirle demasiado por falta de límites a su carácter abierto.

Otro riesgo, es que no tienen ningún problema para entablar conversaciones con cualquier adulto o incluso marcharse con él tranquilamente: son niños excesivamente confiados, con los se deberá hacer especial hincapié en su educación en la prudencia. En este sentido, tienden a dar más información y explicaciones de las necesarias, no tienen en cuenta el límite de la intimidad y más adelante el sentido del pudor. Debemos enseñarles que hay cosas íntimas que no se pueden compartir con otras personas; inculcarles el sentido de la discreción y del saber estar; aprender en qué momentos y a quién se deben contar las cosas.

Las dificultades de los niños tímidos

Desde edades tempranas, es muy importante trabajar en casa la sociabilidad -proporcionando encuentros con niños de edades similares-, la autonomía y la autoestima para que el niño se sienta capaz de relacionarse positiva y eficazmente con los demás.
Un pequeño con baja autoestima será un niño tímido, con tendencia a estar solo, temeroso de buscar nuevas relaciones y mantener contacto con otros niños y con los adultos. En cuanto una persona mayor se dirija a él, tenderá a esconderse detrás de mamá o a no contestar a lo que se le pregunta.

Otra causa de la timidez excesiva, o falta de estrategias de relación positiva, es la sobreprotección que inconscientemente la familia tiende a ejercer con los más pequeños y que se suele agudizar con la incorporación del niño a la escuela.

5 ideas básicas para sociabilizar a los niños

1. Si la familia es sociable, posiblemente los hijos serán más sociables.
2. Facilitar al niño encuentros positivos de relación con sus iguales.
3. Establecer desde que nace un diálogo afectivo de seguridad y confianza.
4. Desarrollar gradualmente su autonomía, ajustada a su edad. No hacer por el niño nada que sea capaz de llevar a cabo por él mismo.
5. Reforzar su autoestima valorando sus posibilidades de acción y relación.

Para favorecer la comunicación de los niños tanto si su caracter es extrovertido o tímido, es importante favorecer la sociabilización de los niños. Algunas de estas preguntas, pueden hacer reflexionar a los padres sobre si estamos favoreciendo la sociabilización del niño.

Cómo lograr un ambiente comunicativo

Te proponemos una serie de preguntas para reflexionar sobre vuestro caso concreto:

– ¿Dialogas con tu hijo en aquellos momentos que compartes con él? ¿Cuánto tiempo le dedicas para hablar de sus cosas y de tus cosas?

– ¿Le ayudas a expresar sus sentimientos después de un conflicto? ¿Te muestras empático con sus problemas? ¿Te preocupas y así se lo demuestras cara a tu hijo?

– ¿Te interesas y le preguntas por las cosas que hace en el colegio? ¿Le cuentas las cosas que haces en el trabajo?

– ¿Le preguntas a qué ha jugado, con quién juega?

– ¿Conoces a los niños con quienes juega tu hijo y con los que habitualmente se relaciona? ¿Puedes llamarlos por sus nombres?

– ¿Cuáles son sus juegos preferidos? ¿Cómo juega con ellos? ¿Sabrías jugar con ellos? ¿Cuánto tiempo dedicas a jugar con tu hijo?

– ¿Te preocupas por ofrecerle juegos adecuados a su edad y con los que pueda disfrutar? ¿Pides consejos a sus profesores por aquellos juegos que pueden ayudar a tu hijo?» ¿Planificas actividades familiares en el tiempo de ocio para disfrutar con tus hijos?

– ¿Estás atento a sus cambios de humor y comportamiento?

– ¿Conoces a tu hijo y los cambios fisiológicos que se dan con la edad? ¿En qué le afectará en su relación con los demás? ¿Has intentado informarte de ello? ¿Cuánto tiempo dedicas a leer documentación que te vaya orientando en la educación de tus hijos? ¿Cuánto tiempo dedicas a hablar con tu pareja de cada hijo? ¿Hay propósitos de mejora?

Reforzar la autonomía y la autoestima de los niños

– ¿Dejas que realice el niño sólo aquello que ya sea capaz de hacer por sí mismo? O por el contrario, ¿dejas de proponerle encargos por miedo o por falta de confianza?

– ¿Recoge sus juguetes? ¿Es ordenado? ¿Le ayudas a hacerlo enseñándole o simplemente le mandas hacerlo?

– A la hora de vestirse y desvestirse ¿aprovechas para enseñarle cómo debe hacerlo? ¿Cómo colocar su ropa? ¿Dialogas con tu hijo sobre lo que está haciendo en cada momento, diciéndole cómo se llama cada prenda y para qué sirve? ¿Aprovechas este tiempo para hablar de sus cosas o simplemente comentarle cómo te ha ido el día (por ejemplo)?

– ¿Cómo preparas el momento de su aseo personal?

– ¿En casa procuras desayunar, almorzar o por lo menos cenar todos juntos, facilitando un diálogo con todos los miembros, en el que también participan los más pequeños?

– En casa, ¿todos tienen una tarea o encargo? ¿Está distribuida por edades, por tiempo, dificultad, etc.?

– ¿Alabas todo aquello que consigue hacer? A la hora de corregir ¿lo haces con cariño, teniendo en cuenta su afectividad?

– ¿Realizas comentarios positivos de sus logros?

– ¿Le propones actividades adecuadas para que pueda lograr realizarlas con éxito y hacerle un comentario positivo que aumente su prestigio entre los miembros de la familia?

– ¿Le animas en los momentos difíciles? ¿Cómo?

– ¿Te mantienes vigilante y solo ofreces tu ayuda en los momentos necesarios? En la educación de los hijos, ¿sois unos padres preactivos, que intentan ir por delante de los posibles problemas que puedan originarse en la relación social?

– ¿Conoces los puntos fuertes de cada hijo y te apoyas en ellos para estimularles?

– ¿Le animas a superar aquellas cosas que le cuestan? ¿Cómo?» ¿Valoras sus logros? ¿Cómo?

– ¿Confías en sus posibilidades?

Fomentar las relaciones sociales

– ¿Facilitas sus encuentros con otros niños de su edad?

– ¿Le llevas al parque habitualmente?

– ¿Organizas alguna merienda para que sus amigos vengan a casa y así puedan mantener una relación?

– ¿Planificas excursiones o salidas con familias que tengan niños de su edad?

– ¿Planificas su tiempo de ocio con actividades, juegos o encuentros con otros niños?

– ¿Organizas en casa reuniones con amigos y familiares?

– ¿Visitas a los abuelos y a otros familiares y amigos?

– ¿Alabas su buen comportamiento social cuando se ha portado correctamente?

– ¿Corriges (con cariño) los comportamientos sociales incorrectos cuando estás a solas con él? O por el contrario, ¿te sientes tan avergonzado del comportamiento, que tan solo le castigas sin decirle como debía de haberse comportado y lo disgustado que te encuentras?

– ¿Le explicas con antelación lo que se espera de él, de su comportamiento?

Ana Aznar
Asesoramiento: Malena Muñoz Garrosa

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