Categorías:

La envidia infantil: cómo educar en positivo a los niños

Tabla de contenidos

Los niños envidiosos van creciendo con una insatisfacción general y esa insatisfacción les hace estar mucho más pendientes de lo que puedan tener o hacer los demás, que de lo que hacen o tienen ellos mismos. No obstante, hay niños que pueden tener la autoestima alta y tener envidia, porque piensan que ellos son los que se merecen las cosas. Se diría que la envidia se debe más a una inseguridad.

Los adultos, padres y tutores, podemos hacer envidiosos a los niños, cuando les favorecemos poco a poco, a que vean el mundo como si estuviera a su servicio.

¿Qué hacer con la envidia entre los hermanos?

La primera manifestación de envidia son los celos, cuando uno de ellos piensa que es sustituido por otro (al nacer un hermanito). Cada niño tiene una cualidad, es un valor por sí mismo, cada uno vale por algo y eso los padres se lo debemos de manifestar a cada uno individualmente. Tienen que experimentar alegría por algo bueno que le ha pasado a un hermano suyo, de la misma manera que cada uno busca el apoyo de sus hermanos cuando a ellos les ocurre algo bueno. Tienen que descubrir que compartiendo la alegría de los demás, se disfruta mucho.

También, los padres, para evitar la envidia entre hermanos, tenemos que revisar si estamos valorando más a un hijo que a otro y evitar, por su puesto, las comparaciones, porque eso en lugar de ayudar al niño, le estará creando inseguridad, baja autoestima e insatisfacción personal.

Distinción entre envidia material y envidia social

Hay dos tipos de envidia:

1. La envidia material. Es aquella en la que se desean los objetos de los demás (juegos, etc).

2. La envidia social. Consiste en querer ser permanentemente el centro de atención y no dejar espacio a los demás allí donde estén, en el colegio, en casa… Debajo de la envidia social siempre hay una inseguridad.

A mi hijo le tienen envidia

Muchos padres no saben como reaccionar cuando su hijo despierta envidia en los demás no por lo que tiene, sino por sus cualidades: porque saca mejores notas, es el mejor deportista, es una niña con buen comportamiento, guapa etc. Algunos padres, hartos del sufrimiento de su hijo, optan por animarle a que mande a todos sus amigos a la porra, ocasionándole sin querer un doble aislamiento.

Son casos que cada vez se dan con más frecuencia. Hay niños que acuden a las consulta por empezar a sacar malas notas, con el fin de no sentirse tan señalados. Los que «triunfan» son pocos y a veces el resto se une para defenestrarlo.

En estos casos, tenemos que hacer comprender a nuestro hijo que cuando uno triunfa, es normal que en un primer momento, los demás sientan envidia: «Vamos a ver Luis, a todos les gusta ganar, tú eres un buen deportista, pero has nacido siendo muy ágil, tienes mérito, pero en parte has nacido así». De esta manera, normalizará su «don» y le evitaremos hacerse «el gallito», porque se dará cuenta que todo el mérito no es suyo. Al mismo tiempo, le haremos ver las cosas que no se le dan tan bien.

«Así que, no tienes la culpa que seas tan buen deportista. El que tengan envidia en un principio es normal, el que la sigan teniendo al cabo del tiempo, depende de tu actitud. Si realmente te ven cercano, sin darle importancia a lo tuyo, si en lugar de ver que te luces, ven que les intentas ayudar, les empujarás a sentirse bien con tus logros y te felicitarán. No se trata de que tú escondas tus valores, sino que facilites que, poquito a poco, los demás también los puedan tener; te tienen que ver cercano y no dar tanta importancia a tus éxitos». Mª Jesus Álava sostiene que esta forma de enfrentarse a la envidia ayuda a desarrollar el sentido de la justicia, y les enseña algo tan importante como es a ser generosos.

Nunca hay que decirles: «Pues no les hagas caso, tú eres el mejor, olvídate de esos amigos», porque entonces se sentirán más solos. No puedes aislar a un niño, porque entonces le condenas. Y si aún así sigue siendo el centro de las envidias por una cualidad suya, le diremos a nuestro hijo: «Cuando tú veas que el que tienes en frente lo único que persigue es humillarte, no discutas con él. No le prestes tu atención, porque el envidioso, lo que busca a veces es que el otro se sienta mal. Le dices que cuando te quiera comprender le prestarás tu atención».

¿Son más envidiosas las niñas que los niños?

La envidia se manifiesta de manera diferente en niños que en niñas, aunque no es correcto decir que ellas sean más envidiosas que ellos o viceversa. Por lo general, los niños son mucho más espontáneos en las manifestaciones de envidia, más abruptos, más vehementes, y en ese sentido, menos inteligentes emocionalmente, aunque más trasparentes.

Las niñas, por el contrario, son capaces de disimular esa envidia o revestirla, por ejemplo de injusticia: «Fíjate que injusticia que a fulanita le han dado este premio y no se lo merece». Al ser más  complejas en su razonamiento, son mucho más hábiles en sus manifestaciones, y a veces menos claras. Por eso, los padres tenemos que esforzarnos y ser capaces de observar más para interpretar bien la comunicación no verbal de las niñas. Lo importante no es lo que te dicen, sino cómo te lo dicen.

Consejos para trabajar la envidia de los niños en casa

1.   Trabaja la envidia en los niños en sentido positivo, sin sancionar y reconociendo que lo que le ocurre es algo normal. No podemos decirles directamente: «Lo que te pasa es que eres un envidioso». Es mejor: «Es normal y lógico que a ti te gustase quedar el primero, pero en esta vida, no siempre se es el primero en todo, tú tienes otras cualidades. Alégrate por tu amigo».

2.    Cuando detectas a tu hijo demasiada envidia de un amigo o compañero, hazle razonar en primera persona: «Cuando tú sacas buenas notas ¿no te gusta que se alegren contigo? ¿Te hubieras sentido bien si cuando tú se lo cuentas, ves que al otro le da rabia? Pues lo mismo le pasa a tus amigos cuando te ven a ti que no te alegras por algo bueno que les ha pasado».

3.   Los padres debemos reconducir las quejas de nuestros hijos, fomentándoles que el valor auténtico está en esas pequeñas cosas que ellos pueden conseguir con esfuerzo.

4.   Hay que buscar el mejor momento para dar razones a nuestros hijos del por qué, por ejemplo, no le compramos unas zapatillas tan caras como las que tiene su amigo: «¿Crees que vas a ser un infeliz para toda tu vida si no tienes esas super zapatillas?, ¿piensas que ya jamás en la vida te reirás?». Al vernos dramatizar, nuestro hijo comprenderá lo absurdo de su insistencia.

5.   Evtia descalificar negativamente a alguien cuando consigue algo, así aprenderá también a descalificar a los demás.

6.  El mejor modo de combatir la envidia es que un niño se sienta bien consigo mismo, y para que ello, se tiene que sentir valorado. Tu hijo tiene muchos valores y puede conseguir pequeños logros con su esfuerzo, en el orden, en la amistad, en su carácter.  Además, tiene que experimentar lo bien que se siente cuando comparte y se alegra por algo bueno que le ha pasado a un amigo suyo, igual que a él le encanta que sus amigos se alegren cuando a él, le ha ocurrido algo bueno.

Marta Santín
Asesora: Mª Jesús Alava. Ha sido entre otros cargos, Coordinadora-Psicóloga de la Escuela Infantil del Consejo Superior de Investigaciones Científicas y  Psicóloga del Ministerio de Fomento. Es autora de numerosos libros como El NO también ayuda a crecer y Emociones que hieren. Actualmente dirige Álava Reyes Consultores, labor que compatibiliza con el ejercicio de la Psicología Clínica.

Te puede interesar:

Cómo tratar la envidia en los niños

La envidia en los niños, respuestas a dudas frecuentes

Otros artículos interesantes